ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

GRAIÑO OBAÑO (Francisco).

Ingeniero naval, que cuenta entre sus éxitos científicos importantes trabajos astronómicos e inventos mecánicos y eléctricos. El astrónomo Ildefonso Nadal dice de él: “El señor Graíño es uno de los autores de las Tablas náuticas reglamentarias en la Armada, que han sustituido a las célebres tablas de Mendoza. Infatigable en el trabajo ha cooperado asiduamente con los directores (del Observatorio) Azcárate y Herrero y los astrónomos señores Poch, Lobo e Ibáñez a la obtención de las placas de la fotografía del cielo, a la medida de las psiciones estelares y a la rectificación y cómputo de las estrellas en las pruebas de reproducción al heliograbado. Con ser esta labor tan intensa como importante, la superan aún sus trabajos y su brillante actuación al frente de los talleres de instrumentos náuticos.

“De su labor personal como ingeniero instrumentista, son notables sus trabajos con los sismógrafos, hasta llegar a construir y dotar al Observatorio de un instrumental de péndulos horizontales y verticales sismológicos que constituyen una de las mejores a España. El señor Graíño en el Observatorio de Marina y el Padre Navarro Newman en el de la Cartuja de Granada son los únicos constructores en España de estos modernísimos aparatos, y bien puede asegurarse que a la tenaz e inteligente labor experimental de estos ilustres sismólogos debe España, tanto como a la constante y cuidadosa observación de sus numerosas estaciones, el airoso lugar que ocupa nuestra patria en la sismología.”

“Al señor Graíño son debidos también dos magníficos péndulos con dispositivo para enviar corrientes eléctricas cada minuto a los sismógrafos y para enviar corrientes por otros circuitos a los aparatos inscriptores de diversas índoles, que funcionan en el Observatorio a las horas convenientes para cada uno. Los anemómetros eléctricos Graiño que tanto llamaron la atención en la Exposición Internacional de Astronomía y Ciencias Afines, de Barcelona, son notables por los detalles de su construcción y han sido adoptados en gran número de estaciones meteorológicas. Fueron del mayor interés científico las experiencias sobre anemómetros, a diversas alturas y con diversas características, que efectuó el señor Graíño.”

“No debemos omitir el magnífico modelo de pluviómetro que, también ideado y construido por el señor Graíño, figuró en la antes citada Exposición, compartiendo con el anemógrafo el elogio de los técnicos”.

Francisco Graíño Obaño nació en Avilés el 22 de setiembre de 1867. Obtuvo el título de bachiller en el Instituto de Oviedo, en julio 1881. Ingresó como aspirante en la Escuela Naval el 9 de julio de 1882; en diciembre del 84 fué declarado guardia marina de segunda clase, con cuya categoría pasó a la fragata Carmen en febrero del año siguiente a efectuar los viajes de prácticas. Fué aprobado para el ascenso a alférez de navío en octubre de 1888.

Creciente su vocación científica, el 14 de setiembre de 1891ingresa en la Academia de Ampliación de San Fernando, con el propósito de seguir la carrera de ingeniero hidrógrafo, que concluyó en julio de 1895.

Desde setiembre de este año participó en los trabajos desarrollados en aguas de Baleares, especialmente en la isla de Ibiza, con levantamiento de plan del puerto, los trabajos de campo para levantar alas Hojas I y II del mapa de la isla, sondas de vapor y tareas de gabinete en la Comisión encargada de estos servicios. Por méritos contraídos en ellos se le concedió en noviembre de 1896 l Cruz de primera clase de la Orden del Mérito Naval con distintivo blanco, pensionada con el diez por ciento del sueldo.

Dejó estos trabajos para desempeñar la cátedra de Astronomía en la Academia de Ampliación, de la que tomo posesión en enero de 1898, por Real orden de noviembre del año anterior. Pero tres meses después, inminente ya la ruptura de hostilidades entre los Estados Unidos y España, pidió un puesto en los buques de la Escuadra, y dejó, por e momento sus ocupaciones de profesor. Prestó servicio a bordo de los buques Gerona, Joaquín Pelayo y Destructor, hasta que en enero de año siguiente, concluida la guerra, fué incorporado nuevamente al cuadro de profesores de la Academia, en la que explicó sucesivamente Astronomía y Geodesia hasta la supresión de dicho centro de enseñanza en marzo de 1901, con lo que al mes siguiente pasó a situación de excedencia, a favor de la cual residió algunos meses en la villa de nacimiento.

