ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

MARTINEZ (Fr. Graciano).

Religioso agustino contemporáneo, fallecido. Poeta y prosista, como sus hermanos Emilio y Faustino, reseñados páginas anteriores eminente poeta y literato, el escritor nuestro más fecundo Estos últimos tiempos”, dice de él su hermano en religión Fr. Ignacio Monasterio en Místicos agustinos españoles. Edmundo González Blanco escribe: “Pocas veces se vió un ejemplo tan admirable y un conjunto tan acentuado de sabiduría y de religiosidad, de razón y de fe. Si en él imperaron la revelación y el dogma sobre los estímulos críticos de la incredulidad, también imperaron el entusiasmo altruista, el móvil alto y desinteresado en la acción, la espiritualidad de la cultura, la vivacidad y la gracia de la inteligencia”.

Nació Fr. Graciano Martínez en Pola de Laviana el 23 de marzo de 1868, y no diez años después como aseguran algunos. Fueron sus padres don Valentín Martínez García Noriega y doña Josefa Suárez Pérez.

Después de cursar la instrucción elemental, ampliada con el es| dio de la lengua latina, ingresó en 1886 en la Orden de San Agustín en el colegio de Agustinos Filipinos de Valladolid, en el que hizo la profesión de votos el 18 de setiembre del año siguiente. En este colegio, en el de La Vid (Burgos) y en el de El Escorial (Madrid), cursó los estudios de la carrera eclesiástica hasta ordenarse de presbítero el 12 de mayo de 1895. Al mismo tiempo estudió el bachillerato y emprendió la carrera de Leyes, que no llegó a concluir, contra lo que afirma González Blanco, por habérselo interrumpido el traslado a las misiones establecidas en Filipinas el 2 de febrero de 1806.

Durante los últimos años de colegial publicó sus primeros trabajos literarios: versos y crónicas en los periódicos publicados en 14 villa de nacimiento El Porvenir de Laviana y la Revista Lavianense

Llegado a Filipinas, se le destinó como misionero a la provincia de Abra, de donde pasó en febrero de 1897 a la de Ilocos Norte. Meses después, el 30 de octubre, se le confió la parroquia de Sapao, en la isla de Mindanao. De este pueblo se vió obligado a huir a causa de la revolución de los naturales del país, contra el dominio de España. Permaneció cautivo de los insurgentes por espacio de un año, sometido a malos tratos y privaciones, hasta la terminación de la lucha a fin de 1899 con la pérdida para España de sus dominios en Filipinas. Sobre esta odisea escribió su primer trabajo en volumen con el título de Memorias del cautiverio.

Unos dos años permaneció en Manila después de libertado. En ese tiempo, a la vez que las funciones propias de su ministerio, continuó desarrollando actividades literarias, Entre ellas cuenta el folleto El tiro por la culata, que le acreditó de polemista centra un supuesl0 Enrique Polo de Lara que se había permitido rebatir algunas aserciones de la obra antes mencionada. También recogió en el volumen Flores de un día una selección de sus composiciones, varias de ellas publicadas en periódicos de Manila, Libertas entre otros, y algunas con la firma de Zenit-mar, anagrama de su apellido.

En 1902 regresó a España, destinado por los superiores a le redacción de la revista de la Orden España y América, que se comenzó a publicar en Madrid el 1 de enero de 1903.

En octubre de 1904, se le confirió el grado de lector de Provincia. Al año siguiente se le confió la dirección de la citada revista que le debió en lo sucesivo no poco del auge adquirido, llegando a ser una de las primeras, sino la más importante, de las publicaciones religiosas españolas de entonces.

Posteriormente residió algún tiempo en Alemania en plan de estudios, y luego (1907) una temporada en la Argentina. Trasladado a Cuba fué en la Habana (1908-10) profesor del colegio de San Agustín. De su labor oratoria desarrollada en Cuba, aparte de los volúmenes IV y V. formó el libro Religión y patriotismo (número VII), dos veces reimpreso.

Después de repatriado ejerció de profesor en el colegio sostenido por la Orden en Tapia (Asturias), hasta que pasó a la residencia de Madrid, donde se le volvió a confiar en junio de 1914 la dirección a la revista España y América, que ya dirigió hasta su fallecimiento. Con ese cargo compartió desde 1918 el de vicerector de dicha residencia.

Su labor literaria y oratoria durante estos últimos años fué de una actividad extraordinaria. La mayor parte de ella ha sido recogida en volumen (VI al XXVII). y ha quedado en colecciones de periódicos y revistas, especialmente en la por él dirigida, una producción “considerable, referente sobre todo a crítica literaria, de la que sólo pea parte ha pasado a libro en el titulado De paso por las bellas 5 (número XVII). Sobresale su labor como conferenciante, con actuaciones no sólo en Madrid, sino en diversos lugares de España.

Aunque menos fecundo que en la primera juventud, nunca dejó de cultivar la poesía. En la Fiesta de la Raza de 1919 celebrada por el Ayuntamiento de Madrid le fué premiada la Poesía La prez de la raza, incluida después en la segunda edición del libro Flores de un día (número III).

De la importante producción de su últimos años merecen: especial mención cinco de sus libros, dos de los cuales (números XIII l y XIV) enjuicia González Blanco así: “Como teólogo, su obra más importante fué La objeción contemporánea contra la Cruz, apología científica de la fe cristiana, llena de hondas y nobles sugestiones religiosas, aunque discutible en puntos de gran trascendencia. No así, en el orden filosófico, su Semblanza del primer superhombre, o Nietzsche y el nicherismo, libro de grandes alientos, que abunda en buena y solida doctrina, y que trata con oportunidad y acierto las cuestiones más capitales suscitadas por la crítica nietzschana en Europa y en el mundo. Echábase muy de menos en España un estudio acerca de Nielzsde .. El trabajo del P. Graciano vino a llenar esta importante laguna nuestra literatura filosófica”. Los otros tres volúmenes son los que que recogen sus conferencias y artículos (números XIX, XXI y a sobre la vida, la obra y las contradictorias interpretaciones de Teresa de Jesús.

