ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

GARCIA QUEVEDO (Julio).

Poeta en bable y prosista en castellano, contemporáneo. No ha nacido en Asturias, pero no le ha sido precisa esta circunstancia para ser un verdadero asturiano. Lo es por la ascendencia materna, por su residencia de toda la vida, por el sentimiento y las devociones todas de su espíritu, al punto de ser uno de los poetas contemporáneos en dialecto vernáculo que mejor manejan ese instrumento de expresión y encarnan mejor el espíritu regional.

Nació Julio García Quevedo en Madrid el 9 de julio de 1877, hijo del doctor en Medicina don Julio García Zabala y de doña María Fernández Quevedo y González Llanos, de antigua y distinguida familia asturiana, a la que perteneció el también celebrado poeta en bable José Fernández Quevedo, más conocido por Pepín Quevedo.

Pocos meses después de hacer nacido García Quevedo se trasladó con sus padres a Avilés, y en esta villa ha venido residiendo, desde entonces, considerándose y considerado como un avilesino auténtico.

Todos sus estudios, desde las primeras letras, los hizo en Avilés. La segunda enseñanza la cursó en el colegio de la Merced, con exámenes en el Instituto de Oviedo, en el que recibió el grado de bachiller. Posteriormente añadió a esos estudios los de tres años de la carrera de Comercio, con el propósito de ingresar en el escalafón de empleados administrativos de la Compañía Arrendataria de Tabacos, para lo que aprobó en 1896 los ejercicios de oposición. Pero le salió entonces al paso otro destino más de su gusto, sobre todo porque le consentía no tener que desplazarse de Avilés, en el Sindicato Minero del puerto de San Juan de Nieva, inmediato a esta villa, y del que se posesionó en febrero de 1896.

Lecturas y traducciones de los antiguos clásicos durante los Estúdios del bachillerato fueron cimentando en él la vocación literaria, vocación que tenía en su familia muy digna tradición en su tio, el citado Pepín Quevedo, y en la misma madre, que también cultivó la poesía, aunque privadamente. Pero quien más contribuyó a la formación intelectual del muchacho fué su abuelo político don Bonifacio de las Alas.

Sus primeras composiciones poéticas datan de 1890, cuando andaba por los trece años de edad, y sirvieron como colaboración a pediódicos estudiantiles manuscritos. Se dió a conocer al público en 1898, desde la revista avilesina La Semana. A partir de entonces, casi siempre en tono festivo, tanto en verso bable como en prosa castellana, ha colaborado asiduamente en numerosos periódicos de la localidad, empleando como firma su nombre y apellidos, pero más frecuentemente el seudónimo de Y***. Las publicaciones principales donde ha colaborado son: Heraldo de Avilés, El Bollo (revista anual). La Batelera (revista veraniega), el Diario de Avilés, Fe y Acción y el diario La Voz de Avilés. Ha colaborado también. aunque escasamente, en algunos diarios de Gijón y Oviedo y en las revistas: El Nalón, de Pravia; Ásturias, de la Habana, y La Esfera y Nuevo Mundo, de Madrid.

De toda esa copiosa producción merece recuerdo especial la serie de crónicas semanales que publicó por espacio de más de seis años (1924-30) en La Voz de Avilés con el título de Dominguerías. en las que recogía, en prosa y verso, los sucesos locales. Pero lo más meritorio de su labor es la producción poética en bable, que le acredita de ingenio regocijado.

El cultivo de las letras para García Quevedo ha venido siendo un esparcimiento necesario a su espíritu y no una dedicación profesional. Su tarea en la lucha por la vida y después por el sostenimiento del hogar propio, formado en matrimonio en abril de 1906 con la señorita avilesina Higinia Suárez Rodríguez, la continuó desarrollando en el Sindicato Minero, entidad en la que llegó a la categoría de apoderado y jefe de explotación, rodeado de toda clase de consideraciones. Al revertir los derechos y las concesiones del Sindicato Minero a la Junta de Obras del Puerto y Ría de Avilés, en diciembre de 1929, García Quevedo pasó a esa Junta con el mismo cargo e iguales preeminencias. Su residencia en Avilés solamente ha estado interrumpida por algunos viajes de recreo o de interés cultural dentro de España y Francia