ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

PANDO Y VALLE (Jesús).

Escritor en prosa y verso de las últimas décadas del siglo XIX y primeros años del siguiente. “Hombre de letras a la vez que de acción —hemos dicho en otro lugar—, en lo que ha dado España tan escasos como meritísimos: ejemplares, su espíritu desbordase en una ansiedad infrenable de mejoramiento y enaltecimiento colectivos, y España, pero sobre todo Asturias, tiene más de un motivo para reconocerse en deuda con esta preeminente personalidad”. Si fecundo fué como escritor, aún lo fué más como elemento de actividades organizadoras y constructivas.

“Pocos representan mejor —decía su contemporáneo Balbín de Unquera— el tipo de la provincia asturiana en algunos de sus rasgos que don Jesús Pando y Valle: actividad incansable, fe en el porvenir, patriotismo, cordialidad en sus relaciones, altos propósitos, talento, iniciativa tan enérgica y viva como extraordinariamente variada”. Fué hombre generoso y modesto en grado sumo.

Nació Pando y Valle en Villaviciosa el 26 de marzo de 1849, en hogar de familia distinguida de la clase media. Después de cursar la instrucción primaria y la preparatoria de segunda enseñanza en la villa de nacimiento, se trasladó a Oviedo. En el Instituto alcanzó el grado de bachiller en Artes el 19 de junio de 1865: siguió luego los estudios de Leyes en la correspondiente Facultad de la Universidad, graduándose de bachiller en Derecho civil y canónico el 11 de junio de 1869 y de licenciado el 17 del mismo mes del año 70.

Concluida la carrera se estableció como abogado en la villa natal. Simultáneamente a las ocupaciones forenses desarrolló otras: las de fiscal y secretario del Ayuntamiento; fué también concejal, electo en 1873.

Pero lo mejor de su inteligencia y laboriosidad lo dedicó a ejercicios de pedagogo y literato. Con el también escritor y profesor Joaquín García Caveda, y bajo la dirección de éste, contribuyó a la fundación y sostenimiento de un colegio de segunda enseñanza, que gozó de crédito y fama extensos, y en el que Pando y Valle explicó las asignaturas de Geografía, Historia, Retórica y Agricultura.

El escritor, cuyos primeros ensayos corresponden a la época estudiantil, dio por entonces abundantes muestras de poeta y prosista.

Recogieron sus primeras producciones algunos periódicos asturianos y después diferentes publicaciones madrileñas, entre las que cuentan: La Época, La Mañana, El Globo, Ilustración Gallega y Asturiana y La Ilustración Española y Americana, fue también fundador en Oviedo de la revista El Sábado (1878), filial del diario El Eco de Asturias y que aparecía ese día de la semana. A esta época corresponden sus primeros libros (I al V) —poesías crónicas, cuentos, leyendas— el último de los cuales La crisis agrícola, colección de conferencias, señala el derrotero que habría de seguir preferentemente Pando y Valle en lo sucesivo hacia problemas económicos y sociales.

Por esa época (hacia 1878) contrajo matrimonio con doña Rosa García del Busto Acebal, de distinguida familia de Villaviciosa.

El deseo de escenario más amplio para desarrollo de sus actividades le movió a trasladar la residencia a Madrid en 1879, al amparo de un nombramiento de oficial segundo en la Imprenta Nacional y redactor del periódico oficial Gaceta de Madrid.

Como en Villaviciosa, en Madrid se dedicó también a la abogacía, (especialmente como letrado asesor de algunas importantes empresas de suministro eléctrico), y a la vez desempeñó cargos de funcionario sucesivamente en los Ministerios de la Gobernación, Fomento, Ultramar y Hacienda; (en el primero de esos Ministerios alcanzó (1891) la categoría de jefe de Negociado de segunda clase y en el de Hacienda, la de Negociado de primera, que tenía cuando falleció). Fué también en distintos tiempos secretario de los gobiernos civiles de Soria, Pontevedra y Toledo y en diferentes ocasiones desempeñó cargos importantes en comisiones, congresos, exposiciones y centenarios nacionales e internacionales…

Pero no por ello descuidó o abandonó su labor de publicista.

Además de sus colaboraciones periodísticas frecuentes, las más veces sobre temas de carácter económico, en algunas de las publicaciones anteriormente citadas y en el Boletín de Administración Local y La Correspondencia de España, estuvieron bajo su dirección las siguientes: Los Dos Mundos (1883-86). Gaceta de la Banca (1897-900) y Revista de la Banca y de la Industria (1901-2), semanarios: y los diarios La Voz de la Patria (1888-89), La Patria (1889-90) y El Popular (1896). A esta labor del periodista va unida la del conferenciante y autor de numerosos trabajos en volumen sobre las más variadas cuestiones, predominándolas de carácter económico-social.

El escritor, como se ha dicho, iba unido el hombre de acción, inteligente y entusiasta, la huella más honda de su espíritu, aunque menos perceptible al través del tiempo, quedó más en lo que hizo que en lo que dijo. Exacta es la apreciación de Balbín de Unquera al asegurar” que “la pluma del señor Pando Valle ha hecho más que letras; ha conseguido hacer instituciones”.

