Escultor del siglo XIX. Fué tan hábil como modesto, hasta el extremo de rehusar galardones y condecoraciones oficiales, y de no aceptar un puesto en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en ninguna de las varias ocasiones que le fué ofrecido.
Aunque se le considera nacido en Oviedo, y por tal se tenía él mismo, nació en Laredo (Santander), de padres asturianos, el 24 de agosto de 1818. En la infancia se trasladó con la familia a Oviedo, donde transcurrió una gran parte de su vida.
Cursó Humanidades en la Universidad, con el propósito de seguir una carrera literaria. Pero abandonó estos estudios para ingresa en la Escuela de Dibujo. A la vez asistió en la Sociedad Económica de Amigos del País a las clases de Química aplicada a las artes, que daba León Salmeán, y a las de Matemáticas, a cargo de don José Posada, ambos catedráticos de la Universidad.
Concurrió a la Exposición celebrada en 1839 por dicha Sociedad Económica con un grupo de barro, y alcanzó un primer premio.
Posada Herrera le consiguió entonces una pensión para que pudiera trasladarse a Madrid (1841) a perfeccionarse en su arte. Tal fué el origen de la entrañable amistad que unió en vida a protector y protegido. Trasladado Posada Herrera a Madrid, continuó aquí prestando apoyo aquí a quien muchos años después, habría de cincelar su figura para el monumento público que se levantó en Llanes (1893) a la memoria del político.
En Madrid completó Grajera sus estudios Como discípulo de la Escuela Superior de Bellas Artes y, a la vez, del escultor José Torres. Se dió a conocer públicamente como concurrente a la Exposición celebrada por la Academia de Bellas Artes en 1850. Por entonces viajó por el extranjero y residió algún tiempo en París.
A la primera Exposición Nacional de Bellas Artes, celebrada en Madrid en 1856, concurrió con retratos en busto y escayola del poeta Quintana, el general Fernández San Miguel, Lozano y Ramón Zarco del Valle, con los que alcanzó rotundo éxito.
Al año siguiente fué nombrado escultor del Museo del Prado, que entonces pertenecía al patrimonio de la Corona y dirigía el pintor Federico de Madrazo; le fué asignado el sueldo de doce mil reales. Al pasar dicho Museo a propiedad del Estado, en 1869, Grajera fue ascendido a subdirector con la retribución de dieciocho mil reales anuales, y a expensas de este sueldo vivió hasta su jubilacion en 1889.
Al frente de este destino oficial desarrolló una meritoria labor artística. compartida con el desempeño de comisiones de carácter técnico y administrativo, entre las que figura la redacción de una Memoria en 1869 acerca de las innovaciones que estimaba necesario introducir en el Museo, con una relación de obras existentes no consignadas en los catálogos anteriores.
Produjo en este tiempo numerosas e importantes obras, entre las que merecen especial mención: los bustos de gran tamaño de Velázquez y Murillo destinados a dicha pinacoteca: la estatua naturalista de Rojas Clemente en el Jardín Botánico; la de Mendizábal en la Plaza del Progreso; la de Jovellanos en el Senado; la ecuestre de Fernando VII; los bustos de José Uría y de Terrero presentados a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1866; los de Alfonso XII, Marques de Barzanallana, el arquitecto Villanueva, Gabriel Rodríguez. Laureano Figuerola y otros expuestos en la de 1877; y los bustos de Rafael de Urbino, marqués del Duero, Leonardo de Vinci, Miguel Angel, José Echegaray y otros.
Después de jubilado se retiró a vivir a Oviedo, donde transcurrió el resto de su vida. Concurrió entonces a las Exposiciones Nacionales de 1895 y 1897, en la primera de las cuales se le premió con una tercera medalla.
Entre sus obras últimas figura la citada estatua erigida en Llanes a Posada Herrera.
Murió el 1 de junio de 1897.
Referencias biográficas:
Anónimo.—Una semblanza. (En El Carbayón, Oviedo, 16 de septiembre de 1893).
Idem.—Una necrología. (En ídem, 2 de junio de 1897).
Idem.—Los asturianos de ayer: Don José Grajera y Herboso (En idem, 21 de julio de 1898).
Idem.—Los asturianos de ayer: Don José Grajera y Herboso- (En la revista Asturias, órgano del Centro Asturiano, Madrid, marzo de 1914).