ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

SANCHEZ SOMOANO (José).

Escritor contemporáneo, fallecido. Su más descollante personalidad ha sido como profesor y tratadista de Gimnasia, autor de un método propio que tuvo exclusiva de invención en España, Méjico y Estados Unidos. Fué, además, poeta y prosista de fecunda pluma y periodista de combate.

Sus apellidos verdaderos son los de Sánchez, González y Somoano, por lo que le anotan algunos como González Somoano y otros Sánchez Somoano, entre éstos nosotros, por haber sido esta forma como él firmaba y se le conoció más generalmente.

Se dice nacido en Nocedo (Ribadesella) y se anotan como fechas de nacimiento las de 1840 y 1853. La noticia que parece más cierta a este respecto es la de que nació en Arriondas (Parres) el 18 de julio de 1850.

Cuando andaba por los diez años de edad, con la instrucción primaria incompleta todavía, se trasladó con sus padres a Madrid, y aquí comenzó a trabajar como aprendiz de tipógrafo, oficio en el que hizo rápidos progresos y fué pronto oficial.

Aficionado a la Gimnasia, acudió al mismo tiempo al Gimnasio Vignolles, en el que alcanzaba un puesto de profesor auxiliar a los dieciséis años. Al fin, el gimnasta venció al tipógrafo, y dos años después se trasladó a Valladolid, donde fundó y dirigió algún tiempo un Gimnasio propio. Luego hizo lo mismo en Santander. Después regresó a Madrid y abrió aquí otro Gimnasio en la calle del Almirante. Posteriormente tuvo instalada esa academia en la calle de Alcalá y últimamente en la del Carbón.

Entretanto había conseguido perfeccionar un método propio de Gimnasia, en favor del cual se inició como escritor. Sus campañas y experiencias comprobadas comenzaron a darle crédito y renombre, y en 1878 le llegó el primer éxito, comisionado por el Cuerpo de la Guardia Civil para instalar en Valdemoro (Madrid) un gimnasio destinado a los guardias jóvenes, del que redactó también reglamento y programas.

Coronamiento de sus campañas periodísticas en favor de la cultura física fué la publicación de un estudio didáctico en ocho pequeños folletos bajo el título de Gimnástica escolar, obra muy encomiada y que alcanzó varias ediciones. Al mismo tiempo, el escritor sobre esa materia fué derivando al cultivo de temas estrictamente literarios, y en periódicos y en volúmenes publicó numerosos trabajos en prosa y Verso. Su labor literaria en uno y otro aspecto le valió un galardón en la Exposición Literario-Artística celebrada por la Sociedad de Escritores y Artistas en 1885.

Sus campañas de prensa en favor de su especialidad profesional culminaron por ese tiempo en el deseo y la conveniencia de que se creara en Madrid una Escuela Central de Gimnasia, empeño que consiguió la acogida oficial en 1886. Formó parte de la Comisión nombrada para la redacción de planes y reglamento y se le concedió una cátedra vitalicia.

Acaso porque no le haya satisfecho la solución o tal vez porque iban por otro rumbo sus aspiraciones, renunció a dicha cátedra y e propuso realizar entonces un propósito que acariciaba desde tiempo atrás, Cual era el de trasladarse a América, lo que llevó a cabo en ese mismo año dirigiéndose a Méjico.

Cuando dió este rumbo a su vida ya tenía una renombrada personalidad, no sólo como profesor y tratadista de Gimnasia, sino como literato. Además de sus libros, avalaban su personalidad literaria copiosas colaboraciones en abundantes periódicos madrileños, entre ellos: La Epoca, El Demócrata, La Discusión, El País, La Revista de Sanidad, El Comercio Español, El Porvenir y otros Y la dirección de la revista El Gimnasio. Llegó, pues, a Méjico precedido de fama.

Poco después de su llegada a ese país se le aceptó por el Gobierno el proyecto de fundación de un Gimnasio Nacional, que fué establecido Anejo a la Escuela Normal de la capital mejicana, y al frente del que se le puso como director. El presidente de la República Porfirio Díaz y algunos de los ministros y luego varias personalidades mejicanas y españolas solicitaron sus servicios para recibir lecciones de Gimnasia por su método exclusivo, y esto acabó de consolidar su reputación en el país. A fines de 1888 fundó y dirigió una revista mensual con el título de Sport Mextcano, que fué en Méjico, como lo había sido El Gimnasio en Madrid, la publicación más antigua en su género que se conoce. Colaboró. además, en diversos periódicos mejicanos y envió abundantes crónicas a otros españoles, entre ellos El Carbayón, de Oviedo. Poco adaptable su espíritu a la inmovilidad, en julio de 1889 regresó a España.

