ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

RATO Y HEVIA DE ARGÜELLES (Apolinar)

Ahogado civil, auditor de guerra y escritor que floreció en el siglo XIX. Nacido en Gijón hacia 1830, en 1841 ingresó en la Universidad de Oviedo como alumno de Ia Facultad de Filosofía, en la que alcanzó el correspondiente y grado de bachiller el 16 de setiembre de 1846. Continuó luego los estudios, de la Facultad de Jurisprudencia, que concluyó con los dos últimos cursos en la Universidad Central, de Madrid, pero licenciándose en Oviedo el 2 de octubre de 1853.

Inmediatamente de acabada la carrera se estableció como abogado en Oviedo, profesión que desempeñó por espacio de dos años, compartiéndola en el último con el puesto de vocal supernumerario de la Comisión Provincial, organismo consultivo en funciones de Tribunal de lo contencioso.

En 1855 se le designó fiscal de la Alcaldía Mayor de Baracoa (Cuba), isla que entonces pertenecía al territorio de la provincia española denominada Las Antillas. Desempeñó ese destino hasta finalizar el año 1859 y fue a la vez en esa población capitán de voluntarios y asesor de la Marina de guerra.

En dicho año (1859), el capitan general de la isla, general Concha, le trasladó como promotor fiscal interino a la población de Bejucal. De aquí, el capitán general sucesor, general Serrano, le destinó a la Habana como fiscal primero de la Capitanía.

Poco después, al volver la isla de Santo Domingo a la soberanía de España, pasó a ella como auditor de guerra, cargo que ocupó por espacio de unos seis meses, regresando después a Cuba y a su puesto de la Capitanía General.

Por esta época alcanzó Rato y Hevia en La Habana una personalidad de relieve. Abrió bufete de abogado, que mantuvo activamente por espacio de unos catorce años con buen rendimiento económico; desempeñó durante mucho tiempo la Secretaria del Banco de Comercio; asesor de la Comisión militar; síndico del Ayuntamiento y su tercer teniente alcalde durante ocho años. Figuró entre los fundadores y ocupó el puesto de primer presidente de la Sociedad de Beneficencia Asiática. Desempeñó además el cargo de sindico del Colegio de Abogados en 1874 y en 1876 se le nombró miembro de la Comisión redactora de la Ley Hipotecaria para Cuba y Puerto Rico. Por méritos contraídos en los cargos y comisiones de carácter oficial se le concedió la Encomienda de la Orden Americana de Isabel la Católica.

El autor anónimo de Personas visibles de Cuba (MS. en la Biblioteca Nacional de Madrid) le recuerda con estas palabras: “Es el señor Rato de regular talento, travieso, intrigante y, en política, del partido peninsular intransigente y pleitista”.

Desconocemos si durante su larga permanencia en Cuba ha cultivado las letras, aunque suponemos que si. En Cuba contrajo matrimonio con una señorita de apellido Duquesne, de familia rica.

Se repatrió poco antes de 1880. En este año se le destinó de auditor general a la Capitanía de Aragón, y poco después se retiró de las actividades militares. .

Compartía su residencia entre Asturias y Madrid, viviendo aquí a lo gran señor, rodeado de estimaciones en los círculos intelectuales y políticos. Se dedicó con “perseverantes trabajos a la protección de nuestra decaída agricultura”, como dice Balbin de Unquera, quien le declara“ no sólo benemérito del país asturiano, sino también de toda España”. Colaboró sobre esos temas y otros similares en el Boletín de la Sociedad Geográfica y otras publicaciones especializadas. Asimismo escribió acerca de los problemas económicos y administrativos de las todavía no pendidas por España tierras antillanas, y en este sentido tomó parte en el Congreso de Geografía Colonial celebrado en Madrid en 1884.

Esos entusiasmos le llevaron a desempeñar puestos directivos en varias instituciones. Fue vicepresidente de la Sociedad de Agricultores de España, miembro del Consejo de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, socio de mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País de Sevilla y de otras corporaciones. Figuró entre los más entusiastas fundadores y propulsores del Centro de Asturianos de Madrid, y fué presidente de la Sección de Beneficencia al constituirse esa sociedad, y presidente general en 1891.

A partir de este año publicó anualmente en vísperas de la Fiesta del Trabajo del día 1º de mayo un folleto bajo el título de La cuestión social en España, dedicado a combatir aspiraciones socialistas que luego fueron superadas con creces en la realidad, cosa que sucede siempre a quienes se oponen al natural avance del progreso y la civilización. También cultivó la poesía bable. El amor al dialecto vernáculo asturiano le llevó a interesarse de la Academia de la Lengua por la admisión en el Diccionario oficial de algunas palabras (número I) y a. publicar un Vocabulario (número V). De esta obra dice Somoza con su peculiar acritud: ’’El autor de la presente obra no poseía luces, ni lectura, ni cultura, ni ideas adecuadas siquiera para la ardua empresa que intentaba acometer: ni concepto tampoco del inmenso bagaje y conocimientos filológicos, lingüísticos y etimológicos, que bagaje y conocimientos se requerían para la dificultosa labor que echaba sobre sus hombros. Por añadidura, sus definiciones ni son exactas ni apropiadas; su estilo es ramplón y adocenado; y el caudal de las voces que registra no excede de lo mediano. Confunde las locuciones de los instrumentos diplomáticos, más o menos romanceadas, con las del vulgo; y sus acepciones son con frecuencia tan desatinadas y fuera de lugar, que más se asemejan al entretenimiento de un rústico, que a la labor de un aprendiz de literato.” (Registro asturiano).

Dejó de existir Apolinar de Rato y Hevia en Madrid el 22 de mayo (otros anotan el 24) de 1894. Su cadáver fue trasladado a Gijón.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Carta en bable que dirigió al Excmo. Sr. Presidente de la Real Academia Española, suplicandole la inserción en la duodécima edición del Diccionario de la misma de varias voces del bable; y que se tratasen algunas notas puestas al Quijote por varios académicos. (Madrid, 1885) folleto en cuarto; también en el tomo V de Memorias de esa Academia, 1886)

II al IV.—La cuestión social en España. (Madrid, 1891, 92 y 93; tres folletos anuales con motivo de la Fiesta del trabajo del primero de mayo, en colaboración con Evaristo Casariego y Manuel de la Paliza)

V.—Vocabulario de las palabras y frases bables que se hablaron antiguamente y de las que hoy se hablan en el Principado de Asturias, seguido de un compendio gramatical. (Madrid, 1892: un tomo en 4º)

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—Discurso sobre los medios de aumentar la producción y riqueza de las Antillas españolas. (En el tomo I de Actas del Congreso de Geografía Colonial y Mercantil, Madrid, 1884).

2.—Venta de los montes por el Estado. (En el Boletin de la Sociedad Geográfica, Madrid, 1886, tomo XX).

3.—Noticias sobre el concejo de Carreño, en Asturias, (En idem, 1887, tomo XXII).

 

Referencias biográficas:

Balbín de Unquera (Antonio) — Los asturianos de hoy: Don Apolinar de Rato y Hevia. (En Asturias, órgano del Centro de Asturianos, Madrid, febrero de 1891; reproducido por El Carbayón, Oviedo, 13 de febrero del mismo año).