Eclesiástico y escritor, seguramente nacido antes de mediar el siglo XVIII, en Villaviciosa. Estudió la carrera en Salamanca hasta licenciarse en Teología. Por los últimos años de su siglo fué cura párroco de Ontalvilla y despoblado de Ontariego, en la provincia de Segovia.
A esto se reduce cuanto se conoce de él biográficamente. Como escritor sólo se sabe que ha dejado la obra en dos tomos Historia fabulosa del distinguido caballero don Pelayo Infanzón de la Vega, una imitación de la inimitable obra de Cervantes. Es una crítica, pautada en el Quijote, a las vanidades fundadas en notables ascendencias y otras manías sociales, que contiene trozos escritos en bable.
Balbín de Unquera en la revista Asturias (Madrid, mayo 1916) atribuye esa obra a un escritor inexistente, homónimo del protagonista, creyéndola autobiografía, pero en el número de julio de la misma publicación declaró su error.
Gazapo de mayor monta se le escapé a Julio Somoza en la obra Jovellanos: Nuevos datos para su biografía; En la nota marginal de la página 143, la supone parto del “ingenio de D. Bernardo Alonso, que, según conjeturamos, no es otro que D. Bernardo Alonso Ablanedo”. Consiste el error de Somoza en haber tomado el Alonso por apellido, cuando es nombre, y haberlo pospuesto al de Bernardo, que es el que va en segundo lugar; después se añade el apellido Ablanedo… por conjetura, y el conjeturar ofrece esos peligros.
Jovellanos juzga esa obra con severidad y dice que por haber seguido la pauta del Quijote, el autor “no sólo ha sacrificado la gloria que pudiera tener un ser medianamente original, sino que se ha expuesto al riesgo que resulta de no pasar de mediano imitador”.
Emilio Cotarelo y Mori, en su estudio Imitaciones castellanas del Quijote difiere de la opinión del polígrafo gijonés. Dice que es obra “maltratada por Jovellanos, quizá no con entera justicia”, y asegura que: “No está mal escrita; es de erudición pobre (como tomada del Moreri) cuando quiere ostentarla… Es el único, entre todos los imitadores de Cervantes, que supo crear un tipo a la vez ridículo y simpático”.
Carlos IV animó al autor a escribir la tercera parte de esa obra, cual él mismo dice en el prólogo de la segunda edición, pero si Ilegó escribirla, no Ilegó a publicarla.
Obras publicadas en volumen:
I.- Historia fabulosa del distinguido caballero D. Pelayo Infanzón de la Vega, Quijote de Cantabria. (Madrid, 1792-93; dos tomos en 8º; segunda edición en 1800)