Uno de los poetas bables contemporáneos más populares en Asturias y las colonias asturianas de América, mucho más conocido por su seudónimo de Pachin de Melás. Padre del dibujante reseñado a continuación.
Nació en Gijón y fué bautizado en la iglesia parroquial de San Pedro el día 4 de octubre de 1877. Fue el hogar de sus padres un modesto y honrado hogar de artesanos. “Mi pobre madre —dice él mismo— guapa, pequeñita y alegre, tuvo miedo que se despoblara el mundo y cooperé a su repoblación dando dieciocho vástagos, de los que tuvo el honor de contar vivos y yantando a la mesa doce”.
Aunque su posición era humilde y la prole numerosa, los padres cuidaron de ir dando carrera a los varones, pero llegó un momento en que ya era imposible más sacrificado esfuerzo y ese momento coincidió con la entrada en escena de Emilio, que no pudo pasar de la instrucción elemental, “La desgracia —-hemos dicho en otro sitio— era doblemente lamentable, porque Emilio había nacido tartamudo (casi mudo en los primeros años), y, sobre tener que empezar en la adolescencia a ganarse la vida a brazo partido como obrero mecánico, el desprecio y la mofa de la impiedad ajena le dieron a gustar en la edad de los sueños el dolor de sentirse rebajado, disminuido en su condición humana, sin culpa propia. Su lucha por la vida fué asperrima, verdaderamente heroica. Por mejor alejarse de la gente, desalmada, buscó trato con los libros que le resultó noble y placentero. Además, le puso en posesión de un caudal de cultura nada frecuente entre obreros, y esto, coincidiendo con que en los años mozos aminoró su grave defecto físico, le fué conquistando una creciente consideración en su esfera social”.
La lectura le permitió desarrollar la íntima vocación de escritor que sentía desde niño, la cual asoció a su rebeldía de orden social: colaboró en algunos periódicos obreros de la localidad, como La Defensa de Obrero y La Organización. También por entonces concurrió a las clase nocturnas de la Escuela Industrial, en la que estudió con gran aprovechamiento y elevadas calificaciones algunas asignaturas, que le sirvieron para metodizar y acrecer sus conocimientos.
El aludido defecto físico, origen de tantas molestias, le tenía que reportar algún beneficio, y éste consistió, aunque ya bastante atenuado tal degento, para que en 1896 quedara libre de rendir su tributo de soldado, con lo cual tal vez se libró de tomar parte en la extenuadora guerra de Independencia cubana, antipátrica además, vista desde el lado español.
Enamorado en 1898 de una “obrerita morenucha”, como ha dicho él mismo, Agapita Sánchez, con la cual se habría de casar dos años después, se destapó de pronto con una vocación de poeta hasta entonces sin descubrir. Pero la expresión preferida, casi exclusiva, para sus composiciones fue el dialecto regional. Así nació el popularísimo poeta en bable. Después de casado, animado por los éxitos y favorable acogimiento del hogar propio, dedicó a estos casi todos los momentos de descanso de las tareas de mecánico; por entonces sus colaboraciones poéticas, y también en prosa, aparecen en los periódicos locales, algunos de otras localidades asturianas y la revista Asturias, de Madrid. También comenzó entonces a participar en veladas y fiestas de carácter literario y en certámenes y concursos públicos. En los Juegos Florales celebrados en Avilés en 1904 alcanzó un premio con una composición en bable y en un certámen que tuvo lugar en Gijón ese mismo año se le premió otra poesía. Pocos años después, en 1907, en un concurso organizado por el diario gijonés El Noroeste obtiene dos premios con una poesía bable y una memoria sobre la plaga del matonismo.
El poeta y también prosista, sentía una gran inclinación a cultivar el género teatral. Por fin, el 8 de febrero de 1906 consigue estrenar su primera obra, representada con éxito en el Teatro Jovellanos por la compañía de Montijano: un boceto dramático titulado La peñuca, con el que conquista calurosos aplausos. A ese ensayo siguen otros: el diálogo en bable Veyures, estrenado en el Teatro Dindurra en noviembre de 1908, con tal éxito, que, desde entonces, ha sido representado cientos de veces, y iHevia arreglu!, sainete estrenado en el mismo teatro en, junio de 1909. Su nombre como autor de teatro regional quedó lanzado a la fama. A estos éxitos en la escena sumó otros de cuentista y cronista, solicitada su colaboración por las publicaciones asturianas de América.
