ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

LOPEZ ACEVEDO (Ramón María).

Poeta y periodista que floreció en el primer cuarto del siglo XIX., de pluma combativa y al servicio de las libertades políticas bajo el absolutismo de Fernando VII, del que al fin, fue una de tantas víctimas. Nacido en Tapia el 5 de enero de 1785.

“De genio festivo y carácter alegre —dice Fuertes Acevedo en Biblioteca de escritores asturianos—, casi hasta rayar en turbulento cuando niño, tornóse en la adolescencia en serio y taciturno, entregándose hasta el exceso a la mística, y haciéndose nimio y escrupuloso hasta el punto de escribir sus pecados por temor de que se le olvidaran”. Y refiere que habiéndose caído un día los pecados del bolsillo fueron a parar a manos de sus compañeros, que les dieron circulación y publicidad en la villa entre vayas y zumbas, obligando al muchacho a repeler la agresión. Este episodio fué decisivo para la formación de su temperamento. Su espíritu cambio los nuevos arreos de apocado por los perdidos años antes, y volvió a recuperar su natural alegría. A la vez se robusteció su gran amor al estudio, entregándose a la lectura de cuanto papel escrito encontraba a su alcance, contrariando el empeño paterno de que se dedicara a un oficio y no a las letras.

Hasta el fallecimiento del padre, la verdadera vocación de López Acevedo estuvo sometida a la voluntad de aquél, pero al quedar huérfano tomó un derrotero propio y dos años después, recién casado, trasladó a la villa de Grado su residencia, y aquí alcanzó por oposición una cátedra de Latinidad. Poco después obtuvo idéntica cátedra en Oviedo y seguidamente, en 1808, entró a formar parte del Claustro de la Universidad como profesor interino de Prosodia. La defensa nacional contra la invasión napoleónica hizo surgir en él al poeta, del que aparecieron las primeras composiciones en El Correo Militar y Político, editado con carácter oficial en Castropol en 1810. También colaboró poco después en prosa y verso en El Observador de Asturias, que se publicó en Oviedo en 1813. Editó además por ese tiempo otras composiciones poéticas en volumen, algunas de ellas escritas con motivo de solemnidades patrióticas, y la Sociedad Económica de Amigos del País premió sus merecimientos, algunos contraídos con ella misma, nombrándole socio de número y de mérito.

Ensayó asimismo el género teatral dejando algunas piezas, entre las que figura como más importante la titulada Al fin triunfa la virtud; (ninguna de ellas fué impresa). Sus actividades intelectuales fueron derivando, enardecido por la indignación que le causaba la conducta de Fernando VII y sus secuaces, hacia la política liberal y conspiradora contra la opresión absolutista. Al producirse contra ésta el movimiento iniciado por el general Riego en Las Cabezas de San Juan, López Acevedo figuró entre los que con mayor entusiasmo secundaron la revolución en Asturias. La satisfacción del triunfo le entregó más de lleno todavía a las actividades políticas y desde ese año hasta fines de 1822 puede decirse que toda su actividad estuvo absorbida por el periodismo de combate. De los muchos periódicos que se publicaron entonces en Oviedo, pocos serán los no inspirados o fundados por él, y desde luego colaboró en todos, y algunos los escribió íntegramente: así en: El Conciliador de la Nación y del Rey. La Enseñanza Periodística, El Ciudadano y El Momo (los tres primeros fundados en 1820 y el último en el año siguiente). Defendían estos periódicos los principios políticos de la Constitución promulgada en Cádiz en 1812 y puesta entonces en vigor tales ideas tuvieron como más fuerte adversario a la Academia de Teología aneja a la Universidad, con la cual sostuvo López Acevedo duras controversias. Algunos de los miembros de dicha Academia redactaban unos escritos bajo el título de Cartas de Minerva a Momo, que él contestaba desde el periódico que escribía con este título.

Trasladado a Madrid empezó a escribir en El Espectador, que dirigía el después general Fernández San Miguel, también asturiano. En él empleó sucesivamente los seudónimos de Momo y Myse Basileos; a este último añadía el siguiente aditamento entre paréntesis: (Odiador de reyes). Esta manera de firmar sus escritos,más que los conceptos, habría de merecer muchos años después acres censuras de Alcalá Galiano (L América, 27 de diciembre 1863), en nombre del utópico constitucionalismo monárquico de nuestros liberales del siglo XIX. En 1823 López Acevedo fué nombrado secretario del Gobierno Civil de Santander. En viaje para posesionarse de este empleo, la segunda invasión francesa, la de los Cien mil hijos de San Luis, le obligó a cambiar el rumbo que llevaba. y pasó embarcado al puerto de Gijón. En esta villa, en las de Luarca, Ribadeo y en otros lugares se aprestó López Acevedo con todo entusiasmo a provocar en las masas populares un segundo movimiento nacional contra el invasor. Convencido al fin que trataba de vivificar una causa muerta, se vió precisado a huir a La Coruña y desde aquí pasó fugitivo a Londres.

En Londres, en el seno de aquella pequeña colonia de emigrados políticos, entre los que figuraban sus paisanos y amigos Argúelles, Canga Argiielles, San Miguel, Flórez Estrada y otros, continuó López Acevedo su dedicación al periodismo. Figuró como uno de los principales colaboradores del periódico El Español, editado por esa colonia. También escribió un poema satírico-burlesco intitulado La angulemaida contra el duque de Angulema, capitán de las tropas invasoras del suelo español. Trabajaba en una obra que acaso habría resultado la más importante de las suyas, Proyecto de una lengua universal, cuando le sorprendió la muerte, en 1826.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Oda en la muerte del Excmo. señor don Gaspar Melchor de Jovellanos. (Oviedo, 1811).

II.—Himno patriótico con motivo de la llegada a Oviedo del Regimiento de Asturias. (Oviedo, 1814).

III.—El buen cura y los feligreses. Diálogo patriótico acomodado a la inteligencia del pueblo para fijar su opinión extraviada sobre la Constitución y dirigir su conducta en el delicado e importantísimo asunto de elecciones. (Oviedo, 1820).

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—Canción patriótica. (En el Manifiesto de la Sociedad Económica de Amigos del País, de Asturias, Oviedo 1814; con motivo de una entrega de premios).

2.—Oda. (En idem, ídem).