Sacerdote y escritor contemporáneo, nacido en la villa La Caridad, capital del concejo de El Franco, el 15 de octubre de 1885. Fueron sus padres don Vidal Méndez Méndez y doña Carmen Garcia Santamarina de modesta posición económica. Cuando andaba por los diez años se trasladó con la familia a Turón (Mieres), donde el padre trabajó por espacio de unos cinco años al servicio de la empresa hullera esa en esa localidad.
Adjudicada al padre por subasta en 1900 la construcción de la nueva Iglesia de Cabañaquinta (Aller), en esta población emprendió sucesivamente el muchacho los oficios de carpintero y relojero, en los que trabajó durante algunos años.
De Cabañaquinta pasó a vivir al pueblo de Serrapio (del mismo concejo). El cura párroco de esta localidad, don Camilo Fernández Rojo, advertido de la buena disposición del muchacho para el estudio le inició en el conocimiento de la lengua latina. El primero de octubre de 1906 entraba en el Seminario de Oviedo como alumno interno y en él estudió la carrera eclesiástica hasta que fué ordenado de presbítero de diciembre de 1911.
De esto; mismo año data una memoria sobre Arqueología y orfebrería eucarística presentada al Congreso Eucarístico celebrado en Madrid. Trabajo que fué muy elogiado.
Entre los varios cargos desempeñados en en distintas parroquias después de concluida la carrera sobresale en importancia el de capellán en Caborana al servicio de la empresa Minas de Aller. En este pueblo se aficionó a los problemas sociales, especialmente los que afectaban a la minera, y escribió abundantemente sobre ellos en algunos periódicos ovetenses y con mayor asiduidad en en los gijoneses El Adalid y El Radical en el vallisoletano El Minero Español, soliendo emplear seudónimos de “El Solitario de Caborana”, “Criticón II”, “El Duende del Campón” o “Pajaria”. A esta labor doctrinal asoció actividades practicas de organizador al servicio de la sindicación de obreros católicos, empresa en la que desplegó perseverante acción, en lucha primero contra otras formas de sindicación ajenas a ideales confesionales y después frente a los sindicatos libres que tuvieron como principales propagadores en Asturias en esa época PP Gafo y Perancho.
A consecuencia de las contrariedades sufridas en esta labor se resintió su salud y fué preciso que disfrutara de un permiso de tres meses. Más tarde fué nombrado cura ecónomo de Trelles (Boal); en esta parroquia se aficionó, a la vista del rico archivo conservado en esta iglesia a los estudios históricos y genealógicos. En junio 1928 pasó a ocupar el puesto de cura párroco en Tuña (Tineo). Sobre los documentos del archivo de esta parroquia continuo sus actividades de investigación y fruto de ellas ha sido el libro ‘Los siglos de oro de Tuña», copioso aunque deficientemente ordenado, archivo de la historia de ese lugar, cuna del general Riego y su estirpe, asunto éste que ocupa buena parte del volumen.
En 1934 se le designó para regentar la parroquia de San Esteban de Dóriga (Cornellana), al frente de la cual continúa en la actualidad (1936).
Obras publicadas en volumen:
L—Los siglos de oro de Tuña, cuna de ilustres varones de la nobleza asturiana, Libro primero: Historia documental de Tuña. Libro segundo: El general Riego. (Luarca, 1932).