ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

GUISASOLA Y MENENDEZ (Victoriano).

Sacerdote y escritor contemporáneo, fallecido, que llegó a las altas dignidades de arzobispo y cardenal primado. “Como ocurre con todos los varones eminentes —dice Alvaro López Núñez—, la vida del Señor Guisasola es de una gran complejidad… Así, el que como Guisasola fué periodista, sacerdote, maestro, orador, filósofo, moralista, político, teólogo y sumo jerarca de la Iglesia española, vino a resumir toda su copiosa actividad y a dar final ocupación a sus poderosas aptitudes en la acción social, que fué la gloriosa síntesis de sus últimos y fecundos años. A ella, en efecto, aplicó con celo insuperable y constancia indeficiente la luz de su inteligencia siempre despierta y diariamente acrecentada por el estudio, la experiencia, la reflexión y la fuerza
de su voluntad, que en él llegó a extremos verdaderamente heroicos”.

Nació Guisasola Menéndez, sobrino del reseñado a continuación, en modesto hogar de Oviedo el 21 de abril de 1852. Su padre, don Felipe, trabajaba en los talleres de la Fábrica de Armas ovetense.

Siguió los estudios de Humanidades en el Seminario Conciliar. Comenzó luego el bachillerato en el Instituto, obteniendo el título correspondiente el 5 de marzo de 1872, muy próximo a cumplir los veinte años. Siguió los estudios de Leyes en la Universidad y en ella se licenció en Derecho civil y canónico el 1º de mayo de 1876.

En esta época de estudiante cultivó el periodismo en Oviedo, distinguiéndose como polemista en periódicos de ideología tradicional, como La Unidad, y en otros de diversas tendencias, entre los que figuran Nueva Asturias y El Anunciador, a la vez que tomaba parte a cada en los movimientos culturales promovidos por la juventud católica.

“Guisasola guardó siempre —dice el citado López Núñez— gratísimo recuerdo de este bullicioso período de su vida, y, ya obispo y cardenal, sonreía evocando aquellas remembranzas y gustaba de que se le dijera que en sus pastorales y escritos prelaticios se descubría siempre la pluma del hábil periodista”.

Un amor romántico llenó esta fase de su vida, encarnado en una bella muchacha de la familia Tamargo. Recuerda ese episodio A Núñez con estas palabras: “Una mujer era la ilusión de aquel muchacho que entraba en la adolescencia con porvenir de conquistador. La muerte le arrebata el objeto de sus amores y Victorianin se sintió aniquilado por el dolor, y, semejante a aquel otro gran caballero de Borja, que no quería servir a persona mortal, se retiró del mundo, se encerró en el Seminario y se entregó al estudio y a la oración, tomando otra senda por la que habría de llegar a las altas cumbres de la dignidad del poderío”.

Cuando abrazó la carrera eclesiástica tenía Guisasola veinticuatro años. En sólo dos estudió la Teología, hasta graduarse de licenciado y doctor, y se ordenó de sacerdote.

En 1878 pasó al lado de su tío, que era obispo-prior de las Ordenes militares con residencia en Ciudad Real, quien le confirió la canonjía de doctoral. A su lado continuó después en Orihuela (1884) y más tarde en Santiago de Compostela (1886), donde desempeñó el cargo de deán de la Catedral. A la muerte del arzobispo, su aludido tío de la mismo nombre, dos años después, fué elevado a vicario capitular de la archidiócesis. Continuó luego con el cargo de chantre hasta su elevación a obispo de Osma (Soria) en 1893.

En 1897 pasó a regentar la sede episcopal de Jaén. Durante esta segunda prelacía fué electo senador en 1899 por el arzobispado de Granada, que representó en Cortes hasta 1903. Fué en esos dos obispados un celosísimo propulsor del progreso moral y material, con la pluma, la palabra e importantes iniciativas benéficas y culturales. Los méritos adquiridos entonces le proporcionaron en 1901 la designación de obispo de Madrid-Alcalá. Desempeñó este obispado unos cinco años. Desde 1903 a 1905 representó en Cortes como senador al arzobispado de Toledo.

Entretanto sumaba éxitos, con sus cartas pastorales, acreditadas por la hondura de pensamiento y la correcta forma literaria. El prestigio alcanzado en el mundo intelectual le proporcionó un puesto de académico de número en la Academia de Ciencias Morales y Políticas, del que se posesionó en 1906, año en que fué elevado a la dignidad de arzobispo, con destino a Valencia.

Su gestión al frente de esta archidiócesis se caracterizó especialmente por sus actividades de orden social. Ya en Madrid había concebido y propulsado la idea de organizar dentro del catolicismo español organismos y elementos de defensa en favor de las vindicaciones exigidas por el brazo productor, y a este empeño consagró desde su alto ministerio en Valencia, como escritor y como senador vitalicio por su condición de arzobispo desde enero de 1907, los mejores entusiasmos. Las intervenciones en el Senado y los escritos, especialmente los pastorales, se encaminaban a esa finalidad.

