Malogrado poeta del siglo XIX. “Era grande su afición a la poesía—- dice Fuertes Acevedo en Biblioteca de escritores asturianos—- y en Biblioteca de artistas asturianos y en medio de la tristeza que afligía su alma, al sentir que por momentos a terminando su existencia, aun hallaba consuelo a su amargura escribiendo delicadas composiciones inspiradas en los más tiernos sentimientos”.

Nació Blas Posada en Llanos en el año 1840, hijo de don Benito Posada Herrera, del que se da noticia más adelante y doña Concepción Duque de Estrada y Mon de la familia de los Condes de la Vega del Sella.

Comenzó sus estudios universitarios por los de Filosofía (equivalentes entonces al bachillerato) en la correspondiente Facultad de la Universidad de Valladolid. Ya graduado de bachiller, pasó a Madrid, y en la Universidad Central comenzó a cursar la carrera de Derecho. Cuando iba por el segundo año, su salud, precaria desde niño, hizo grave crisis y fué preciso que abandonara los estudios, Desde entonces, a pesar de todos los cuidados, la enfermedad lo fué minando progresivamente, y Blas Posada dejaba de existir en Madrid, con poco más de veinte años de edad, el 24 de febrero de 1861.

Su cadáver fué embalsamado y conducido dos años después a Llanes, donde quedó inhumado en la capilla que en la Iglesia parroquial poseía su pariente materno, el conde de la Vega del Sella.

Como muestra de su obra poética sólo conservamos las composiciones anotadas a continuación.

Trabajos sin formar volumen:

1.—Fantasia. (En la Revista de Asturias, primera época, Oviedo; mayo de 1859; poesía)

2.—Un recuerdo. (En el invierno, Oviedo, mayo del mismo año: idem)

3.—Una poesía. (En la Corona poética publicada en Lérida en homenaje de la Purísima Concepción).

Referencias biográficas:

Suárez (Constantino).—Asturianos de antaño. Vidas truncadas: Blas Posada Duque de Estrada, (En el Diario de la Marina, Habana, de enero de 1933).