Él fue quien movió más voluntades hasta conseguir la fundación del Centro de Asturianos en 1885, cuando en Madrid no existía ninguna sociedad regional, y del cual ocupó el cargo de secretario bajo la presidencia de José Posada Herrera. Prestó asimismo cooperación entusiasta a la fundación de la Academia Médico-Quirúrgica y del Fomento de las Artes. También colaboró valiosamente en la Sociedad Económica Matritense y otras entidades. Pero de todas ellas hay dos de las que fué como la piedra angular y en las que dejé memoria que enlaza su nombre a la historia de las instituciones benéfico-sociales de España.

Son ellas: la Sección Española de la Cruz Roja Internacional y la Unión Ibero-Americana. De la Cruz Roja fué elevado en julio de 1893 a vicepresidente de la Asamblea Nacional y presidente de la Comisión Ejecutiva; como tal, dirigió desde entonces el semanario La Caridad (órgano de la institución). La Unión Ibero-Americana, de la que fué secretario general hasta su fallecimiento, representaba la plasmación de sus más caros ideales: la compenetración y el florecimiento de los pueblos de habla española, ideales que sostuvo desde su puesto con un tesón y un denuedo tan limpios y desinteresados que si algún día se escribe la historia de esas relaciones entre España y las repúblicas hispanoamericanas brillara en ella el nombre de Pando y Valle entre los más destacados. Del Congreso Hispano-Americano celebrado en Madrid en 1900 fué Pando y Valle alma y brazo; desde la iniciativa hasta la clausura cooperó con todo su entusiasmo al éxito conseguido en el mismo.

Sus extraordinarias dotes de organizador las encomiaba Joaquín Costa en una carta que le dirigió desde París el 17 de octubre de 1900: “Una de las causas del fracaso del movimiento nacional de Zaragoza —le decía— ha sido el haber carecido de un secretario o director del empuje, voluntad y dedicación de usted”. En cuanto al amor por él sentido hacia los países americanos de origen hispano valga por todos los otros testimonios la siguiente dedicatoria de Rubén Darío en un ejemplar de la oda a Mitre: “A mi querido amigo Jesús Pando y Valle, primer heraldo en España de nuestras glorias de América”.

Sus merecimientos le abrieron las puertas de diversas corporaciones literarias y científicas, como la Academia de Buenas Letras, de Cádiz, y las Sociedades Económicas de Amigos del País, de Jaén, Montilla, Murcia y Palma de Mallorca. También se le otorgaron a Pando y Valle condecoraciones nacionales y extranjeras: Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar, Encomienda de la Orden de Isabel la Católica, Gran Placa de Honor y Mérito de la Cruz Roja, todas españolas; título de Comendador del Busto del Libertador, de Venezuela; del Monte de Sinaí, del Espíritu Santo, del Instituto del Mediodía de Francia y otros.

Dejó de existir Jesús Pando y Valle el 24 de febrero de 1911.

Obras publicadas en volumen:

I.—Poesías y cuentos. (Oviedo, 1874).

II.—Cuentos y leyendas. (Oviedo, 1875).

III.—Pequeños poemas, (Oviedo, 1876).

IV.—Horas perdidas. Mas versos. (Oviedo, 1877; prólogo de Antonio Balbín de Unquera).

V.—La crisis agrícola. (Oviedo, 1878; conferencias).

VI.—Legítimas aspiraciones del comercio moderno. (Madrid, 1878; conferencias).

VII.—Leyendas. (Barcelona, 1880).

VIII.—Los poesitos. (Madrid, 1880: estudio histérico; folleto).

IX.—Los municipios y su influencia en el progreso. (Madrid, 1882; conferencia).

X.—La cuestión agrícola y los municipios. (Madrid, 1882; idem).

XI.—El comercio y su importancia. (Madrid, 1882, idem).

XII.—Galería de americanos ilustres: Biografía de don Francisco Javier Balmaseda. (Madrid, 1883).

XIII.—Un programa de reformas: Apuntes sobre la crisis agrícola en España y medios de combatirla, (Madrid, 1887).

XIV.—La utilidad de las Sociedades cooperativas. (Madrid, 1891: conferencia),

XV.—El Centenario del descubrimiento de América. (Madrid, 1892; con una carta-prólogo de Alejandro Pidal y Mon).

XVI.—Discurso. (Madrid, 1894; otro discurso en el mismo volumen de Julián Calleja; ambos pronunciados como secretario y presidente, respectivamente, del Colegio de Médicos de Madrid, en abril de ese mismo año).

XVII.—Misión trascendental: Estudio sobre la caridad, el problema social y la Cruz Roja, (Madrid, 1895; prólogo de Jaime Cardona, Obispo de Jaén).

XVIII.—Regeneración económica: Croquis de un libro para el Pueblo, (Madrid, 1897).

XIX.—El impuesto de Consumos y su abolición gradual. (Madrid, 1905).

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—Estudio acerca del Partido Liberal, (En la Revista de España, Madrid, 25 de abril y 10 de agosto de 1886, tomos CIX y CXII).

2.—Una reina modelo: La reina regente doña María Cristina (En ídem, 10 de octubre de 1886, tomo CXII).

 

Referencias biográficas:

Balbín de Unquera (Antonio).—Prólogo al tomo IV de la anterior relación.

Idem.—Biografía: Don Jesús Pando y Valle. (En Asturias, Órgano del Centro Asturiano, Madrid, junio de 1905).

Salmean (A).—Necrología: Don Jesús Pando y Valle. (En ídem, febrero de 1911).

Suárez (Constantino)—Un estudio biográfico-critico. (En La Prensa, Gijón, 1927).