ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

RODRIGUES SALAS (Manuel).

Escritor contemporáneo, nacido en la villa de Infiesto (Piloña) el 24 de enero de 1882, en modesto hogar sostenido por un funcionario municipal, jefe de un negociado en el Ayuntamiento piloñés.

Su formación intelectual tuvo comienzo en la escuela dirigida por el benemérito maestro don Pedro Fernández Canellada; después siguió estudios de Matemáticas y Contabilidad mercantil en la Academia Junco de la misma villa de nacimiento y de Latinidad y Humanidades en la Obra Pía de Piloña. Más tarde cursó estudios de Derecho libremente.

La vocación por las artes plásticas surgió en él casi inesperadamente. Asistió a una academia creada y dirigida por Ricardo Casielles; pero esta vocación quedó relegada por otra que surgió con mayor ímpetu: la literaria. Después de numerosos ensayos privados surgieron las primeras colaboraciones en los periódicos locales El Auseva, de Cangas de Onís, y El Sella, de Arriondas, en el año 1898.

En 1900, año en que entró a prestar servicio como oficial interino en el Ayuntamiento, esas colaboraciones se extendieron a periódicos más importantes de la provincia, tales: los diarios gijoneses El Comercio, El Noroeste y El Publicador, y los ovetenses El Correo de Asturias, El Progreso de Asturias y El Carbayón. También en ese mismo año fundó en Infiesto Vida Agraria, que sólo alcanzó dos números de vida.

La labor puramente literaria fué quedando en segundo término ante la creciente inclinación al periodismo de combate contra la plaga del caciquismo, estrujador de todos los estímulos independientes, y sostuvo con denuncio campañas políticas en favor del ideario republicano, como esperanza de extirpación de aquellos males. Unas veces con su nombre y otras con seudónimos eventuales como los de Pero Pari del Peral, El Duende del Retiro, El Fantasma de las Calles, El Capitán Fachenda, El Duque de Tebrandi, y otros, y el más usado por él y popular en Asturias de Menendo de Piloña, no daba reposo a la pluma contra todo cuanto significara demasía y atropello frente a los derechos del pueblo. A la labor periodística sumó la acción: bien relacionado con personalidades del republicanismo español, como Alejandro Lerroux y Alvaro de Albornoz, contribuyó con entusiasmo a la organización de las fuerzas republicanas de Infiesto y su distrito.

Figuró entre los fundadores del Círculo de Recreo e Instrucción, de cuya Junta directiva fué secretario y puso sus entusiasmos de organizador al servicio del Sindicato Agrícola, que alcanzó luego gran pujanza con sus cooperativas de consumo y su revista El Labrador de Piloña. El caciquismo iba perdiendo terreno en la misma proporción que lo ganaban los anhelos democráticos. “En 1903 —dice el propio Rodríguez Salas— se libró la batalla contra el caciquismo y el tinglado oficial, y sucedió aquella tragedia del 30 de abril, que es el 2 de mayo piloñés, en la que, para dar el acta al cunero, no sé reparó la desolación y la muerte. Once muertos y más de doscientos heridos resultaron de aquellos sucesos desarrollados en la Plaza del Ayuntamiento y sus inmediaciones. Las persecuciones subsiguientes hicieron mas odioso el sistema”. Una víctima de ellas, aunque no de momento, lo fué Rodríguez Salas; había sabido granjearse ondas simpatías en la opinión, pero podrían más los odios de quienes podían desencadenar represalias de tipo político, y en 1905 se le dejó cesante de su cargo en el Ayuntamiento, sin que mediara formación de expediente ni motivo conocido ninguno.

Desde entonces, Rodríguez Salas tuvo que luchar por la vida la villa de nacimiento un poco a brazo partido en ocupaciones diversas y eventuales, acaso menos asistido de sus allegados ideológicos de lo que cabría esperar. No por eso se arredró el luchador. Desde las columnas de algunos de los periódicos antes mencionados sostuvo con mayor tesón al cabo sus ideas redentoristas. Extendió entonces esas colaboraciones se extienden a periódicos de fuera de la provincia, entre los que figuran El Mundo y España Nueva, de Madrid, y Tierra y Libertad y París Alegre, de Barcelona. Funda y dirige en 1909 en Infiesto El Candil. A la doctrina continuó sumando la acción desde las instituciones locales, una de ellas, la acción de la Extensión Universitaria de que fue secretario desde 1907 al 8.

El literato, poeta y prosista, volvió por esta época a sus desmayados bríos y entonces produjo buena parte de lo mejor de su obra. Además, dominado por una creciente afición a los estudios folklóricos, recorrió gran parte de Asturias recogiendo cuantioso y valioso material.

