Religioso carmelita contemporáneo, profesor y escritor, por nombre de pila el de Sabino Fernández Velasco. Nacido en Mieres el 17 de junio de 1891, hijo de don David y doña María del Pilar, de esos respectivos apellidos, comerciantes de modesta posición.
El penúltimo de ellos es Sabino. A los doce años ingresó en el Colegio preparatorio de la Orden Carmelitana. Tres años después (1906) tomó el hábito de la Orden con el nombre de Fr. Eugenio de San José.
Después de aprobado el segundo curso de Filosofía de la carrera eclesiástica. los superiores le destinaron a proseguir los estudios en el convento de Monte Carmelo, en Tierra Santa, donde permaneció tres años. Aquí fué donde despertaron sus aficiones literarias, principalmente como poeta, y figura entre sus primeras obras una composición poética en latín que era un compendio de la vida de Santa Teresita del Niño Jesús.
Al finalizar el año 1914. la guerra europea obligó a los frailes carmelitas a evacuar aquel paraje, y Fr. Eugenio emprendió el regreso a España por Grecia e Italia y partió poco después en dirección a la América española, siguiendo a través de Uruguay y Argentina en dirección a Chile, donde tuvo término su viaje de tres meses. En Santiago de Chile concluyó los estudios eclesiásticos, con los que alternó desde el primer momento sus dedicaciones de escritor.
Con motivo de unos Juegos Florales celebrados en Santiago de Chile en 1916 para conmemorar el centenario de Cervantes escribió el estudio Cervantes y la España de su época que presentó con el seudónimo de El Bachiller Sansón Carrasco y que le fué premiado con medalla de oro y quinientos pesos en metálico. Por entonces dirigió una revista de la Orden con el título de El Carmelo y Praga, que continúa publicándose en Santiago de Chile, y colaboró en algunos diarios y revistas ilustradas de esa capital, en verso y en prosa, con su nombre en religión o con seudónimos eventuales. Sostuvo algunas polémicas, una de ellas bajo el seudónimo de Iriondo con una escritora chilena que firmaba Iris. También por ese tiempo (1916-21) publicó diversas poesías en verso latino sobre tradiciones carmelitanas, las más de ellas en la Revista Católica editada por la Curia episcopal de Santiago. Con los trabajos de escritor alternó la predicación, actividad con la que conquistó en ocasiones el aplauso de la prensa chilena.
En 1921 se le destinó a Roma. De sus actividades literarias desarrolladas aquí es la principal el descubrimiento, estudio y publicación de dos obritas de uno de los autores místicos carmelitanos, Fr. Tomás de Jesús, anotadas con los números 2 y 3. Publicó también el opúsculo número I. Quebrantada su salud después de poco más de un año de permanencia en Italia, regresó a España.
Se le destinó entonces (1922) al convento de Oviedo. donde se le incorporó al Seminario Conciliar como profesor de Ascética y Mística, disciplinas de su preferencia intelectual, que explicó por espacio de unos cuatro años, alternando esta ocupación con sus colaboraciones sobre variados temas de Teología mística en la revista oficial de la Orden, publicada en Roma en latín, Analecta Ordinis Carmelitarum Discalceatorum, y la publicada en castellano en Burgos bajo el título de El Monte Carmelo.
En ésta dió a conocer unos Estudios sanjuanistas que merecieron subidos elogios del Jesuíta P. José M. de Guibert, profesor de la Universidad Gregoriana de Roma.
En 1926, al ser abierto a los estudios en Roma el Colegio Internacional de la Orden Carmelitana, los superiores le destinaron de profesor a él, y aquí explicó las asignaturas de Teología mística, Historia de la Orden del Carmen y Lengua griega.
Permaneció esta vez en Roma unos cinco años, durante los cuales con la función docente y las dedicaciones literarias en las antes citadas revistas, desarrolló actividades como secretario de la Casa de España, de la que redactó los Estatutos y en la que prestó generosamente su colaboración entusiasta en torno a las enseñanzas del castellano, de las Exposiciones de arte español y otras actividades patrióticas desarrolladas por esa institución.
En 1931, nuevamente delicado de salud, regresó al convento de Oviedo, donde, además de las ocupaciones determinadas por la regla, prosigue desde entonces su labor de escritor y orador. Al ser fusilado por los revolucionarios el superior de la casa, Fr. Eufrasio del Niño Jesús, en octubre de 1934, fué elevado a ese cargo, que continúa desempeñando en la actualidad (1936).
Obras publicadas en volumen:
I.—Normas a la mujer católica. (Milán, 1922; opúsculo).
Trabajos sin formar volumen:
1.—Cervantes y la España de su época. (En el volumen publicado en Santiago de Chile, 1916, con motivo de los Juegos Florales para celebrar el tercer Centenario de la muerte de Cervantes; trabajo premiado con medalla de oro y quinientos pesos).
2.—Prólogo e ilustraciones a De contemplatione acquisila, de Fr. Tomás de Jesús. (Milán, 1922; opúsculo).
3.—Prólogo y notas a Vía brevis et plana tendendi, del mismo. (Milán, 1922; opúsculo).
4.—Los carmelitas de Oviedo y la revolución extremista. (En el folleto Los carmelitas de Oviedo y la revolución. A la santa memoria del R. P. Eufrasio del Niño Jesús, Oviedo, 1934).