Todo se asociaba para que le fuese grata la vida, cuando le sale la fatalidad al paso; la fatalidad representada en una grave lesión del aparato respiratorio. El desenvolvimiento económico sufre una crisis también grave porque Robles Muñiz se ve precisado al abandono de su oficio de mecánico. Había que buscar una ocupación menos penosa. Se le ocurre hacerse maestro de instrucción Primaria en la Escuela Normal de Oviedo aprueba en dos días el ingreso y dos cursos sin otros estudios previos que un repaso de los programas y alguna que otra consulta a libros de texto. Pero, con todo, el proyecto era para más largo plazo de lo que el presupuesto doméstico consentía y medio repuesto de su enfermedad, decide volver al duro oficio. Poco después pierde esta plaza y transcurren los días sin encontrar nueva tarea que le consienta hacer frente a las necesidades de su hogar. Hubo de recurrir a ser peón en los muelles del puerto, de donde le saca un amigo, que le proporciona trabajo en otro taller de mecánica. Esta nueva colocación habría de durar poco también, ya que por sus campañas de orden social se le destierra a Sama de Langreo. Para colmo de esa racha de contratiempos se recrudece su enfermedad pulmonar, imposibilitándole esta vez para la ruda labor de su trabajo cotidiano, de manera definitiva.
Como lenitivo a tantas amarguras se refugia con mayor ahínco en sus divertimentos literarios, más placenteros que productivos, y afirma su personalidad con numerosas colaboraciones periodísticas, la publicación de un volumen de crónicas titulado Gijonismo y otro de cuentos en bable, Les veyures de Pinón. El autor de piezas teatrales continúa cosechando aplausos con estrenos sucesivos de obras de carácter asturiano, tales como la comedia El último sermón, los diálogos Probe Melandru y Malde cañes y el cuento Secadiella, todas estrenadas en los antes mencionados teatros gijoneses y representadas en otros lugares de Asturias.
En 1911 empieza a restaurar su casi derrumbada vida económica. Mediante oposición, alcanza una plaza de maestro de taller en la Escuela Industrial, aunque solo remunerada en principio con mil pesetas anuales. A este ingreso y al tampoco muy crecido de sus producciones teatrales y literarias, une el de trabajo como redactor de calle de los periódicos locales: trabaja sucesivamente en La Opinión, El Principado y el Pueblo Astur, y luego pasa a corrector de pruebas de El Noroeste. Como es hombre activo y emprendedor concibe diversos proyectos; entre los que realiza con algún éxito está la edición de una serie de postales bajo el título de Cantares asturianos, en las que se acompaña una interpretación gráfica del cantar respectivo.
En 1915 establece en Gijón una agencia de corresponsalías de periódicos regionales y nacionales, que ha podido desenvolver con acierto y éxito y al frente de la cual continúa actualmente (1936).
No abandona sus colaboraciones periodísticas ni la publicación de otros trabajos de mayor empeño, en volumen. Pero por entonces consagra sus mejores entusiasmos a crear y sostener un teatro de ambiente asturiano, empeño que consigue hasta donde los no muy ricos medios ambientales lo consienten. Además de las obras ya citadas estrena desde 1910 unas quince piezas teatrales, entre comedias, zarzuelas, entremeses, diálogos y monólogos. Casi todas fueron impresas, a excepción de Rayo de sol, estrenada en 1914; Pastorela, zarzuela estrenada en 1920, y la comedia Al sonar de la Salguera, que lo fué en 1935. Entre las más aplaudidas figuran: la zarzuela El filandón, el entremés La herencia de Pepín y el monólogo El tratu de Quicón el Magüetu. Algunos de sus éxitos teatrales fueron festejados con homenajes.
