Padre del sabio polígrafo gijonés, don Gaspar. Fueron los suyos don Andrés Francisco de ese apellido y doña Serafina Carreño Peón. Nacido alrededor del año 1710, probablemente en Peón (Villaviciosa), donde se habían establecido los padres.
Su educación e instrucción, huérfano de padre en la infancia, corrieron a cargo del abuelo don Gregorio, llamado El Cronista. Este, al decir de don Gaspar en Memorias familiares, “amábale además tiernamente, por las sobresalientes dotes que adornaban su alma de talento y docilidad. Cuidó de que aprendiese bien la lengua latina, única enseñanza literaria que podía proporcionarle en Gijón; pero cuidó también de suplir la falta de otras por medio de la lectura de buenos libros, aficionándole a los de elocuencia, poesía, geografía e historia, en que él era versado”.
No menos celo y cuidados que en la formación intelectual de nieto, los puso don Gregorio en proporcionarle matrimonio, efectuado con doña Francisca Apolinaria Jove Ramírez, hija de los marques de San Esteban del Mar de Natahoyo, de otra rama de la misma a familia. Atendió en esto el abuelo a las relevantes virtudes de la esposa elegida y, al mismo tiempo, a poner fin con el enlace a un viejo pleito familiar sobre la pertenencia de ciertos privilegios en la iglesia parroquial de Gijón”. “distinciones a que suele aspirar la vanidad, mal disfrazada de devoción”, como dice don Gaspar.
Aunque Francisco Gregorio de Jovellanos gozaba en Gijón y en la provincia de una muy respetable personalidad, realzada con el desempeño de los cargos de regidor y alférez de la villa y concejo gijones, lo cierto es que su vida se desenvolvía en modesto plano económico, “siendo la admiración del Principado —dice Ceán Bermúdez— cómo pudo sin otro haber que una pequeña ferrería y un mediano un mayorazgo, dar unas carreras tan brillantes a los varones y proporcionar unos acomodos tan ventajosos a las hembras”.
El mismo Ceán da la única noticia conocida de las actividades literarias de Francisco Gregorio de Jovellanos, al referirse a los servicios prestados al bien público. “Fué un caballero ilustre en aquel Principado —dice—, de gran talento e instrucción en las Humanidades y buenas letras. pues versificaba con gracia y agudeza, y UN vigilante padre de la patria, pues cuidaba con esmero de los derechos y privilegios de aquel Ayuntamiento (el de Gijón), de las propiedades y obras Públicas de la villa y de su policía”.
Referencias biográficas:
Ceán Bermúdez (J. Agustín). —Memorias para la vida del Excelentísimo Sr. D. Gaspar Melchor de Jovellanos. (Madrid, 1814).
Jovellanos (Gaspar Melchor de).—Memorias familiares. (En la Obra de Somoza: Jovellanos. Nuevos datos para su biografía, Madrid, 1885).