Entretanto, procuraba buscar la independencia económica por medio del estudio. En 1909, mediante oposiciones en Oviedo, ingresó en el Cuerpo de Oficiales de Justicia, del que pasó en concurso de antigüedad al Cuerpo de Secretariado de Juzgados de Primera Instancia e Instrucción.

Pero la vida se le había hecho imposible en la villa de nacimiento y decidió alejarse de ella. En 1915 se trasladó a Ciudad Real, donde fué secretario interino del Juzgado de Primera Instancia y accidentalmente de. la Audiencia provincial. Con estas ocupaciones continuó alternando las de escritor como colaborador de los periódicos locales El Pueblo Manchego y El Calatravo y fundó y dirigió el titulado El Seno de Abraham, que fué muy popular y dió a Menendo de Piloña una relevante personalidad local por los años 1916 al 18. De su paso por Ciudad Real, que abandonó en 1919, dejó entre otros recuerdos su cooperación al movimiento intelectual de esa ciudad, habiendo figurado entre los fundadores del Ateneo, de una de cuyas secciones formó parte.

En ese año citado últimamente se trasladó a Ávila, ciudad en la que iba a residir por espacio de más de diez años con el mismo cargo de Ciudad Real en el Juzgado de Primera Instancia. Muy pronto empezaron a ver la luz sus trabajos en las páginas de El Diario de Ávila y El Pueblo Abulense. Fundó también bajo su dirección (1921) el semanario El Limbo y después (1922) la revista ilustrada Avila. El limbo fue incubador de algunas iniciativas de utilidad y provecho colectivos, entre ellos la de crear un Comedor de Caridad y Asilo Nocturno, iniciativas que conquistó la Cruz de Beneficencia para dos señores que secundaron y realizaron el empeño. Tomó parte activa en el desenvolvimiento de la vida social sobre todo desde el Casino Abulense, en el que desempeñó los cargos del secretario, vicepresidente y presidente desde los que supo dar auge a dicha institución. Como vicepresidente de ella le incumbía participar en el fomento del turismo y formó parte de la Junta provincial presidida por el gobernador civil. Se le nombró por unanimidad secretario de la misma, cargo que desempeñó durante todo el año 1929, en el que desarrolló los primeros trabajos de organización de una guía y de un estudio demopédico (folklórico) de la provincia. Pero al negarse a figurar en el partido político fundado por el dictador Primo de Rivera con el nombre de Unión Patriótica, se dejó de confirmar en ese cargo a Rodríguez Salas por aquel y tuvo que abandonar el puesto.

En 1930 pasó a Galicia, siempre al amparo de su profesión de secretario de Juzgado de Primera Instancia, que desde entonces desempeña en Santa Marta de Ortigueira (Coruña). En estos últimos años ha disminuído bastante en producción literaria destinada a los periódicos, limitada a alguno que otro trabajo de carácter político o social en La Voz de Galicia, de La Coruña, y versos y artículos literarios en la Voz de Ortigueira, de Santa Marta. Sus actividades de este orden han estado más dedicadas a la preparación de trabajos de mayor empeño que se propone publicar en volumen sobre temas históricos y sociales. Goza en Santa Marta, como gozó en otras poblaciones de su residencia, de grandes estimaciones, que le llevaron a la presidencia del Casino. Durante esta larga etapa de su vida que venimos reseñando ha extendido sus colaboraciones periodísticas a publicaciones asturianas de las colonias establecidas en América, tales como la revista Asturias de la Habana, y Heraldo de Asturias de Buenos Aires. También ha escrito con asiduidad para algunas revistas profesionales, como El Foro Español, Revista de Tribunales y Gaceta de Tribunales, todas de Madrid.

En la Enciclopedia Espasa no se da cuenta de ninguna de las dos obras que hasta él presente (1936) ha publicado en volumen Rodríguez Salas y, en cambio, se anotan como tales algunas que permanecen inéditas, y son: Monografía Piloñesa, Menudencias y caxigalines, Practicario (tratado de procedimiento judicial comentado), Prédicas, En la proscripción y Musas de carne. Dos de ellas han sido impresas fragmentariamente en periódicos. Monografía piloñesa en el diario gijonés El Comercio (1911) número extraordinario y Prédicas, en la revista El Labrador de Piloña, de Infiesto (1914-15) De la misma forma ha publicado en El Diario de Ávila (1929) otro trabajo dispuesto para libro con el título de Metodología del Derecho laboral.

 

Obras publicadas en volumen:

I.- El caballero eremita. (Gijón, 1907; leyenda, opúsculo en 4º)

II.- La Obra Pía de Piloña (Gijón, 1913; estudio histórico, opúsculo en 4º menor)