ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

RODRIGUEZ (Ambrosio)

Médico y cirujano famoso en las últimas décadas del siglo XIX; y primeros lustros del XX. Escritor sobre temas científicos y profesionales. Nació en el lugar de Sorrodiles, de la parroquia de Cibea (Cangas del Narcea) el 10 de julio de 1852, y no en 1853, como se anota en algún sitio. Fueron sus padres don Francisco Rodríguez y doña Joaquina del mismo apellido, agricultores de modesta posición.

Aunque dotado de gran capacidad y aplicación para el estudio, demostradas al cursar la instrucción primaria, no habría podido rebasar este grado de ilustración, debido a los pobres medios económicos de los padres, de no contar con el apoyo de su tío don Domingo García Sierra que se propuso costearle una carrera. Así fue como comenzó a estudiar el bachillerato en un Colegio de segunda enseñanza de El Escorial, grado que alcanzó en el Noviciado de Madrid, denominado posteriormente Instituto del Cardenal Cisneros. Su vocación más firme le inclinaba al estudio de las ciencias y especialmente la Medicina, por lo que se decidió a seguir esta carrera, que cursó con gran brillantez en la Facultad de San Carlos de la Universidad Central de Madrid. Comenzó esos estudios en 1869 y ya en el primer curso alcanzó por oposición accésit al premio ordinario de Anatomía descriptiva. Obtuvo siempre altas calificaciones y, entre varios premios, el de la asignatura de Obstetricia y Patología de la mujer y del niño en 1874. Desde el año anterior hasta después de licenciado, estuvo adscrito a la Beneficencia provincial, en cuyos servicios adquirió una práctica que avaloraron grandemente sus estudios. Por fin, fue investido de licenciado en Medicina y Cirugía el 20 de julio de 1876.

Desde antes de concluir la carrera trabajó al lado del famoso cirujano Federico Rubio en el Instituto de Terapéutica Operatoria, en el que comenzó como alumno interno ayudante y fué después de facultado para el ejercicio profesional uno de los profesores del mismo, el más distinguido por el citado director, que le consultaba y encomendaba los casos más delicados de intervención quirúrgica.

El crédito que conquistó rápidamente, ya como cirujano, bien con sus conocimientos teóricos y experimentales desarrollados en publicaciones especializadas como El Genio Médico-Quirúrgico y El Siglo Médico, le fue dando una relevante personalidad en los centros científicos madrileños. En setiembre de 1877 la Academia Médico-Farmacéutico Escolar le incorporaba a su seno como académico honorario; al año siguiente, Castellón de la Plana le designaba su representante en el Congreso Médico-Farmacéutico Profesional celebrado en Madrid. Y en diciembre de 1880 era admitido como socio numerario de la Sociedad Ginecológica Española.

Además de sus actividades en el citado Instituto Rubio y de las privadas, especialmente como tocólogo, desde el 28 de febrero de 1879 ocupó la plaza de médico del Registro Civil de Madrid. Poco después, eterno estudiante que gustaba de seguir al día los adelantos de su ciencia, pasó al extranjero a completar estudios, que hizo en París con el famoso doctor Louqueniberg y en Berlín con otras eminencias. Regresó a España en julio de 1880. En diciembre de este mismo año se le designó por Real nombramiento médico de sala del Hospital de la Princesa y a la vez, profesor encargado de las publicaciones de la Clínica de operaciones de ese centro. Algunas felices operaciones quirúrgicas de casos graves por él ejecutadas en dicho Hospital robustecieron grandemente su prestigio profesional. El 31 de julio de 1882 obtuvo el título de Doctor.

En mayo de 1885 decidió trasladarse a la Argentina. Inmediatamente después de llegado a tierras del Plata se preparó para revalidar sus títulos académicos, lo que consiguió tras el examen en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, facultándose para ejercer libremente Medicina y Cirugía con fecha 3 de julio del citado año.

