ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

GUISASOLA Y RODRIGUEZ (Victoriano).

Eclesiástico que alcanzó la dignidad de arzobispo. Tío del reseñado anteriormente. Nació en Oviedo el 11 de agosto de 1821, hijo de don Francisco Guisasola y de doña Benita Rodríguez.

Después de efectuar los estudios de Latinidad y Humanidades, ingreso en la Universidad y mientras cursaba en este centro la carrera eclesiástica explicó como sustituto algunas asignaturas. De la aplicación desplegada en los estudios de la carrera de Teología bastaría decir que los hizo todos con nota de sobresaliente, por lo cual se le confirieron gratuitamente los títulos de bachiller, licenciado y doctor. El último de los cuales alcanzó con sólo veintiún años de edad.

Ordenado de sacerdote (1845). compartió con las funciones docentes con las del culto y ganó extenso crédito como predicador. Con el obispo Ignacio Díaz Caneja cooperó a la fundación del Seminario Conciliar, que fué abierto a la enseñanza en 1851, formando él parte del profesorado y pronunciando en el acto inaugural un sermón. A la vez que explicaba Teología en el Seminario, desempeñó en este centro los cargos de vicerrector y rector.

En 1885 hizo oposiciones a la canonjía de magistral de Santiago de Compostela, que no obtuvo. Pero al año siguiente alcanzó en ejercicios de oposición no menos brillantes la canonjía de penitenciario de la archidiócesis de Sevilla. El Seminario Conciliar sevillano le llevó a su Claustro de profesores y en este centro explicó Teología moral y Disciplina eclesiástica por espacio de algunos años. En 1862 el arzobispo señor Lastra y Cuesta le nombró secretario de Cámara. Además de esos cargos. ocupo dentro del Cabildo catedralicio los de tesorero (1865) y arcipreste (1868).

El papa Pío IX le llamó a Roma en 1869 para formar parte de la Comisión De Regularibus en los trabajos preparatorios del Concilio Ecuménico. Con este motivo Guisasola Rodríguez tuvo ocasión de acrecentar su reconocido prestigio como excelente diplomático y el Papa certificó sus méritos nombrándole prelado doméstico y protonotario, y más adelante, en diciembre de 1873, le presentó motu proprio para regir el obispado de Teruel, del que se posesionó en febrero del 75. (Poco después de elevado a obispo, el arzobispado de Zaragoza le designó el representante en Cortes como senador).

Del obispado de Teruel pasó en 1876 como obispo-prior de las Ordenes Militares, presentado por el rey Alfonso XII, al crearse esta Mueva silla episcopal, que ocupó por espacio de unos seis años, con residencia en Ciudad Real.

Estuvo después al frente del obispado de Orihuela unos cuatro años y durante esta prelacía fué senador por el arzobispado de Valencia desde 1884 al 86,

El 20 de setiembre de este último año se posesionó del arzobispo de Santiago de Compostela, brillante remate de su carrera eclesiástica.

Al referirse a su exaltación e la alta investidura de arzobispo, un panegirista anónimo decía lo siguiente desde Galicia Diplomática: “ El señor Guisasola fué de un carácter entero y firme, al propio tiempo que bondadoso y dulce, altamente cristiano y sencillo. Sus obras en la diócesis que lleva gobernando son de la misma calidad. Estableció ejercicios espirituales y conferencias; celebró concursos para la provisión de curatos; giró la vista pastoral; predicó incansable la divina palabra; dictó providencias para el mejor régimen parroquial; administró el Sacramento de la Confirmación; publicó aranceles para la administración eclesiástica y notarial; fomentó la observancia monástica; influyó cn Diputaciones y Ayuntamientos acerca de los establecimientos públicos de Beneficiencia; proporcionó a todos los pueblos Santas Misiones, estableció numerosas y caritativas asociaciones, entre asilos, y finalmente abrió generosamente su bolsillo a las públicas calamidades, socorriendo con mano pródiga a los diocesanos pobres, Teruel, Ciudad Real, Almagro, Alcázar de San Juan, Orihuela, Elche, Callosa, Crevillente y Novelda, entre otros muchos pueblos, conservarán siempre grata memoria de este bondadoso desprendimiento”.

Llegó a Santiago ya bastante achacoso, después lo de un laboriosa existencia de sesenta y cinco años. No obstante haber vivido enfermo el ño y medio que regentó esta archidiócesis, entre las actividades desplegadas entonces figura la de haber reanudado los famosos Concilio compostelanos, suspendidos hasta entonces por espacio de tres siglos.

Dejó de existir Guisasola Rodríguez en Santiago el 20 de enero de 1888. Sus restos mortales fueron inhumados en la cripta de la Catedral , de donde se le trasladó en 1904 a un panteón expresamente construido a este efecto en la iglesia de Huérfanas de esta ciudad.

Obras publicadas en volumen:

I.—Armonía de la Religión y de la Ciencia. (Oviedo, 1849; discurso).

II.—Oración que en la solemnidad religiosa celebrada en a a 19 de enero de 1851 para la instalación del Seminario Conciliar pronunció el presbítero… (Oviedo, 1851).

III. —Discurso de recepción en la Academia de Buenas Letras Sevilla. (Sevilla, 1877).

Referencias biográficas:

Anónimo.—Los asturianos de hoy: El arzobispo de Santiago- (En El Carbayón, Oviedo, 20 de setiembre de 1886).

Idem.—Una información necrológica. (En ídem, 23 de enero de 1888).

Idem.—Una necrología. (En Galicia Diplomática, enero 1888)

Idem.—Un suelto necrológico. (En el Boletín del Centro de Asturianos, Madrid, febrero de 1888).

Corresponsal (El).—Desde Santiago: El arzobispo Guisasola. (En El Carbayón, Oviedo, 31 de enero de 1888).

Menéndez Conde (Valeriano).—Oración fúnebre pronunciada en la S. A. y M. Iglesia de Santiago, el día 30 de enero de 1888, en las honras del Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo Dr. D. Victoriano Guisasola y Rodríguez. (Santiago de Compostela, 1888; reproducida por El Carbayón, Oviedo, 16 al 20 de febrero de este año).