Entre los honores alcanzados por Fr. Graciano Martínez figuraba el de académico correspondientes de la Academia Americana de Ciencias y Artes de Cádiz.

Dejó de existir el P. Graciano el 2 de enero de 1925.

Obras publicadas en volumen:

I.—Memorias del cautiverio: Páginas de la revolución filipina: (Manila, 1900).

IL—El tiro por la culata. (Manila, 1900: refutación a las. objeciones hechas a la obra anterior por Enrique Polo de Lara; folleto):

III.—Flores de un día. (Manila, 1901; colección de poesías: Reeditada con adiciones en Madrid, 1920).

IV.—Panegírico de Santo Tomás. (Habana, 1909; sermón pronunciado el 7 de marzo de ese año en dicha ciudad).

V.—Enseñanza y religión. (Habana, 1909: discurso en la inauguración de las Escuelas Pías de Guanabacoa).

VI—Si no hubiera cielo… (Madrid, 1911; novela).

VII.—Religión y patriotismo. De mi labor evangélica en La Habana. (Madrid, 1911; sermones, discursos y conferencias; un volumen en 4º dos ediciones posteriores, 1917 y 1924, la última en dos volúmenes 8º).

VIl.—La batalla de Covadonga. (Gijón, 1912; sermón en Covadonga el 8 de setiembre de ese año).

IX.—Los talleres de Santa Rita de Casia en Madrid. (Madrid 1913: conferencias). “q

X.—Las prodigalidades del Ministerio de Instrucción Pública y la Institución Libre de Enseñanza. (Madrid, 1915; opúsculo).

XI.—La Institución Libre de Enseñanza y la gestión de los e primeros directores generales de Instrucción primaria. (Madrid, 1919 folleto; artículos publicados en España y América).

XII.—Hacia una España genuina. Por entre la psicología nacional. (Madrid, 1916; colección de artículos publicados en España América; segunda edición en 1924,).

XIII.—La objeción contemporánea contra la Cruz. (Madrid, 1918; conferencias en la iglesia de San Manuel y San Benito de Madrid).

XIV.—Semblanza del primer superhombre, Nietzsche y el Nietzschismo. (Madrid, 1919).

XV.—El libro de la mujer española. Hacia un feminismo cuasi dogmático. (Madrid, 1921).

XVI.—Lo que nos ha de traer la pacificación de España. (Madrid, 1921; oración sagrada).

XVIL.—De paso por las bellas letras. Críticas y critiquillas. (Madrid, s. a.; 1921: dos tomos en 4.9).

XVI. —Matrimonio, divorcio y amor libre. (Barcelona, 1921; conferencia en el Instituto Agrícola de Barcelona).

XIX.—Santa Teresa de Jesús: La doctora y la escritora. Madrid, 1922; discurso en la Academia de Jurisprudencia).

XX.—En pro del reflorecimiento misional español. El sacerdote español y las vocaciones de misioneros. (Madrid, 1922; discurso).

XXI—La cultura de la mujer en el hogar. Santa Teresa. La Mujer y la santa. La escultora de almas. (Madrid, 1923; conferencias en la Universidad y en el Fomento del Trabajo Nacional de Barcelona).

XXII—Hacia la solución pacifica de la cuestión social. (Madrid, 1993).

XXIII.—Regionalismo y patriotismo. (Madrid, 1923; conferencia en el Teatro Palacio Valdés de Avilés, el 27 de julio de ese año).

XXIV.—San Roque. Panegírico. (Madrid, 1924; pronunciado €n la iglesia parroquial de Llanes el 16 de agosto del año anterior).

XXV.—Qué nuevas publicaciones católicas conviene crear. (Madrid, 1924; folleto; ponencia a la Asamblea Nacional de Prensa Católica),

XXVI.—Por la unión de la Iglesia ruso-griega a la católica, Apostólica, romana. (Madrid, 1924; oración en la iglesia de la Virgen del Perpetuo Socorro de Madrid).

XXVII—Libro de Santa Teresa. (Madrid, 1926; compilación de trabajos sobre Teresa de Jesús, obra póstuma con prólogo de Pr, Jesús Delgado).

Trabajos sin formar volumen:

1.—La pérdida de Filipinas. (En la obra Estado de la Provincia agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas, 1905, páginas 162 a 205).

2.—Carta desde el cielo. (En el folleto Recuerdo de la colocación de la primera piedra de la iglesia y colegio de San Agustín, Buenos Aires, 1907).

3.—Prólogo con la firma de Zenit-mar a la novela de Ernesto Daudet En la tormenta, traducción de Fr. Antonio Blanco con el seudónimo de A. Wite.

Referencias biográficas:

Delgado (Fr. Jesús).—Prólogo al volumen número XXVII

González Blanco (Edmundo).—Un ingenio que desaparece: El P. Graciano Martínez. (En la revista La Esfera, Madrid, 1925, número 577).

Idem.—Varones preclaros de Laviana: El P. Graciano Martínez. (En la revista Norte, Madrid, julio de 1931. Reproducción con modificaciones del mismo trabajo publicado años antes en la revista Asturias, de la Habana).