ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

GONZALEZ ABARCA (Fr. Felipe).

Fraile mercedario y teólogo famoso que alcanzó la dignidad obispo en la primera mitad del siglo XIX.

Sobre el origen y formación intelectual y religiosa de esta personalidad se ocupan contradictoriamente Fuertes Acevedo, en Biblioteca de escritores asturianos, y García San Miguel, en Avilés: Noticias históricas. El primero acredita a González Abarca de nacido en Infiesto en el año 1766 y profesó en el convento de la Orden de la Merced que existió en Avilés. El segundo le da por nacido en esta villa en 1765 y agrega: “Desde muy joven se dedicó a la vida monástica, tomando el hábito religioso en un convento de frailes mercedarios de Castilla; y después de estudiar con aprovechamiento la Filosofía en Logroño y la Teología en Salamanca, y de haber sido pasante en Segovia, hizo oposición a la cátedra de Teología del colegio de la Merced en Roma, donde se dedicó al estudio de las lenguas orientales y recibió en 1792 el grado de doctor. A su regreso a España obtuvo en público certamen la cátedra de Lengua hebrea de la Universidad de Santiago”.

Fuertes Acevedo asegura que el grado de doctor en Teología lo recibió en la Universidad de Santiago de Compostela, antes de pasar como catedrático a este Centro. Explicó esta asignatura por espacio de unos veinte años y sus méritos de profesor quedaron perpetuados en una lápida que el Claustro dedicó a su memoria. (Al mismo tiempo que la función docente ejerció dentro de su Orden los cargos de maestro y elector general. También fué comendador del monasterio de Conjo, en las inmediaciones de Santiago).

En 1816 (y no en el 26, como anota Fuertes Acevedo) el papa Pío VII le nombró obispo de Ibiza, diócesis que regentó por espacio de unos tres lustros. Después fué trasladado a la sede de Santander (no en 1829, como anota García San Miguel), de la que tomó posesión el 16 de marzo de 1830.

El recuerdo siguiente que le dedica García San Miguel parece una confirmación del origen avilesino de González Abarca, si bien el hecho de que haya tomado el hábito y residido largo tiempo en Avilés, como dice Fuertes Acevedo, pudo dar ocasión al suceso que refiere el primero de este modo: “Tuvo siempre por su pueblo natal verdadero entusiasmo; y antes de tomar posesión de este Obispado [el de Santander], hizo un viaje a Avilés, recibiéndole sus paisanos con grandes demostraciones de regocijo y alegría. En la villa permaneció el tiempo que pudo sustraer a los deberes del episcopado, y antes de abandonarla visitó personalmente a la Corporación municipal, celebrando con tal motivo solemne sesión el Ayuntamiento, que salió en corporación a recibir al sabio prelado a la puerta del palacio municipal. Saludóle el alcalde en nombre del pueblo y felicitóle por la nueva diócesis que le fuera concedida, demostrándole profundo agradecimiento por el afecto que a la villa dispensaba, y contestó el venerable obispo con elocuente y cariñoso discurso, prometiendo no olvidar a su querido Avilés y auxiliarle en el mejoramiento de la instrucción pública, ornato y policía”.

Falleció el obispo González Abarca en Santander el 12 de marzo de 1842, y fué enterrado en la Catedral.

Aunque cabe suponer que haya dejado otras producciones como escritor, lo único suyo que ha llegado a nosotros es la pastoral que publicó al posesionarse del obispado santanderino y que se anota seguidamente.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Carta pastoral. (Santander, 1830).