ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

PORTAL (Luis)

Escritor contemporáneo, malogrado por una muerte prematura

En otro lugar, poco después de su fallecimiento, le recordábamos con estas palabras: “No hizo Portal profesión de la pluma, porque como afirma él mismo en el prologo de Ataraxia, “el profesional llega a un emboscado comerciante que quiere hacer pasar por entusiasmo lo que es frío movimiento mecánico”. Y por eso él prefería el silencio interior al “pregón bien aupado en lo alto de la voz en el guirigay del mercado”. Fué un escritor recatado y honesto, sin contaminaciones de mercader. Así, salieron de su pluma hasta cinco volúmenes, todos ellos reveladores de un gran temperamento literario recibidos con aplauso por la crítica, en medio de una glacial indiferencia del público, incluso del público asturiano, más obligado a conocerlo y estudiarle’’.

Luis Portal nació en Luarca en 1898, en hogar de acomodada posición económica. En la villa natal hizo los estudios elementales y luego fué enviado por sus padres interno al Colegio francés en Aspárrena (Álava), donde los continuó con la segunda enseñanza para emprender una carrera.

Quedan truncados sus estudios porque su salud pasa por crisis de cuidado y reside en Luarca hasta los años mozos en que se descubre atacado su organismo por el bacilo de Koch. Su salud decae sin que valgan de gran remitivo algunas reclusiones temporales en sanatorios de Castilla.

En la adolescencia surge en él la vocación literaria, que le acompaña creciente y pujante, como si floreciera en un organismo sano. Tal aptitud, se despliega en afirmaciones crecientes, desarrolladas en algunos periódicos locales, y llega a la madurez coincidiendo con la inminente amenaza de muerte que pesa sobre su vida.

La fortaleza de espíritu le permitió ser estoico ante el mal de que se sabía atacado. Estudia y escribe con insaciable afán de superarse a sí mismo y de transmitir algo de él a los demás. El diría como hace decir a Artal (personaje de su novela En su jardín murado): «Solamente me apresuro a escribir para dejar un poco de vida tras de mí, la vida de mis libros”.

El primero de los suyos fué publicado a los diecinueve años de edad con el título de Cuentos de pecado y edificación. Anuncio excelente de un creador literario. Cuentos de asuntos desarrollados en climas viciosos, de los que sale más resplandeciente la virtud.

El segundo libro es una novela que Portal comienza a escribir en Luarca y la continúa en los días tediosos de sus reclusiones en sanatorios de Guadarrama y El Escorial. Sale al público en 1921 con el título de En su jardín murado y el subtítulo de Confesiones de Macrina, virgen enamorada y tísica, y que anuncia un novelista de excepcionales cualidades, confirmadas seis años después con la publicación de Ataraxia que es fruto plenamente maduro de un estilista y un creador. Hay en esta novela pensamiento hondo, dicción impecable y admirables brotes do humorismo asturiano que encuentra sus más linajudos ascendientes en Clarín y Pérez de Ayala.

Entre esos tres libros, Portal entrega al público dos dramas: La conveniencia propia y El hijo, dos obras trazadas con mano perita de dramaturgo que prometen seguro éxito escénico.

En Luis Portal, sobre el cronista, cuentista y novelista, estaba un dramaturgo, desplazado del éxito por las triquiñuelas refandas que abruman el ambiente de teatros y más tarde víctima de éste. Los últimos años de su vida brava Ios dedicó a escribir para el teatro. Dejó inéditas y, como las dos publicadas, sin conseguir la representación de ninguna, diez obras teatrales, todas interesantes, admirables, de seguro éxito dentro del que pueden alcanzar en España las obras limpia y dignamente escritas. Después de larga lucha, entre burlas y engaños, para conseguir la representación de alguna de sus obras, le fue aceptada una de ellas por la dirección artística de la compañía de Margrita Xirgu, en la primavera de 1931. Cuál no sería su júbilo después de tantos sinsabores, de tantas amarguras, que en la noche de ese mismo día caía en cama víctima de un ataque de hemoptisis, del cual fallecía muy pocos días después.

Obras publicadas en volumen:

I.—Cuentos de pecado y edificación. (Luarca, 1917).

II.—En su jardín murado. Confesiones de Macrina, virgen enamorada y tísica, (Madrid, 1919; novela).

Ill.—La conciencia propia. (1919; drama).

IV.—El hijo. (1921: drama)

V.—Ataraxia. (El Escorial, 1927; novela).

Referencias biográficas:

Suárez-Españolito (Constantino).—Una semblanza. (En La Prensa, Gijón, 1932).

Idem.—Un estudio biográfico-critico. (En El Progreso de Asturias, Habana, 1932),