Profesor, abogado y escritor contemporáneo, nacido en el 27 de marzo de 1868 en hogar de artesanos formado por don Máximo González Madera y doña Juana García Gilledo.

Mientras cursó los estudios elementales en el colegio de Jovellanos se despertó en él la vocación por la carrera de sacerdote, que estuvo a punto de emprender, pero reconociéndose luego sin la firmeza suficiente para seguirla, decidió cursar los estudios del Magisterio hasta recibir el título de maestro. Su amor al estudio no quedó satisfecho y en él instituto de Jovellanos siguió el bachillerato, obteniendo el grado correspondiente el 30 de junio de 1885.

En 1886 se hizo cargo de la escuela nacional de Cabueñes de (Gijón), al frente de la cual estuvo hasta que pasó como profesor a la academia de segunda enseñanza que dirigía en esa villa don Benito Conde, en la que permaneció los cursos de 1888 y 89.

De esta época datan sus primeros ejercicios de escritor. Sus primeros trabajos publicados aparecieron en los periódicos locales El Musel y El Porvenir de Gijón (1888-89). Entre artículos de carácter periodístico dió algunas poesías en bable, modalidad literaria de su predilección y de sus mejores éxitos.

En 1890 se trasladó a Oviedo como profesor de los hijos del Marqués de Canillejas, a los que tuvo bajo su dirección docente hasta 1898, Aprovechó la estancia en Oviedo para matricularse en la Facultad de Derecho, graduándose el 16 de junio de 1897.

El 4 de agosto de 1892 contrajo matrimonio en Valdesoto (Siero) con la señorita ovetense doña Angela María Menéndez Arias. Por esta época comenzó a usar los seudónimos se Fabracio y Miranda, el primero de los cuales alcanzó notable popularidad.

En 1898, siendo redactor-jefe del diario gijonés El Comercio,el Ayuntamiento de Laviana le nombró secretario municipal, cargo que pasó a desempeñar el 27 de junio. En el ejercicio de este destino permaneció hasta la jubilación en 1919. Al mismo tiempo y posteriormente ejerció la abogacía.

A esta larga etapa de su vida corresponde la mayor producción literaria. Una medalla de plata alcanzada en la exposición celebrada en Gijón en 1900 como premio a sus poesías afirmó su ya conquistado renombre y poco después, en los Juegos Florales celebrados en Pola de Laviana (1902), robustecía su fama el premio conseguido con la Poesía A la Virgen del Otero. Sus colaboraciones en prosa y verso se insertaron en numerosos periódicos asturianos, madrileños y americanos, entre ellos los diarios ovetenses El Correo de Asturias y La Opinión de Asturias; las revistas La Moda Elegante Y La Ilustración Española y Americana, de Madrid; la revista Asturias y el Diario de la Marina, de la Habana, y Heraldo de Asturias, de Buenos Aires. Fundó y dirigió La Voz de Laviana y más tarde, radicado nuevamente en Gijón, El Regionalismo Astur (1920).

Además de esta abundante producción para los periódicos, escribió y estrenó algunas piezas teatrales, la mayor parte monólogos en bable, como Cacique Y Aldeano, Alma asturiana, Carmela y Un alcalde de montera, el último de los cuales lo publicó incluido en el único volumen que ha impreso; el auto sacramental Los Reyes Magos, representado en la antigua casa de los Carreño, en Valdesoto (Siero); el libreto de la zarzuela El gallo de Navidá, con música de Amalio López, y las tituladas La fiesta del Otero, Maruxa y El xingüelo; la comedia en castellano Triunfo del corazón y la bable Comedia de sidros.

También ha desarrollado actuaciones de conferenciante, casi siempre sobre temas asturianistas, en algunos centros culturales de la provincia, especialmente en el Ateneo Obrero de Gijón, las sucursales, de éste, y el Casino de Pola de Siero.

Obras Publicadas en volumen:

I.—Munchu gúeyu con la xente de casa y Un alcalde montera. (Gijón, 1925; colección de semblanzas de asturianos en sonetos y un monólogo).

Trabajos sin formar volumen:

1.—Prólogo a El cuintu la xana, poema de Francisco González Prieto. (Gijón, 1895).