ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

GARCIA BARZANALLANA (Manuel).

Más conocido por su título nobiliario de marqués de Barzanallana. Hijo del anterior y hermano del que antecede a este último. Político de reconocida competencia en materias económicas y hacendísticas, tres veces ministro de Hacienda en el reinado de Isabel II y presidente del Consejo de Estado y del Senado bajo Alfonso XII.

Aunque nacido en Madrid el 17 de agosto de 1817, por su ascendencia se reconocía como nativo de Asturias. A tal punto se le consideró y se consideraba él mismo asturiano de nacimiento, que algunos le acreditan de Tineo. Contra esto vamos a oponer el testimonio irrecusable de su hermano José: “La circunstancia —dice— de residir accidentalmente su señor padre don Juan en Madrid, por razón del honroso cargo que al servicio del Estado desempeñaba en el Ministerio de Hacienda… no fué obstáculo a que, así antes como en el transcurso de toda su vida, el señor don Manuel García Barzanallana estuviese considerado como asturiano, y de los más ilustres, a medida que su edad avanzaba. Y en efecto: de aquella región, que siempre se singularizó por la abundancia de sus distinguidos hijos, comparativamente a su escaso territorio, procedían todos sus antepasados, que en ella tenían su patrimonio… Tuvo además ocasión de prestar muchos y muy notables servicios a dicha provincia; que, a su vez, se complació en dispensarle reiteradas distinciones y honores, confiriéndole el cargo de representarla desde muy joven, así en el Congreso de señores diputados en tiempo ya lejano.
como en el Senado más recientemente y durante situaciones políticas diversas”.

Como el citado hermano José, fué un estudiante nómada, obligado a ello por los cambios de residencia y destino de su padre. Después de aprendidas las primeras letras. ingresó en las Escuelas de PP. Escolapios de San Antonio Abad, de Madrid, en 1829, en las que además de la enseñanza elemental hizo los estudios preparatorios para el bachillerato hasta 1833. En los dos años siguientes aprobó en las Universidades de Valencia y Salamanca los cursos segundo y tercero del bachillerato en Filosofía. Después siguió la carrera de Leyes en las Universidades de Zaragoza, Madrid, Valencia y Barcelona, por este orden. En julio de 1838 obtuvo el grado de bachiller en Leyes en la de Madrid y en ese mismo mes de 1840, el de licenciado en la de Barcelona.

En ese último año la Audiencia de Sevilla le autorizó para el ejercicio de la abogacía y en el siguiente se incorporó al Colegio de Abogados de Madrid, donde comenzó a ejercer la profesión.

A pesar de que su bufete de ahogado se acreditó rápidamente y ello suponía abundante fuente de ingresos, su vocación se escapaba a actividades más intelectuales, en el campo de la política. del periodismo, de las deliberaciones académicas. En la Academia de Jurisprudencia había comenzado a ganar desde estudiante reputación de hombre público. Ingresó en ella en 1838, al graduarse de bachiller en Leyes, y fué designado académico profesor al año siguiente de licenciarse; un año después (1842), se le nombró bibliotecario. En ella intervino con fortuna en muchas controversias y presentó algunas interesantes memorias.

A ese mismo año corresponde su iniciación como escritor, entre los redactores y colaboradores de la Revista de España, de Indias y del Extranjero, especializado en temas político-administrativos, y en El Eco del Comercio, donde escribió sobre temas económicos. Poco después, ya reputado como hombre de autorizada pluma, entró a formar parte de la Redacción de El Heraldo, desde cuyas columnas, por sus conocimientos en materia de Administración, supo abrirse en la política nacional paso a los altos puestos.

No obstante, comenzó a prestar servicios al Estado con un modesto destino: el de oficial (1844) de la Secretaría del Ministerio de Hacienda. Pero muy pronto alcanzó un puesto relevante: el de subdirector de Aduanas.

Lo que más vino a favorecerle para ocupar altos cargos fué su condición de diputado a Cortes. Electo por el distrito de Cangas del Narcea (entonces Cangas de Tineo) en 1846, lo representó en seis elecciones consecutivas hasta 1852. Después fué diputado por Guadalajara (1857-58): por Villajoyosa (Alicante) en tres elecciones seguidas (186164) y, nuevamente, por Guadalajara en este último año, representación que dejó por haber sido agraciado por Isabel II con el nombramiento de senador vitalicio el 30 de diciembre.

