ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

PEREZ DE LA SALA (Pedro)

Ingeniero de caminos, canales y puertos contemporáneo, fallecido. Profesor y publicista. Fué hombre de extraordinario talento y vasto saber, no sólo en materias científicas propias de su disciplina profesional; dominaba varios idiomas antiguos y modernos.

De su cultura diversa y distante de la ingeniería darán idea los dos hechos siguientes; Cuando la guerra franco-prusiana (1870) escribió algunas crónicas acerca de la contienda, en las que aventuró vaticinios sobre probables movimientos de los ejércitos alemanes en Francia, con toda clase de pormenores sobre las posibles variaciones de la marcha: tanto llamaron la atención esos escritos en Alemania que se dispusieron algunos centros oficiales a la indagación de quién pudiera ser el general español que los escribía. Caso parecido le ocurrió respecto de unos estudios que hizo sobre los Santos Padres de la Iglesia católica con relación a las doctrinas socialistas; intrigados en el Vaticano pidieron informes a España sobre el sabio teólogo y canonista autor de tales escritos.

Pedro Pérez de la Sala no ha nacido en Gijón, como se ha escrito en algunas reseñas periodísticas, sino en Oviedo, el 29 de abril de 1827, hijo de don José de esos apellidos y de doña N. Suárez Bará. Seguramente su familia se trasladó luego a vivir a Gijón, donde debió de nacer Pastor, reseñado mas atrás. Pero todo lo que sabemos de su infancia y adolescencia es que en Gijón, discípulo del Instituto, cursó la carrera de Cálculo desde 1841 al 44, ingresó después en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos, de Madrid. En ella se le nombró aspirante segundo el 7 de febrero de 1849. Concluyó la carrera y pasó al escalafón del cuerpo de ingenieros con la categoría de segunda clase en julio del año siguiente, destinado al distrito de León, pero con servicio en la provincia de Asturias.

Al ascender a ingeniero primero el 1 de setiembre de 1853 se le incorporé al distrito de Valladolid, de donde pasó, dos meses después, al de Murcia, encargado del servicio de la provincia de Albacete. Volvió al distrito de León en marzo del año siguiente como jefe interino y en setiembre pasó nuevamente a prestar servicios en Asturias.

En junio de 1859 pasó a la Escuela de Ingenieros de Caminos como profesor de Mecánica racional. En el desempeño de esta función docente recibió el ascenso de ingeniero jefe de segunda clase.

En febrero de 1860 cesó como profesor de la Escuela para desempeñar en la Secretaría del Ministerio de Fomento el puesto de jefe del Negociado de carreteras de segundo y tercer orden, destino que dejó dos años después para ocupar temporalmente el de ingeniero-jefe del distrito de Asturias, para volver en el mes de agosto a la citada escuela, a la que ya perteneció como profesor por espacio de muchos años. Durante el primer curso explico nuevamente Mecánica racional; después tuvo a su cargo la cátedra de Puertos y señales marítimas y alternando con ésta las asignaturas de Ríos y canales de navegación, Riegos y saneamientos de terrenos y Carreteras. Además de catedrático, fué en la misma escuela bibliotecario desde diciembre de 1868, y director desde noviembre de 1884 hasta setiembre del 95, meses antes de alcanzar la jubilación reglamentaria, que obtuvo en enero del 96.

Pero volvió a la dirección de la escuela, aunque jubilado, en julio de 1902 y permaneció en el puesto hasta su fallecimiento.

Durante este largo periodo de su vida alcanzó todos los ascensos en su carrera por este orden: ingeniero-jefe de primera clase en octubre le 1865; inspector general de segunda clase en julio de 1882, y de primera, en febrero del 92, con esa misma categoría como jefe de administración civil.

