Escritor y orador contemporáneo que residió toda su vida en Cuba, donde fué una prestigiosa y popular figura en la colonia española.
Nació González Pumariega en la aldea de Calavero (Illas) el 3 de diciembre de 1851, en modesto hogar de labradores.
Cuando contaba once años de edad emigró a Cuba sin más amparo ni apoyo que el de sus brazos y empezó allí la lucha por la vida, dedicándose al comercio.
Su residencia principal durante los treinta y cuatro primeros años de su permanencia en Cuba fué la ciudad de Cienfuegos. En ella vivió dedicado al mundo de los negocios como empleado de comercio y de banca, hasta llegar al desempeño de cargos de importancia y responsabilidad, y en ella creó su hogar y nacieron sus hijos.
Aunque trasladado su domicilio a la Habana en las postrimerías del siglo XIX, Cienfuegos continuó siendo el lugar de sus afectos más hondos, sentimiento que le pagó la ciudad muchos años después, en diciembre de 1921, nombrándole Hijo Adoptivo y muy Querido.
Llegó a la Habana precedido de gran prestigio como hombre de acción e intelectual, prestigio que acrecentó en la capital. Por un lado, sus colaboraciones en el Diario de la Marina y sus actuaciones de orador; por otro, el cargo de secretario general del Centro Asturiano, desempeñado desde diciembre de 1902 hasta octubre de 1905; y el de administrador del citado Diario de la Marina, ejercido por espacio de ocho años, contribuyeron a que la personalidad de González Pumariega alcanzara un gran relieve entre españoles y cubanos. A esta época y años posteriores corresponde la publicación de los principales trabajos en volumen anotados al final del presente estudio y la impresión en folletos de varios de sus más notables discursos.
Dejó González Pumariega la administración del Diario de la Marina para ocupar un alto cargo en el Banco Español de la Isla de Cuba, que desempeñó por espacio de algunos años hasta que ya anciano se retiró del trabajo. La mayor de las riquezas adquiridas en tan larga y dura lucha consistía acaso en una copiosa biblioteca de algunos millares de volúmenes.
En la última época de su vida figuró como miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País, de la Habana: Con la representación de ella, como delegado ante las corporaciones similares españolas, realizó en 1924 un viaje a España, cuyo suelo no había vuelto a pisar desde que lo abandonara como niño emigrante. A su regreso a Cuba rindió a la entidad representada el informe que figura con el número VI, última de sus obras publicadas en volumen. Perteneció González Pumariega como académico correspondiente a la Academia Hispano-Americana de Cádiz, y distinción semejante le fué conferida pos otras entidades y corporaciones españolas y cubanas.
Dejó de existir en la Habana el 30 de agosto de 1932, próximo a los ochenta y un años de edad.
Obras publicadas en volumen:
I.—Impresiones de un viaje a Tampa. (Habana, 1909).
II.—La unión hace la fuerza: Confederación de las Colonias pañolas. (Habana, 1911).
III.—Discurso sobre el Centenario de las Cortes de Cádiz. (Habana, 1912).
IV.—Mi gestión en el “Diario de la Marina”. (Habana. 1913)
V.—Añoranzas. (Habana, 1916).
VI—Informe presentado a la Sociedad Económica de Amigos del País, de la Habana, en que da cuenta de cómo ha desempeñado el encargo que le dió dicha Institución de visitar en su nombre a las de igual clase, establecidas en Oviedo, Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca. (Habana, 1926; folleto en cuarto).
Referencias biográficas:
Posada (Cándido).—Don Juan González Pumariega. (En el folleto Asturias en Cuba. Entrevistas. Habana, 1931).
Idem.—Un español insigne que se ausenta. (En El Progreso de Asturias, Habana, setiembre de 1932; crónica necrológica)
Rivero (José I.) —Impresiones. (En el Diario de la Marina, Habana, agosto de 1932).