En el transcurso de ese largo período de su vida fué cuando su nombradía y predicamento como hombre público llegaron al mayor auge. Entre los importantes destinos político-administrativos que tuvo a su cargo, además de vocal por espacio de veinte años del Consejo de Agricultura, Industria y Comercio y de vocal nato de la Junta de Aranceles, desempeñó los de director general de Contabilidad en 1853, rector general de Aduanas desde ese mismo año hasta enero del siguiente. Esto, sin contar numerosas comisiones e importantes servicios que por su pericia hacendística prestó a los ministros del ramo.

Con motivo de los disturbios políticos de 1854 se vió por fuerza apartado de esas actividades administrativas, y entonces se consagró con mayor dedicación al periodismo y asumió la dirección del Periódico El Parlamento. Así le encontró la vuelta al poder de los elementos conservadores, con los que militaba políticamente bajo la jefatura del general Ramón María de Narváez y entró con éste a formar parte del Gobierno constituido el 14 de octubre de 1856 como Ministro de Hacienda. Regentó ese Ministerio hasta la caída del Gobierno un año después, el,15 de octubre. Dos veces más volvió a ser ministro de Hacienda, siempre bajo la presidencia de Narváez, su jefe político. desde 16 de setiembre de 1864 al 20 de febrero del año siguiente y desde el 10 de julio del 66 al 10 de febrero del 68.

Entre los galardones de carácter oficial recibidos por esa época figura, además de algunas condecoraciones extranjeras. la Gran Cruz de Carlos TI (1864). Tres años después. en agosto del 67. la reina premió su fidelidad con el título de marqués de Barzanallana. En cuanto a sus actividades puramente intelectuales descuella la participación tenida en las tareas de la Academia de Ciencias Morales y Políticas. Al constituirse esta Corporación oficialmente, en 1857, se le nombró uno de los académicos fundadores en reconocimiento a su autoridad en Economía y Hacienda, y a ese Instituto entregó en lo sucesivo mucho de lo mejor de sus entusiasmos de hombre estudioso, y fué su presidente.

Durante el período revolucionario abierto por el destronamiento de Isabel II en setiembre de 1868 hasta la restauración de la Monarquía en el hijo de ella, Alfonso XII. en enero de 1875, García Barzanallana se encontró políticamente oscurecido y apagado. Sin embargo, a pesar de haber perdido la senaduría vitalicia, continuó siendo senador, electo por Asturias en las tres elecciones celebradas en ese tiempo. En ocasión de ser proclamada la República en febrero del 73, figuró entre los treinta y dos votos; parlamentarios adversos a ese régimen contra los doscientos cincuenta y ocho favorables que alcanzó.

Con la restauración monárquica volvió García Barzanallana a la plena actividad política. En las primeras elecciones parlamentarias (marzo de 1876) volvió a conquistar la representación senatorial por la provincia de Asturias, investidura que ostentó después, por derecho propio, desde el 1 de mayo del año siguiente. Desde que se abrió el Senado por primera vez bajo la Monarquía restaurada desempeñó su presidencia hasta diciembre de 1880.

Tanto o más que en el Senado. su personalidad destacó en ese reinado como presidente del Consejo de Estado, alto cargo que desempeñó en tres ocasiones bajo Gobiernos formados con las fuerzas políticas acaudilladas por Cánovas del Castillo. Por su lealtad y servicios constantes a la Monarquía, Alfonso XII le confirió el más preciado galardón de ella en enero de 1878: el de Caballero del Toisón de Oro.

Dejó de existir Manuel García Barzanallana, marqués de Barzanallana, el 30 de enero de 1892.

 

Obras publicadas en volumen:

I—Discurso en el Congreso, en los días 21 y 22 de febrero de 1865. (Madrid. 1865).

II.-De las causas más influyentes en la despoblación de España. (Madrid, 1879; folleto).

III.—Memoria dirigida al señor presidente del Senado sobre las obras ejecutadas en el palacio del alto Cuerpo colegislador. (Madrid, 1882; folleto).

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—La Hungria y la alimentación de Europa. (En el tomo 1 de las Memorias de la Academia de Ciencias Morales y Políticas; dictamen Sobre un artículo publicado por M. Bontoux en la Révue des Deux Mondes, París, 15 de noviembre de 1861).

 

Referencias biográficas:

Anónimo.—Los asturianos de ayer: El marqués de Barzanallana. (En la revista Asturias, órgano del Centro de Asturianos, Madrid, febrero de 1892 y El Carbayón, Oviedo, 1 de febrero del mismo año).

García Barzanallana (José).—Necrología del Excmo. Sr D. Manuel García Barzanallana. (Madrid, 1890; leída en la Academia de Ciencias Morales y Políticas).