Con la ocupación de profesor simultaneó el desempeño de otras diversas funciones afines a la profesión. Fué vocal-secretario de la Comisión de Faros desde 1863; profesor desde esa fecha hasta la supresión en 1866, de la Escuela de Torreros: jefe del Depósito de Faros desde 1872. Por Io que se refiere al fomento y desarrollo de las obras públicas de Asturias, para lo que mostró siempre especial interés, estuvieron bajo su dirección las construcciones de algunas carreteras y puertos, la canalización de la ría de Avilés y la traída de aguas potables a Oviedo.

Además, representó a España oficialmente en la Exposición de Electricidad celebrada en París en 1881 y tuvo puesto de vocal en la Consultiva de Caminos, Canales y Puertos en julio de 1882. Después de jubilado desempeñó la jefatura del Depósito Central de Faros por nombramiento de enero de 1898 y en noviembre del año siguiente se le autorizó para prestar servicios como perito en la Sociedad de Tranvías en Madrid, de la que fué nombrado en 1903 ingeniero consultor.

Data de 1864 el más antiguo escrito suyo que conocemos, pero es de suponer que haya publicado alguna otra cosa antes. Ha colaborado en numerosas publicaciones profesionales y de otra índole, con mayor asiduidad en el diario madrileño El Imparcial y en las revistas, también de Madrid, Revista de España y Revista de Obras Públicas. También colaboró en diversos periódicos asturianos.

Su producción más importante fué la destinada a las clases de la Escuela de Ingenieros en obras acreditadas de insustituibles en su tiempo.

Probablemente a merced del triunfo revolucionario de setiembre de 1868 se sintió atraído por la lucha política; lo cierto es que a las elecciones de diputados a las Cortes Constituyentes de 1869 presentó su candidatura por la jurisdicción de Oviedo, una de las dos en que se dividió entonces la provincia de Asturias. No salió triunfante, pero sí ocupó en el congreso el escaño pretendido por haber renunciado el candidato electo, que lo era José Posada Herrera. Fué su única actividad política.

Como conferenciante puede recordarse el cursillo que pronunció en la entonces naciente Institución Libre de Enseñanza, en 1877 sobre Arte militar.

Desconocemos si fué galardonado con alguna condecoración española; las poseyó extranjeras, entre ellas la de Caballero de la Legión de Honor, concedida por el gobierno francés en 1905.

Falleció Pérez de la Sala en Madrid el 14 de marzo de 1908.

Obras publicadas en volumen:

I.—Lecciones sobre el establecimiento y construcción de puertos. (Madrid, 1864-65: un volumen litografiado por la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos).

II.—Señales marítimas. Lecciones en la Escuela de Caminos. (Madrid, 1868: un tomo con un atlas).

Ill —Estudio sobre las inundaciones. (Madrid, 1871).

IV.—Tratado de las construcciones en el mar. (Madrid, 1871; dos volúmenes Con un atlas; obra arreglada al programa de la Escuela de Caminos).

V.—Apuntes sobre la abolición de las quintas y reemplazo del ejército con voluntarios. (Madrid, 1873).

VI.—La guerra en Italia de 1859, (Madrid, 1873).

VII.—Fórmulas para el cálculo de las lentes y prismas reflectores usados en los aparatos de faros (Madrid, 1880).

VIlI.—Lecciones de puertos, recogidas por los alumnos de la Escuela de Caminos. (Madrid, 1884-85; un volumen autografiado).

IX.—Señales marítimas. Notas recogidas por los alumnos de la Escuela de Caminos, 1882-85. (Madrid, 1887-88; dos tomos con un atlas).

X.—Lecciones de faros, recogidas por los alumnos de la Escuela de Caminos. Cursos 1883 a 85. (Madrid, 1888; dos volúmenes autografiados).

XI.—Cálculo de la potencia luminosa de los faros, (Madrid, 1902).

Trabajos sin formar volumen:

1.—Historia de la usura (En la Revista de España, Madrid,13 y 28 de octubre y 13 de noviembre de 1876, tomos LII y LIII)

2.—Guerra entre Rusia y Turquía .(En ídem, 1877 al 78,varios números)

3.—Fragmentos militares de las guerras carlistas. (En ídem, 1881)