Escritora contemporánea especializada en temas de investigación histórico-literarios, más conocida por el seudónimo de Eugenia Astur.

Nació en Tineo, hija de don Godofredo García Rayón y Valledor y de doña Felisa Infanzón y García Miranda, el 9 de marzo de 1888, fecha tomada de la partida de nacimiento y que anula todas las demás.

Transcurrió su niñez en la villa de Luarca, al abrigo del tío-abuelo, el coronel Infanzón, donde recibió una educación profundamente religiosa. Su instrucción corrió a cargo de profesores particulares, si bien el más importante influjo en su formación intelectual lo encontró en el propio circulo familiar, saturado de devociones por todo lo que fuese historia, disciplina a la que ella había de consagrar más adelante todas sus preferencias.

Desde niña reveló inclinaciones a las artes plásticas y cultivó algún tiempo la pintura, pero su más fuerte vocación era la literatura, que hubo de limitar durante mucho tiempo a ensayos privados, debido a la tenaz resistencia de la familia a que escribiera para el público.

Por fin esa resistencia quedó vencida y en 1917 publicó por primera vez algo debido a su pluma: un cuento en La Lectura Dominical, de Madrid. Desde entonces, sus colaboraciones con cuentos y crónicas frecuentaron numerosas publicaciones, especialmente, revistas religiosas y periódicos asturianos de ideario católico, entre ellos, acaso con mayor asiduidad, el diario ovetense Región. Siempre con el seudónimo de Eugenia Astur llevó también sus escritos a periódicos asturianos editados en América y a los diarios madrileños La Voz y El Sol, en el último de los cuales publicó artículos de critica. A esta primera época de sus actividades de escritora sobre temas puramente literarios corresponden las dos novelas anotadas con los números I y II.

Ha desarrollado también actuaciones como conferenciante y en este sentido fué como su iniciación el discurso pronunciado en Tineo (1923) como presidente de la Junta organizadora del Centenario del natalicio de Campomanes. Años después, en enero y marzo de 1930, pronunció en el Ateneo Obrero de Gijón dos conferencias sobre los temas La Soberanía nacional a través de la historia y Riego en la revolución del año veinte.

Estas dos conferencias son ya un claro testimonio de la evolución de Eugenia Astur: de los temas puramente literarios a los de investigación histórica. Fruto de esta dedicación ha sido el libro Riego: Estudio histórico-político de la revolución del año veinte, obra documentadísima, publicada a expensas de la Diputación provincial, que no sólo, como dice Unamuno en el prólogo. “se ha propuesto presentarnos al hombre Rafael del Riego, al hombre íntimo y a la vez público, de que se hizo el legendario y el mítico”, sino que aporta estimables noticias y razonamientos para comprender la revuelta época de la que Riego fué uno de los principales protagonistas. Esta obra ha venido a consolidar grandemente el renombre conquistado por Eugenia Astur en las letras españolas.

Posteriormente, en el Concurso literario patrocinado por el Centro Hijos de Oviedo para conmemorar la Fiesta de la Raza (12 de octubre) de 1935, compartió con Benito Alvarez Buylla el premio asignado al tema Don Fermín Canella, su vida y sus obras.

Obras publicadas en volumen:

I.—Memorias de una solterona. (El Pardo, 1919; novela).

II.—La mancha de la mora. (Luarca, 1920; novela).

III.—Riego: Estudio histórico-político de la revolución del año veinte. (Oviedo, 1933; un tomo en cuarto, editado por la Diputación provincial de Oviedo, con prólogos de Unamuno y Miguel Maura).