Religioso dominico que vivió en las décadas de enlace de los siglos XVII y siguiente. “Misionero español —dice la Enciclopedia Espasa— nacido en San Félix de Valdesoto, Siero, lugar de la actual provincia y diócesis de Oviedo, hacia 1668”.
Tomó el hábito de la Orden de Santo Domingo en el convento de este nombre de la ciudad de León, en el que fué cantor, Después residió en el convento de Las Caldas (Santander).
En 1694 se le destinó a las misiones establecidas por la Orden en Filipinas. En la provincia de Cagayan regentó sucesivamente las parroquias de Galtarán, Tabang, Ituleng, Tuga y Mananig. Después fué superior y maestro de novicios en el convento de Santo Domingo de Manila. Por último pasó a las misiones sostenidas entre igorrotes, donde residió hasta su fallecimiento; fué en ellas vicario de Babuyanes, Fatal y Capinatan. Escribió letrillas, pequeños tratados piadosos y unas meditaciones sobre la misa.
En la citada Enciclopedia se anota sobre este fraile lo siguiente: “Por sus raras virtudes y dones místicos extraordinarios, fué discutidísimo en vida, teniendo que sufrir grandes persecuciones por parte de sus mismos hermanos de hábito. Se cuenta de él que era tan mortificado, en la abstinencia, que se notó en varias ocasiones haber pasado dos y tres días sin tomar alimento, a pesar de estar de camino, pues todos los viajes los hacía a pie y en silencio. De otras mortificaciones sería largo hablar aquí, contando, los igorrotes de Babuyanes que las pocas horas que dormía lo hacía en las angarillas que servían para conducir los cadáveres. Murió santisimamente en Cabagan, después de predecirse circunstancias de su muerte, el 24 de junio de 1724, a los cincuenta y seis años de edad”.