Desde agosto de 1901 hasta julio de 1903 estuvo destinado como profesor de la Escuela Naval, en la que tuvo a su cargo distintas asignaturas.

Ya por entonces la personalidad de Graíño Obaño gozaba considerable prestigio entre los hombres de ciencia, particularmente entre los ingenieros navales y astrónomos, prestigio que habría de tener poco después unánime confirmación al componer en colaboración con Herrero, Cornejo y Ribera las Tablas náuticas a que aludía Nadal. Este crédito científico le sirvió para que al ser nombrado en 1903 director del Observatorio de Marina de San Fernando, don Tomás Azcárate, requiriera la cooperación de Graíño, quien fué llamado en julio de este año al cargo de subdirector.

En este importante destino, en el que permaneció veintisiete años en dos etapas, su personalidad se impuso en los círculos científicos españoles y extranjeros.

En febrero de 1918 se le concedió el pase a la situación de de retirado; con ocasión de haber sido creada la situación llamada de reserva, pasó a ella en febrero de 1919. Así permaneció hasta que el nuevo director del Observatorio de San Fernando, don León Herrero, requirió su colaboración en el cargo de subdirector, que volvió a desempeñar en marzo de 1921. Más de once años permaneció esta vez al frente mismo.

En reconocimiento de los servicios prestados en el Observatorio de Marina le fué concedida en agosto de 1925 la Cruz de segunda clase del Mérito Naval con distintivo blanco. Se le compensó de ese modo, porque como dice el preámbulo del decreto de concesión, “a consecuencia de mantenerse siempre en los puestos y cargos que le fueron asignados, se vió privado de seguir el curso ordinario de su carrera, en la que, dada su edad y condiciones personales, hubiera llegado a ocupar los más altos empleos de la Armada, no consiguiéndolo como resultado de esa circunstancia”. Algunos años después, en enero de 1931, e llegaba un nuevo reconocimiento oficial de sus méritos y servicios al conferírsele la Gran Cruz del Mérito Naval.

Días después, en el mes de febrero, a solicitud suya le fué concedido el cese en el cargo del Observatorio, pasando a situación de retirado.

En julio de 1933 el Gobierno de la República, como antes el de la Dictadura de Primo de Rivera, reconocía por decreto, el sacrificio hecho por Francisco Graiño en su carrera de marino, dedicándose a la especialidad científica, “por habérsele mantenido en el puesto en vista de su eficaz actuación en su desempeño, siendo así que sus compañeros de promoción alcanzaron el Generalato y sus subordinados en el Instituto y Observatorio de Marina, del personal de Astrónomos, fueron algunos ascendidos hasta el empleo de coroneles”, en consecuencia de lo cual se confirió la categoría de contralmirante honorario de la Armada, cuando se había quedado realmente en capitán de corbeta.

 

0bras publicadas en volumen:

I.—Tablas náuticas (El Ferrol, 1905; un tomo en cuarto en colaboración con Honorio Cornejo, León Herrero y Luis de Rivera).

II.- Tablas logaritmicas en cinco decimales. (El Ferrol, 1905; en colaboración con los mismos).

III.- Catálogo astrofotográfico (San Fernando, 1921-29; ocho tomos en colaboración con los astrónomos Poch, Lobo e Ibáñez).

Trabajos sin formar volumen:

1.- Cálculo de las mareas para el puerro de Avilés. (Veinte estudios publicados en el Almanaque de las mareas de la Dirección de las Obras del Puerto y Ría de Avilés» 1914-33)

2.- Cartas fotográficas del cielo. (San Fernando, s.a.; publicada seiscientas, en colaboración).

 

Referencias biográficas:

Nadal (Ildefonso).—Un panegírico. (En la obra El contralmirante Excmo, Sr. D. Tomás de Azcárate. El Observatorio de Marina de San Fernando. Labor de Azcárale como director del Observatorio. San Fernando, 1922).