Abogado y escritor contemporáneo, nacido en Gijón el 4 de octubre de 1900 en el seno de familia acomodada formada en matrimonio por do Benigno Morán Rivero y doña Dolores Cifuentes Suárez.

Sin extraordinaria aplicación a los estudios, cursó la enseñanza elemental y luego el primer año de bachillerato en el Instituto de Jovellanos, de la villa de nacimiento. Con la desgana de estudiar se presentó en él un afán de aventura. Decidió dejar las aulas del Instituto y marchar a cuba para dedicarse aquí al comercio. Con tal propósito y a fin de llegar debidamente preparado para el éxito, abarcó en Barcelona a comienzos de 1916 para los Estados Unidos, deseoso de imponerse en el idioma inglés y prácticas comerciales.

Desde abril del citado año hasta enero del siguiente permaneció en un colegio de Wilton (Estado de Connecticut) y desde enero a setiembre de 1917 cursó estudios en The Moran Business School of Kingston (Estado de Nueva York).

De esta Academia salió en dicho mes de setiembre con dirección a la Habana bastante confiado en que la instrucción adquirida en España y la preparación hecha en los Estados Unidos le servirían para abrirse paso con alguna facilidad. Pero en el comercio de Cuba entonces había que comenzar por el principio como en escalafón cerrado, y Morán Cifuentes fue destinado a reparto callejero de paquetes de los grandes almacenes Fin de Siglo y El Encanto, sucesivamente.

Diez meses permaneció en la Habana dedicado a esta embrutecedora ocupación, al cabo de los cuales comprendió que había equivocado el camino y regresó a España. Despertada por la dolorosa experiencia una gran vocación para el estudio, se dispuso a recuperar el tiempo perdido, y entonces estudió el bachillerato tan ahincadamente que aprobó todas las asignaturas en dos convocatorias. Seguidamente comenzó la carrera de abogado en la Universidad de Oviedo, que concluyó en la Central de Madrid con el título de licenciado en Derecho en 1925.

Desde el comienzo de sus estudios universitarios se dedicó al cultivo de las letras con colaboraciones muchas veces anónimas en diversos semanarios regionales. Hasta 1922 no acomete en serio esas actividades. Entonces empieza a colaborar en el diario gijonés El Noroeste con trabajos políticos y literarios.

También antes de concluir la carrera y llevado de la afición ya ensayada a cruzar mares y saltar fronteras, hizo en 1924 uno de esos viajes poco frecuentes entre españoles a través de países exóticos. En compañía de su tío materno don Dionisio Cifuentes e invitado por éste, recorrió varias ciudades de Francia, Egipto, Palestina y Siria, Famirna, Iala de Samos, Constantinopla, Atenas, isla de Malta, Nápoles, Roma y Pisa. Sus impresiones de viaje fueron recogidas por el citado diario con deleite de los lectores.

Otro viaje también excepcional y en la misma compañía e iguales condiciones de invitado lo llevó a cabo años adelante, en 1929. Un viaje alrededor del mundo de siete meses de duración con el siguiente recorrido: Gibraltar, Argel, Montecarlo, Nápoles, Atenas, Aifa, Jerusalén, El Cairo, Suez, Bombay, Delhi, Agra, Benares, Calcuta, Darjeeling, Madras, Madura, Colombo, Kany, Sumatra, Java, Singapur, Bangkok, Manila, Hong Kong, Cantón, Formosa, Shanghai, Peking, Seppu, Kobe, Kyoto, Nara, Yokohama, Tokyo, Nikko, Honolulu, Hilo, San Francisco de California, Panamá, Habana y la Coruña. También de este viaje vertió sus impresiones en numerosas crónicas publicadas en El Noroeste, que acabaron de afirmar su renombre de cronista. Durante la breve permanencia en Panamá, ejerció profesionalmente el periodismo, desempeñando el puesto de editorialista en el diario bilingüe The Panama América.

Después de concluída la carrera se estableció como abogado en la villa natal, dedicando a la profesión todo su entusiasmo y conquistando en ella reconocido prestigio. Con las ocupaciones del foro y las de escritor compartió las políticas, militante en el Partido Reformista acaudillado por Melquiades Álvarez y dentro de él fue en los primeros años de militante presidente de la Juventud.

En los años primeros de la dictadura – dice Oliveros, Asturias en el resurgimiento español- conspiró activamente contra ésta…Al autorizar el Gobierno Berenguer los actos públicos, en los primeros que tomó parte Morán Cifuentes desarrolló una actividad personal superior a sus propias energías, que son muchas”. Iba a la política con desinterés e intención pura y puso un entusiasmo verdadero a favor de la causa republicana. En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, que dieron al traste con la Monarquía Morán Cifuentes salió electo concejal por Gijón, pero en este puesto cosechó las primeras decepciones. Concurrió solamente a tres sesiones municipales y abandonó el cargo. Sin embargo, continuó luchando por el afianzamiento del nuevo régimen como escritor orador y conferenciante. La más importante actuación suya como tal entonces fue una disertación en el Círculo Liberal Demócrata, de Oviedo, sobre el tema El amor, la mujer y la Constitución.

A las elecciones de diputados a las Cortes Constituyentes celebradas en julio de ese año (1931), fue incluído en candidatura por su partido, que ya había cambiado el rótulo por el de Partido Republicano Liberal Demócrata. Retirada de la contienda electoral la candidatura, a causa de la interrupción tumultuosa de un mitin en Oviedo, Dionisio Morán se apartó de esas filas políticas y algún tiempo después ingresó en Izquierda Republicana, de la que fue en Gijón presidente del Comité local. Pero en su carácter independiente no estaba amoldado para las acomodaciones de una disciplina política, y abandonó también ese partido dispuesto a no militar en ninguna y consagrarse exclusivamente a su bufete de abogado.

En 1933 contrajo matrimonio en Covadonga con doña Antonia Benita de la Huerta Casagrán, con la que, sin motivo de viaje de novio efectuó otra de sus largas excursiones con este itinerario: Toulouse, Génova, Pisa, Florencia, Venecia, Viena, Budapest, Munich, Zurich, Lausana, Ginebra, Burdeos.