Por esta época nuevos honores ratificaron la consideración que a se tenía en las altas esferas del Estado, así: las Grandes Cruces de Isabel la Católica y del Mérito Militar; a la vez, sus méritos intelectuales era distinguidos por la Academia de la Historia, que le llevó a su seno abril de 1910.

En noviembre de 1913 fué electo para ocupar la silla metropolitana de Toledo y propuesto también para la dignidad de cardenal. Al año siguiente con motivo de la muerte del papa Pio X. se trasladó a Roma para participar en la elección del nuevo pontífice y este le impuso la birreta cardenalicia. Poco después de su regreso a España hizo entrada solemne en la archidiócesis toledana: setiembre de 1914.

En la dirección y administración de la Iglesia española continuó afirmando su saber y su talento. Entre los nuevos honores que le fueron concedidos figura la condecoración del Gran Collar de la Orden de Carlos III en octubre de 1915, Orden en la que fué elevado a Gran Canciller en enero del año siguiente. El papa, por su parte, le nombró en 1917 miembro de la Sagrada Congregación de Ritos.

Dejó de existir Guisasola Menéndez en Madrid el 1º de setiembre de 1920.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Carta pastoral… a los fieles de su diócesis con motivo de la Santa Cuaresma. (Osma, 1895).

II.—Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos al inaugurar su pontificado. (Madrid, 1902).

III.—La vida cristiana. (Madrid, 1903; carta pastoral con motivo de la Cuaresma).

IV.—El magisterio de la Iglesia. (Madrid, 1904; pastoral de Cuaresma).

V.—Sobre el porte exterior del clero diocesano. (Madrid, 1904 carta pastoral).

VI—El magisterio de la Iglesia. (Madrid, 1905; pastoral de Cuaresma).

VII—El principio de autoridad: Su origen, caracteres y relaciones. (Madrid, 1906; discurso de ingreso en la Academia de Ciencias Morales y Políticas).

VIII.—La incredulidad contemporánea: Su desenvolvimiento y sus causas. (Valencia, 1906; carta pastoral al inaugurar su pontificado)

IX.—La incredulidad contemporánea: Sus efectos. (Valencia, 1907).

X.—Acción social del clero. (Valencia, 1910; instrucción al clero; opúsculo).

XI.-Instrucción… a su amado clero y a sus diocesanos de Valencia. (Valencia, 1910).

XII.—Breves reflexiones con motivo del proyecto de Ley… regulando el ejercicio del derecho de asociación. (Valencia, 1911 folleto).

XIII.—La incredulidad contemporánea: Sus remedios. (Valencia, 1911; carta pastoral).

XIV.—El librepensamiento: Doctrinas y hechos. (Valencia, 1912 carta pastoral).

XV.—Pastoral a los religiosos.

XVI.—Instrucciones a los maestros. (Valencia, 1913).

XVII.—La libertad de la Iglesia. (Valencia, 1913; carta pastoral)

XVIII—Orientaciones político-sociales. (Madrid, 1914).

XIX.—Alocuciones : Pastorales de despedida a Valencia y saludo a Toledo. (Toledo, 1914; folleto).

XX.—El peligro del laicismo y los deberes de los católicos. (Madrid, 1915; pastoral).

XXI.—Discurso de clausura del Congreso Catequístico de Valadolid.

XXIL.—Justicia y caridad en la organización cristiana del trabajo, (Madrid, 1916: carta pastoral; segunda edición en 1933 con Prólogo de Severino Aznar).

XXI. —Relaciones entre la verdad religiosa, la sociedad y el Estado.

XXIV.—El Papa y la paz de las naciones. (Toledo, 1917; pastoral de Cuaresma).

XXV.—IV Centenario de la muerte de Cisneros. (Toledo, 1917; Toledo).

 

Referencias biográficas:

Anónimo.—Los asturianos de hoy: llmo. Sr. D. Victoriano Guisasola y Menéndez, obispo electo de Burgo de Osma. (En El Carbayón, lg de mayo de 1893).

Gamarra.—Un boceto biográfico. (En Recuerdos de Soria, Soria, 1804).

López Núñez ( Álvaro).—Apología del cardenal Guisasola. (Madrid, 1923).

Mesalán [Alejandro Salmeán].—El nuevo obispo de Madrid (En la revista Asturias, órgano del Centro Asturiano. Madrid, enero de 1902).

Vadillo (Marqués de).—Contestación al Discurso de ingreso de Gisasola Menéndez en la Academia de Ciencias Morales y Políticas. (Madrid, 1906; en el mismo volumen que el discurso).