Pocos días después comenzaba a distinguírsele con nombramientos de médico titular de algunas entidades. Fué la primera en otorgárselo (11 de julio) la Unione Benevolenza, a la que siguieron otras dos Asociaciones italianas, en el mes de setiembre: la Sociedad Colonia Italiana de Mutuo Socorro y la Societa Unione Operai Italiana. Algunos años después, el 20 de mayo de 1890, le distinguía del mismo modo la Sociedad Católica de Socorros Mutuos. Al mismo tiempo supo conquistarse una creciente y distinguida clientela en la capital de la República Argentina y en Buena Parte de su territorio.

En la colonia española de Buenos Aires se contaba con su concurso para todo movimiento cultural o benéfico. Fué miembro de la Comisión recaudadora de fondos para el socorro de las familias arruinadas con motivo de los terremotos de Andalucía y de la Junta para Socorros a Asturias con ocasión de una tempestad de nieve que asoló una Parte de la región e iniciador de algunas suscripciones patrióticas, como las recaudadas para la construcción del buque de guerra Río de la Plata y para la placa a Méndez Núñez.

En 1892 se repatrió y estableció como médico en Gijón, donde ejerció la Medicina por espacio de diez años. Además de ejercer la profesión privadamente, estuvo al servicio de algunas entidades locales. Perteneció a la Junta local de Sanidad, a la que aportó algunos informes. Continuó dedicando algunas actividades a escribir sobre temas médicos, fruto principal de las cuales fué el tratado que se anota con el número I. Colaboró abundantemente, sobre todo en el diario El Comercio y en la revista La Extensión Científica, con trabajos de divulgación.

Ya cumplidos los cuarenta y siete años contrajo matrimonio en Somió con doña Maria Lacassaine.

Hacia 1902 se trasladó a Madrid a requerimientos de algunos antiguos amigos. Volvió a trabajar como médico y cirujano particularmente y a la vez en el Instituto Rubio, reverdecidos los laureles de su prestigio de operador. Cultivó la amistad íntima de algunas eminencias, entre ellas la de Santiago Ramón y Cajal, de cuya familia fue médico. Continuó sus colaboraciones en revistas profesionales, principalmente en El Siglo Médico con reseñas de las sesiones celebradas en entidades como las Academias de Medicina y Sociedad Ginecológica, Sociedad Española de Higiene y la por entonces y en épocas anteriores dio sus escritos a periódicos al comarca de nacimiento publicados en Cangas: El Eco de Occidente, Narcea y El Distrito Cangués.

Entre las corporaciones que le acogieron como miembro figura en la española Academia de Medicina como académico corresponsal, en julio de 1907, y la extranjera Philanthropique Suisse. El primer Congreso Internacional de Phynoterapie celebrado en Bélgica en mayo de 1905 le concedió diploma de honor.

Hacia 1915, inutilizado de un ojo, sufrió el desprendimiento de la retina del otro y se quedó ciego. Así vivió por espacio de doce años hasta su fallecimiento, ocurrido en Madrid el 22 de mayo de 1927.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Higiene de los trabajadores y enfermedades de los obreros (Gijón, s. a., 1902?; Ia portada interior lleva este título: Higiene Popular: Contribución al estudio de la higiene de los trabajadores y enfermedades de los jornaleros; un tomo en cuarto menor con ilustraciones. Obra declarada de relevante mérito por la Academia de Medicina, Madrid).

II.—Sociedades científicas: Algunas sesiones literarias y artísticas (Madrid, 1907: un folleto en cuarto menor con ilustraciones).

 

Referencias biográficas:

Anónimo – Una semblanza (En la revista El Hispano-Americano, Buenos Aires, 1892; trabajo reproducido por El Carbayón, Oviedo, 29 de agosto de ese año)

Idem- Ha muerto el doctor D. Ambrosio Rodríguez (En la Revista La Maniega, Candas del Narcea, junio de 1927)