ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

MON Y VELARDE (Arias)

Magistrado del siglo XVIII contemporáneo de Campomanes y Jovellanos. Nació hacia el año 1790 en el lugar de su primer apellido, concejo de San Martín de Oscos, en el seno de familia distinguida, más por el lustre de algunos de sus miembros que por las riquezas.

Comenzó sus estudios en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Oviedo, en la que continuó luego los de Jurisprudencia, que prosiguió y concluyó en la Universidad de Ávila, donde estuvo bajo la protección de su tío, el entonces obispo de esa diócesis y también escritor Romualdo Velarde y Cienfuegos. Posteriormente vistió la beca de colegial, en 1763, en el Colegio Mayor del Arzobispo, de Salamanca.

Salió de dicho colegio para desempeñar como primer destino público la plaza de alcalde del crimen de la Audiencia de Zaragoza, de la cual fué después oidor.

En esta ciudad comenzó a cultivar como escritor los estudios históricos, jurídicos y sociales. Admitido como individuo de la Sociedad Económica de Amigos del país, fué elevado por sus merecimientos a la dirección de ella. Y la Academia de la Historia le encomendó investigaciones y noticias relacionadas con la comarca zaragozana para el Diccionario histórico-geográfico, por cuyos servicios le nombró en 1788 académico honorario.

En octubre de 1790 se le trasladó a la recién creada Audiencia de Cáceres, de la que fué primer regente con categoría de consejero de Castilla, hasta que en 1800 se le promovió a ministro del Consejo de Estado.

Siéndolo, se le confirió en 1807 la presidencia de la junta nombrada para sustanciar el ruidoso proceso seguido contra la conspiración tramada en El Escorial para destronar a Carlos IV (acerca de este suceso puede consultarse la noticia de Eugenio Manuel Álvarez Caballero, miembro también de esa junta, que se da en la presente obra).

Cuando la invasión francesa de 1808, Mon y Velarde ocupaba el cargo de gobernador decano del Consejo y Cámara Real, puesto en el que hubo de poner a máxima prueba su profundo amor a lo justicia y no menos hondo patriotismo frente a los desmanes de los invasores. Con ejemplar civismo fué valeroso y tenaz defensor del pueblo madrileño. Y en ese puesto habría continuado de no estimar digno el reconocimiento como soberano de José Napoleón, por lo que abandonó todo y emigró a Francia. Aquí fué hecho prisionero de estado y vencido más por las amarguras que por los años dejó de existir en París en 1811.

En reconocimiento a su memoria como magistrado de integridad y patriotismo inquebrantables las Cortes de Cádiz le proclamaron “Benemérito de la Patria”, en sesión del 13 de enero de 1812.

Obras publicadas en volumen:

I.—Discurso de inauguración de la Audiencia de Cáceres. (1813; Manuscrito de 1791).

Trabajos sin formar volumen:

1.—Edicto al pueblo de Madrid. (En la Gaceta de Madrid, 7 de Mayo de 1808).

Obras inéditas:

—Informe sobre el establecimiento de herrerías en Asturias. (MS. fechado en 1782).

— Informe sobre los ruidos y alborotos que causaron en Zaragoza las misiones del P. Cádiz. (MS. de 1789, archivado en la Sociedad Económica de Amigos del País de esa ciudad).

—Si se ha de proceder sólo por indicios a la pena capital, según las leyes de Aragón, o por pruebas patentes y convincentes según las leyes de Castilla. (MS.).

—Ordenanzas para el régimen y gobierno de La Audiencia de Cáceres. (MS. de 1791; en esa Audiencia).

Referencias biográficas:

Anónimo.—Un elogio necrológico. (En el Censor General, Cádiz 17 de enero de 1812).