ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

NAVARRO RODRIGUEZ (Ramón)

Jurisconsulto y escritor contemporáneo fallecido. Nacido en Pola en Lena el 31 de agosto de 1873. Fueron sus padres don Tomás Navarro y Torres de Ibáñez, de Castellón de la Plana, y doña Carmen Rodríguez Vigil López Pruneda, de la citada villa asturiana.

Comenzó a estudiar el bachillerato en el instituto ovetense, con animo de seguir la carrera militar. Pero una vez graduado de bachiller, el 22 de diciembre de 1890, se reconoció en camino falso. La abogacía atrajo sus preferencias; el 28 de abril de 1896 alcanzaba el grado de licenciado en Derecho Civil y Canónico por la Universidad de Oviedo. Luego cursó en la Universidad Central el doctorado.

En los últimos años de su vida estudiantil en Oviedo comenzó a cultivar las letras con tendencia a los temas políticos, dentro de una ideología conservadora. Sus primeras colaboraciones aparecieron en el semanario de la villa natal, El Valgrande. Una campaña contra inmoralidades administrativas, que coincidió con la terminación de la carrera y que le valió un proceso por injurias, a denuncia de los caciques políticos, le dió ocasión para su primer éxito forense. Inscrito en el Colegio de Abogados de Oviedo inmediatamente después de licenciado, se defendió a sí mismo tan brillantemente en la Audiencia Territorial, que sobreseyó la causa con toda clase de pronunciamientos favorables.

Desde entonces residió en Oviedo, dedicado al ejercicio de la abogacía con prestigio y fama crecientes.

En los primeros años de su dedicación profesional otras dos actividades absorbieron buena parte de su tiempo: el profesorado y el periodismo. Desarrolló la primera en la Academia de Derecho de San Luis, fundada en 1896 con sus hermanos don Leoncio, don Julio, sacerdotes y don Pedro, entonces abogado y magistrado más tarde. Como periodista sobresale en su labor la fundación en 1899 del diario Las Libertades, también con el concurso de sus citados hermanos, del que fué primer director y principal redactor. Cuando años después, debido a una suspensión gubernativa, dejó de publicar Las Libertades, su labor periodística continuó en los diarios que le sustituyeron: El Asturiano primero, y El Pensamiento de Asturias, después. A comienzos de 1905 la creciente atención que le reclamaba el bufete le obligó al abandono de toda otra actividad.

Falleció repentinamente en Oviedo el 8 de mayo de 1935.