ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

MARTINEZ (Emilio).

Poeta contemporáneo, nacido el 6 de octubre de 1878 en Pola de Laviana (y no en Pola de Siero, como anota Cejador), hijo de don Valentín Martínez García Noriega, secretario a la sazón del Juzgado municipal de esa villa, y de doña Josefa Suárez Pérez.

Decidió seguir la vida monástica abrazada ya por sus hermanos nos Faustino y Graciano (más adelante reseñados), e ingresó en el colegio establecido por la Orden de San Agustín en Valladolid. Pero él, conociéndose falto de la suficiente vocación, antes de hacer la profesión solemne de votos, abandonó la Orden.

Decidió luego emigrar a Cuba en 1898. Entró en la Habana a formar parte del personal de un importante comercio de sedería, de razón social llegó al cabo de algunos años a ser uno de los miembros.

Pronto aparecieron colaboraciones suyas en los periódicos asturianos editados a comienzos del siglo XX en La Habana, como Heraldo de Asturias y Crónica de Asturias, logrando enseguida crédito como poeta, afirmado con algunos premios alcanzados en certámenes públicos. En uno celebrado en 1908 le fué premiada la composición El poeta; en el que tuvo lugar en el Centro Asturiano para la conmemoración de las bodas de plata de su fundación —1911—, obtuvo el segundo premio con la poesía Asturias invicta.

La publicación de su libro de poesías Nubes y rocío en 1912 fué como la consagración de su personalidad literaria. La crítica Cubana y algunos críticos extranjeros le dedicaron sus mejores elogios: Martín del Torno, Constantino Cabal, Juan Rivero, Manuel Villaverde, Joaquín N; Aramburo, Álvarez Marrón, Denis y otros en Cuba; Díaz Mirón, en Méjico; Fabriciano González y Lozano Casado, en Asturias; y Fr. Mariano Rodríguez desde España y América, de Madrid.

Las colaboraciones poéticas de Emilio Martínez, y también en prosa, se extendieron rápidamente a numerosas publicaciones cubanas, tales como las revistas Asturias y Ahora. También escribió en verso y prosa para el Diario de la Marina y las revistas El Progreso de Asturias, Horizontes, de la Habana, y Mercurio, de Nueva Orleans (Estados Unidos).

Movido por su españolismo redactó durante algún tiempo para a revista Horizontes una sección que titulaba Españoladas. Entre parabienes y felicitaciones recibía también anónimos insultantes, a los que puso término con la siguiente décima inserta en esa sección:

Distinguidos escritores

que de mis españoladas

hacéis trizas y tajadas

de tan múltiples colores:

acepto como favores

insultos y desatinos,

que en anónimos ladinos

me enviáis de cuando en cuando,

porque estoy coleccionando

¡pensamientos de pollinos!

Después de muchos años dedicados a las ocupaciones comerciales, Emilio Martínez estuvo al frente, como administrador, de la sucursal establecida por el Banco Internacional en El Cerro, barrio de La Habana. Al sobrevenir la hecatombe comercial de Cuba en octubre de 1920, con la quiebra de éste y de otros bancos, hubo de recurrir a un destino en la Secretaría del Centro Asturiano. Años más tarde decidió repatriarse.

Residió primeramente en Galicia y se trasladó luego a Oviedo, donde fué algún tiempo representante de la Junta directiva de la Delegación del Centro Asturiano de La Habana en el sanatorio “Covadonga”, establecido en el monte Naranco. Dejó este cargo por disconformidad con la orientación seguida en la dirección y administración de dicho sanatorio y se retiró a un pueblecito de La Coruña, de donde es natural su esposa, y en el que vive modestamente al cuidado de la hacienda que tiene allí el matrimonio.

Como principales manifestaciones literarias de Emilio Martínez en estos últimos años cuenta un premio alcanzado en Cuba antes de su regreso a España (1927) con un soneto; la publicación en La Coruña (1928) de un volumen de poesías (número II), en el que recoge algunas de su hermano Fr. Faustino; y el premio obtenido en el concurso patrocinado por el Centro Hijos de Oviedo con motivo de la Fiesta de la Raza de 1935, con un trabajo en prosa presentado al tema origen del sanatorio “Covadonga” del Naranco, del Centro Asturiano de la Habana.

Julio Cejador atribuye indebidamente a Emilio Martínez la obra Julián y la Biblia publicada en Madrid en 1912, que es segunda edición y segunda parte de la obra Pepa y la Virgen, publicada por un religioso del mismo nombre.

Obras publicadas en volumen:

I.—Nubes y rocío. (Barcelona, 1912; poesías).

II.—Sol de ocaso. (La Coruña, 1928: poesías; obra que contiene algunas de su hermano Fr. Faustino).

Trabajos sin formar volumen:

1.—España. (Canto publicado en El libro del Centro Asturiano de la Habana, de Oscar García, 1927).