ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

LOREDO APARICIO (José).

Jurisconsulto y escritor contemporáneo, nacido en Sama de Langreo el 19 de agosto de 1897, hijo de don Rafael Loredo Prendes, procurador de los Tribunales, y de doña Eladia Aparicio Valdés. hija a su voz del general burgalés don José Aparicio y descendiente por línea materna de hidalgos campesinos de Pola de Laviana.

Hizo los estudios de primera y segunda enseñanzas en la villa natal, esta última en el colegio dirigido por el culto profesor y publicista don Aurelio Ddbrouck, incluido también en el presente indice, con exámenes en el Instituto de Oviedo. Después, aunque su vocación verdadera no le llevaba al ejercicio de la abogacía, estudió en la Universidad ovetense la carrera de Derecho y, después de facultado con la licenciatura, la abogacía ha venido a ser su profesión, dedicando a ella en su bufete establecido en Oviedo desde entonces toda la devoción necesaria para ser un abogado leal y competente de lo que ha dado reiteradas pruebas en consultas, informes y defensas.

Aunque su formación espiritual comenzó siendo acendradamente católica, la curiosidad múltiple de su espíritu le fué orientando hacia otros horizontes. El estudio,y acaso más que el estudio oficial la lectura desordenada, caótica, de cuanto caía en sus manos, contribuyeron en él desde muchacho a encontrar los propios valores esenciales de su personalidad moral. Un notable progreso en tal sentido fué el haberse afiliado,siendo estudiante universitario en Oviedo, al entonces naciente y prometedor partido Reformista, al que prestó su concurso como asiduo colaborador y redactor desde el diario El Reformista por los años de -1914 al 17,con el seudónimo de Pepe Rey.

En su disposición favorable para, el conocimiento de todas las materias de estudio prevalecían dos: los temas históricos y los sociales. Sobre ellos colaboro por esa época en numerosas publicaciones regionales, la mayor parte de ellas empresas poco duraderas de juventud. Por fin ,desde antes de concluir la carrera,la inclinación al conocimiento a fondo de los modernos problemas económico-sociales le llevaron a militar en el socialismo. Desde entonces la propaganda de ese crédito ocupa buena parte de sus actividades, como periodista, como colaborador principal del Noroeste de Gijón,y como orador en numerosos mítines.

Cuando el movimiento revolucionario de agosto de 1917 alcanza como fruto de sus actuaciones un largo encarcelamiento .Cuando la escisión producida en el congreso Socialista de 1921, es de los que siguen los principios de le Tercera Internacional, y figura entre los fundadores en Asturias, bajo la dirección de Isidoro Acebedo, de la Federación Comunista Asturiana, desviándose más adelante, dentro del comunismo, donde ha continuado militando, hacia el grupo llamado trotskysta.

Desde aquella fecha, ya casado con doña Paz Álvarez Menéndez, de la Felguera (4 de abril de 1921), y establecido como abogado en Oviedo, ha venido también en le mundo de las leyes especialmente dedicado a la defensa de los intereses seguramente en daño a los suyos propios, de las clases trabajadoras, individual y colectivamente, con gran cosecha de éxitos ante los tribunales.

En 1923 el partido Comunista de España le nombró delegado al Congreso de la Internacional Comunista celebrado en Moscú, viaje a Rusia que le proporcionó la ocasión de estudiar diversas modalidades de la vida en este país, sobre las que publicó en El Noroeste una serie de crónicas. En la Universidad de Oviedo y bajo el tema de El Derecho civil ruso, ya en plena presión de la Dictadura establecida por el General Primo de Rivera, le conquistó el aplauso del auditorio y una fuerte multa impuesta por las autoridades al servicio del dictador.

Burlando cuanto era posible este régimen político, Lorenzo Aparicio continuó perseverantemente en la lucha. Un medio empleado en ella fué iniciar y propulsar a fundación de Ateneos y Bibliotecas Populares en diversos pueblos asturianos, especialmente en la cuenca minera, procurando siempre recatar su acción para que no se viera en ella finalidades revolucionarias que malograran los propósitos. Sin embargo, sus actividades no fueron suficientemente silenciosas para que se le dejara de considerar como elemento subversivo. Se seguían de cerca sus movimientos con registros domiciliarios y otras molestias semejantes . Por fin, en 1927, la persecución culminó en un largo encarcelamiento fa causa de sus protestas contra la disminución de salarios y el aumento de jornada de los mineros, como medida tomada por la Dictadura de acuerdo con los dirigentes socialistas asturianos para remediar la crisis hullera. Fué “detenido en Mieres por indicación de los socialistas”, al decir de Oliveros en Asturias y el resurgimiento español. De la cárcel de Oviedo salió Loredo Aparicio desterrado a Páramo del Sil (León), donde permaneció algunos meses.

Reintegrado a su bufete de Oviedo y a sus actividades de luchador, continuó prestando apoyo a la caída de la Dictadura, primero; al derrocamiento de la Monarquía, después, y a la instauración de la República, seguidamente, como pasos a dar en firme hacia el horizonte de sus ideales. Uno de sus éxitos como abogado fué haber conseguido que una mina de Teverga fuese puesta judicialmente en régimen colectivista para responder de cuantiosos jornales debidos a los mineros que en ella trabajaban y que luego continuaron admirablemente organizados en su provecho económico.

La revolución de los mineros asturianos en octubre de 1934 llevó a Loredo Aparicio en Oviedo a un puesto dirigente de responsabilidad. Vencida la insurrección y desencadenada a furiosa represión contra los insurgentes, tuvo a fortuna de poder huir. Después de deambular por las montañas de Asturias, de residir en Madrid escondido algunos días y de pasar otros más en Barcelona esperando la ocasión propicia para traspasar la frontera, consiguió salir a pie por los Pirineos e internarse en Francia.

Entraba en Francia el 10 de diciembre de 1934 falto de recursos quien dejaba bufete abundantes asuntos fructíferos. Llegaba a pie al extranjero quien otras veces había salido de España por su voluntad y rodeado de relativas comodidades. Aparte se viaje a Rusia, había hecho otros varios. En plan de estudios a Paris (1921), enviado por El Noroeste (1926) a Bélgica y como turista a Portugal, en el mismo 1934.

Ya en el extranjero, Loredo Aparicio fijó su residencia en Bruselas, donde se dedicó a dar lecciones de español y a sostener algunas colaboraciones periodísticas, especialmente en El Liberal, de Bilbao. Pero lo más del tiempo lo empleó en traducciones de algunas obras de carácter histórico y en planear otras originales a base de rica documentación acopiada en las bibliotecas belgas, labor que sería lamentable quedara inédita, como se quedó en gran parte la planeada y desarrollada con ocasión de su permanencia en Rusia, obligado por las tareas profesionales y las participaciones en la lucha social.

El triunfo electoral de los partidarios republicanos de izquierda y las organizaciones obreras coaligada en el llamado Frente Popular bajo el gobierno formado días después por Manuel Azaña, puso término al exilio de Lorenzo Aparicio, que regresó poco tiempo después a sus abandonadas tareas profesionales.