Poeta y prosista de mediados del siglo XIX, nacido en modesto hogar de Oviedo en 1845. Hubo de trabajar desde muchacho para contribuir al sostenimiento propio y de los suyos. Emprendió el oficio de tipógrafo en la ciudad natal, dedicando al enriquecimiento de su ilustración las horas de descanso y también al cultivo de las letras. Con la poesía alternó la prosa, en algunas publicaciones ovetenses.

Deseoso de campo más amplio y propicio para el desarrollo de sus actividades literarias y periodísticas se trasladó a Madrid, y aquí fundó un semanario, que hubo de suspender muy pronto para regresar a Oviedo, donde se dedicó, con mayor asiduidad que anteriormente, al periodismo. Colaboró con frecuencia en El Faro Asturiano, El Eco de Asturias, El Anunciador y El Trabajo, de cuya redacción fué uno de los elementos más importantes. En este último periódico publicó los cinco primeros capítulos de una novela con el título de El último de los Tordalia, de la que no llegó a dar al público el resto. Solía emplear como firma el seudónimo de Juan Claridades.

Cuando el derrocamiento de Isabel II en setiembre de 1868, funda el periódico El Mosquito Rojo, favorable a ese movimiento, que sólo vivió unos días del mes de octubre, a causa de su fusión con El Patriota, también de muy corta vida; al parecer fué fundador, director y redactor único del primero de esos periódicos, y acaso de los dos.

Posteriormente colaboró con asiduidad como poeta en los periódicos avilesinos La Luz de Avilés y El Hijo del Pueblo.

Dejó de existir a la edad de veintiseis años, en mayo de 1871.