Entonces instaló nuevamente en Madrid su academia con el título de Gimnasio Peninsular y con esta ocupación continuó asociando sus actividades de escritor. Entre ellas figura la publicación de tres volúmenes acerca de costumbres y modismos mejicanos.

A requerimientos recibidos desde Méjico para que dirigiera en esa capital el diario El Correo Español, regresó a dicho país a comienzos de 1893, con cuyo motivo fué agasajado en Madrid con un banquete en enero de ese año, como despedida, por la colonia asturiana.

No parece que haya dirigido dicho diario más allá de una temporada, por causas que desconocemos, pero residió entonces en Méjico hasta finalizar el siglo y en ese país contrajo matrimonio con mujer mejicana.

Fué en esa ciudad durante esta segunda permanencia profesor de Gimnástica de los Colegios de la Paz y de Santa Cecilia, colaborador de diferentes publicaciones de Méjico y españolas, pudiendo agregarse a las ya mencionadas: El Oriente de Asturias, de Llanes y la revista Asturias, de Madrid, y el periódico Las Novedades, de Nueva York.

Entonces ensayó como escritor el género teatral, en el que ha dejado algunas muestras aceptables; de un viaje llevado a cabo por los Estados Unidos dejó también recuerdo entre sus trabajos en volumen.

De la revista Asturias, de Madrid, órgano del Centro Asturiano, fué un colaborador asiduo por esa época. En una de esas colaboraciones a fines del siglo XIX, daba cuenta de su propósito de “recorrer todas las Américas para estudiar sobre el terreno Su cultura, usos y costumbres”, lo cual le obligó, ya hombre de cincuenta años, cargado de un romanticismo propio de los veinte, a buscarse la vida de muy variadas maneras para poder continuar su con frecuencia interrumpida excursión. Recorrió varias Repúblicas, pero fracasado el empeño, regresó a Méjico, donde vivió el resto de sus años.

A comienzos de 1913 tuvo fin su vida de manera trágica. Era secretario de una Sociedad española. En el momento de izar una bandera blanca en la azotea para defender a la institución de los disturbios revolucionarios. le alcanzó una bala de los que invadían la calle en ese momento. y murió a consecuencia del disparo.

 

Obras publicadas en volumen:

I—Gimnástica escolar. (Madrid, 1882?; ocho opúsculos en 8.” con ilustraciones, bajo estos subtítulos; I, Movimientos libres; II, Juegos calisthénicos; III.Juegos de mazas; IV, Juegos de picas; V, Juegos de pesas: VI, Paralelas: VII. Poleas, y VIII…; la tercera edición en dos dos tomos, muy ampliada, en 1890).

II.—Versos trasnochados. (Madrid, 1884).

III.—Tratado de Gimnástica pedagógica. (Madrid, 1884?; un tomo con ilustraciones; de texto en algunos países americanos).

IV.—Ensayos literarios. (Madrid, 1885).

V.—Propaganda gimnástica. (Madrid, 18857).

VI.—Nuevo método de Gimnástica racional. (Madrid, 18867).

VII. —México a vista de pájaro. (Madrid, 18907).

VIII. —Notas americanas. (Madrid, 1891?).

IX.—Modismos, locuciones y términos mexicanos. (Madrid, 1892).

X.—Costumbres yankees. Viajando por América del Norte. (Méjico, 1894).

XI—EL trigo. (México, 1895; ensayo de poema).

XII.—El ciego. (México; 1895; ensayo de poema).

XIII—EL banco de piedra. Cuento dramático. (Méjico, 1898).

XIV.—Pájaro sin nido. (Méjico, 1912; comedia).

 

Referencias biográficas:

Barbier (J.).— Una semblanza. (En El Carbayón, Oviedo, 4 de enero de 1894, reproducida de la revista España y América, de Méjico).