Dibujante especializado en el cartel anunciador, hijo del publicista reseñado anteriormente, más conocido por su firma de artista consistente en los dos nombres propios: Germán Horacio. También ha usado como ilustrador los seudónimos de Pachín y Gr. Man.

Nació en Gijón el 3 de diciembre de 1902. Después de hecha la instrucción primaria, el padre, que era a la sazón profesor de la Escuela de Artes Industriales, le inició en el preparatorio de la carrera de perito mecánico, preparatorio que aprobó. Pero en el curso del primer año fué suspendido en todas las asignaturas a excepción de la Geografía, en la que alcanzó, por contraste, la calificación de sobresaliente.

Su vocación no daba señales de ir por ese derrotero, como no iba efectivamente. En lo único que ponía todo su entusiasmo era en hacer dibujos, sin que nadie le diera importancia a sus monos. Los padres buscaron otro medio de encauzarle en la vida y fue éste el ingreso como aprendiz en un taller mecánico. A causa de un accidente sufrido en dicho taller, la familia le busco trabajo, menos duro en un gran bazar gijonés destinado a restauración de juguetes, gramófonos, etc. En dicho comercio acabó por ser más estimado como dibujante que como operario, y le dedicaron a ilustrador de catálogos y otros medios de información y publicidad.

El padre se había dado cuenta de las grandes disposiciones del hijo para el arte y le facilitó la asistencia a las clases nocturnas de la Escuela de Artes y Oficios. Perfeccionado con estos estudios comenzaron a solicitarle dibujos, sin remuneración desde luego, para las publicaciones locales, en las que obtuvo a los quince años sus primeros éxitos como caricaturista.

Algún tiempo después y al amparo de esa beca, se trasladó a la capital y comenzó a asistir como alumno libre a las clases de la Escuela Superior de Bellas Artes. Pero pronto abandonó esas aulas para dedicarse de lleno a las prácticas de dibujante en el Museo de Reproducciones Artísticas, continuando la norma de ser maestro de sí mismo.

Retirada la pensión que disfrutaba al advenimiento de la Dictadura del general Primo de Rivera, en 1923, regresó a Gijón. Cumple por entonces el servicio militar con la permanencia de un año destinado en La Coruña. Regresa después a la villa de nacimiento, en la que prosigue sus ensayos de dibujante especializado en el cartel. Su iniciación pública como cartelista tuvo ocasión en 1925 con motivo de la III Feria de Muestras gijonesa, para la que le fueron encargados dos carteles: uno turístico y otro comercial.

Al año siguiente (1926) marcha de nuevo a Madrid, con recursos propios, aunque escasos y se defiende con colaboraciones de ilustrador de las revistas gráficas La Esfera, Nuevo Mundo, Buen Humor, Por Esos Mundos y otras y con su trabajo en un estudio fotográfico como redactor e iluminador. Ambas modalidades artísticas le apartan de la que más arraigada lleva en el espíritu, la de cartelista, y a la que decide consagrarse por lo

Aquí, por espacio de cuatro años expone sus creaciones de cartelista en las Ferias de Muestras. Cuando ha creado una buena cantidad de obras de este tipo, y después de contraído matrimonio con la señorita Florinda San Agustin, se traslada definitivamente a Madrid en 1929.

Después de unas fracasadas gestiones para exponer sus obras en el Círculo de Bellas Artes, donde se consideraron sus carteles muy comerciales, consigue que le sea patrocinada la exposición por el Ministerio de Economía Nacional y la inaugura el 18 de enero de 1930 en el Círculo de la Unión Mercantil, conquistando con ella un .gran éxito, que se reflejó en toda la prensa madrileña.

Este hecho le puso en el camino de los triunfos artísticos y económicos. Su trabajo es solicitado por uno de los almacenes más importantes de Madrid y también por una agencia de publicidad, la cual hubo de abandonar para atender a su estudio y a trabajos particulares, continuando con el primer empleo hasta la actualidad (1936). En cuanto a éxitos artísticos, en 1932 (año en que concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cartel al temple titulado Crema), concurre al certamen de carteles organizado por la Unión de Dibujantes Españoles por Madrid, y se le concede la medalla de oro, premio creado entonces. Otra medalla de oro la alcanza al año siguiente en el Concurso de Carteles del Turismo Asturiano. En 1934 consolidan su reputación de cartelista tres galardones: primer premio en el concurso organizado por el Hogar-Escuela de Huérfanos de Correos; segundo premio en el concurso para la Loteria de la Ciudad Universitaria, y primer premio de carteles turísticos Zarautz, en certamen organizado por la Diputación Provincial de Guipúzcoa. Gana en 1935 el primer premio en el concurso celebrado por la Unión de Dibujantes para baile de máscaras, y en 1936 otro primer premio como ilustrador del tema Guipúzcoa Industrial y Comercial, propuesto por la Diputación.

También pueden figurar entre sus éxitos que algunas publicaciones españolas y extranjeras hayan reproducido varios de sus carteles. Entre estas últimas figuran: Comercial Art and Industry, de Londres (1933), que reproduce su cartel Compañía Colonial. Madrid; Gebrauchs Graphik, de Berlín, que lo hace del cartel Jerseys Pluma, y Modern Publicity, del titulado Coto Nacional de Caza, ambas revistas en 1934 y la primeramente citada, que reproduce a todo color en una plana el cartel L’espagnolade, uno de los premiados.

Referencias biográficas:

Anónimo.—Una entrevista. (En Fomento Industrial y Mercantil, Madrid, 1 de mayo de 1930).