ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

PELAEZ CAMPOMANES (Antonio)

Militar que llegó a la categoría de general de división. Como escritor sólo lo fué de manera circunstancial, a lo que se hace alusión más adelante.

Nació Peláez Campomanes (sobrino del conde de este apellido) en la aldea de Santa Eulalia de Sorriba (Tineo) en 1811.

Cuando cursaba la carrera de Leyes en la Universidad de Oviedo se despertó en él la vocación de las armas y se trasladó a Segovia, en cuya escuela de cadetes ingresó en 1825, según unos, y en 1829, al decir de otros, que seguramente están más en lo cierto. Salió de ella con grado de subteniente en 1831 y comenzó a prestar servicios en Navarra con ocasión de la guerra civil provocada por el pretendiente al trono, don Carlos de Borbón. Durante esa campaña tomó parte en numerosas acciones bélicas desarrolladas en diferentes puntos del país; fué ascendido a teniente por méritos de guerra en la toma de Nazar (Navarra) y distinguido en el sitio de Morella (Castellón), en cuya ocasión prestaba servicios de ayudante de Estado Mayor. En 1839 se le destinó en Madrid al Depósito de la Guerra y al año siguiente volvió al Estado Mayor con destino a Cataluña. Ascendido a capitán en 1842, pasó como ayudante de campo al servicio del general Chacón.

Por entonces se le empezó a distinguir como hombre de extensos conocimientos relacionados con la profesión, por lo que, ascendido a comandante en 1844, se le confiaron delicadas comisiones de reconocimiento en las plazas de lña costa africana y andaluza. Posteriormente prestó importantes servicios en el Estado Mayor, ganándose ascensos y recompensas hasta su elevación al grado de general de brigada en 1857.

Al año siguiente se le destinó a la isla de Cuba. Era entonces capitán general de ese territorio español el general Serrano, a cuyas órdenes prestó Peláez Campomanes valiosos servicios. Se trasladó en el año 60 a la isla de Santo Domingo, al frente de la brigada que tomó posesión de ella cuando este país volvió a reconocer la soberanía de España. Pasó dos años mas tarde a la isla de Puerto Rico; nuevamente a Santo Domingo, a sofocar la rebelión producida contra aquella soberanía; y otra vez a Puerto Rico, por quebranto de su salud, lo que le obligó a regresar a España en 1865.

Después de repatriado desempeñó varios puestos de mando con categoría de general de división. Por entonces dedicó algún tiempo a la política, y en las elecciones de 1866 salió triunfante como diputado a Cortes por uno de los dos grandes distritos en que se dividió entonces Asturias, el de Avilés, al que representó en el parlamento hasta la revolución de setiembre de 1868.

Después de ese triunfo revolucionario pidió destino para combatir en Cuba contra la insurrección que se produjo en la isla en ese mismo año, y al siguiente pasé a ella. Su permanencia en Cuba fué breve; Prestó servicios primeramente como comandante general de la jurisdicción de Cienfuegos y luego con mando de fuerzas en la comarca denominada las Cinco Villas.

Vuelto a España, quedó de cuartel en Madrid (1869). Entonces apareció al público en Cuba un manifiesto anónimo lleno de acusaciones contra varios generales destituidos por el mando supremo, entre los cuales se incluía a Peláez Campomanes. “Este, herido en lo que siempre estimó más que su vida —dice Canella y Secades—, publicó, con autorización de sus superiores, un folleto, profusamente repartido tanto en aquella isla como en la Península, explicando todos sus actos, operaciones y razones de su conducta recta y militar, desafiando a que en juicio público y personalmente se presentasen las pruebas de las acusaciones a él referentes, y anunciando la petición que hacía al gobierno de ser enviado a la Habana y sometido a sumario en que fueran oídos cuantos quisieran deponer”. (Este folleto es lo único que se conoce de Peláez Campomanes como escritor para el público, y se reseña más abajo).

Disgustó a Peláez Campomanes que el Gobierno no le permitiera someter su reputación a la prueba pedida, lo cual, unido a otros disgustos, le determinó a retirarse del servicio activo de las armas. Posteriormente se negó a ocupar elevados cargos que le fueron ofrecidos en distintas ocasiones.

En el pueblo de nacimiento transcurrió el resto de su vida, dedicado a remediar en lo posible calamidades de sus convecinos, hasta su fallecimiento, ocurrido el 23 de mayo de 1892.

Entre sus numerosas condecoraciones por méritos de guerra y de servicios estaba la Gran Cruz de San Hermenegildo, pensionada desde la muerte del general Espartero.

Obras publicadas en volumen:

I.—Contestación del general D… a las groseras calumnias que contiene el manifiesto a la nación por los voluntarios de la isla de Cuba. (Madrid, 1869; folleto).

Referencias biográficas:

Anónimo.—Los asturianos de ayer: El general Peláez Campomanes. (En El Carbayón, Oviedo, 27 de junio de 1892).

Canella (F.).—Los asturianos de ayer: El general Peláez Campomanes. (En El Carbayón, Oviedo, trabajo reproducido por Asturias, órgano del Centro Asturiano, Madrid, abril de 1893).