Entre otras empresas por él acometidas en ésta última época, dignas de mejor acogimiento de la alcanzado, figuran la fundación en 1911 de la revista Alma Asturiana, la Biblioteca de Escritores Asturianos en 1915 y: La Novela Asturiana, colección de novelas cortas, en 1916.
Toda su vida de escritor responde a su gran amor a la región de nacimiento; “Si la voluntad, amor y fe que puse en cantar y enaltecer a mi Asturias – ha dicho él mismo -, los pongo en algo negociable… millonario”.
Obras publicadas en volumen:
l.—La Peñuca. (Gijón, 1906; boceto dramático estrenado en el Teatro de Jovellanos el 8 de febrero de ese año por la compañía Montijano).
Il.—Gijonismo. (Gijón, 1909; colección, de artículos sobre recuerdos de la niñez).
III.—Veyures. (Gijón, 1909; diálogo en bable estrenado en el Teatro Dindurra el 9 de noviembre de ese año; dos ediciones posteriores).
IV.—¡Hevia arreglu! (Gijón, 1909; sainete en bable estrenado en el mismo teatro el 28 de junio de ese año).
V.—Les veyures de Pinon. (Gijón, 1909: colección de cuentos en bable).
VI.—Mitos y supersticiones asturianas, (Gijón, 1912).
VII.—EI tratu de Quicón el Magüetu. (Gijón, 1913; monólogo estrenado en el Teatro Dindurra el 23 de noviembre del año anterior, Cinco ediciones posteriores).
VIII.—Secadiella. (Gijón, 1915; cuento estrenado en el mismo teatro el 7 de enero de 1910; reimpreso dos veces).
IX.—Na quintana. (Gijón, 1916; sainete premiado por el Club de Regatas de Salinas y estrenado aquí el 21 de agosto de ese mismo año).
X.—Probe Melandru. (Gijón, 1918; diálogo estrenado en el Teatro de Jovellanos el 5 de abril de 1909; una edición posterior ).
XI.—Los rapazos cantariegos. (Gijón, 1919; diálogo estrenado en el Teatro Robledo el 4, de marzo de ese año).
XII.—La sosiega, (Gijón, 1922; zarzuela en un acto en bable con musica de Francisco Rodríguez Lavandera, estrenada en el Teatro Dindurra el 4 de mayo de 1919).
XIII—El último sermón, (Gijón, 1922; comedia en un acto estrenada en el mismo teatro el 10 de julio de 1908).
XIV.—El gaitero de Fonfría. (Gijón, 1922; novela corta).
XV.—Mal de cañaes. (Gijón, 1923; diálogo en bable estrenado en el Teatro Jovellanos el 10 de marzo de 1910)
XVI.—EI filandón, (Gijón, 1924; zarzuela con música de Sara R. Caso, estrenada en el mismo teatro el 26 de diciembre de 1919).
XVII.—La herencia de Pepin. (Gijén, 1924; entremés estrenado en el Teatro Dindurra el 6 de agosto de 1915).
XVIII.—Agudezas asturianas. (Barcelona, s. a.; colección de chistes en bable).
XIX.—Pensatible. (Gijón, 1926; selección de poemas en bable)
XX.—Los malditos, (Gijón, 1926; comedia en dos actos estre® da en el Teatro Dindurra por la compañía Gómez Ferrer el 12 de febrero de 1913)
XXI.—Regalin de aldea. (Gijón, 1928; diálogo en bable).
XXII.—Xuaco busca un criao… y na mas. (Gijón, 1928; monólogo en bable).
XXIII.—Los amores de Gorin. (Gijón, 1928; diálogo en bable):
XXIV.—Noche de luna. (Gijón, 1933; comedia estrenada en el Teatro de Jovellanos el 12 de abril de ese año).
Trabajos sin formar volumen:
1.—…Medero, murmura la floresta… (Cuento incluido en el libro Cuentistas asturianos, Madrid, 1930, del autor de esta obra; tomado de aquí para una antología en alemán).
Referencias biográficas:
Suárez (Constantino).—Una semblanza. (En Cuentistas asturianos, Madrid, 1930).