ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

SARMIENTO (Angel).

Político y escritor contemporáneo, luchador por la emancipación y el bienestar de los campesinos en la comarca de nacimiento y en la región asturiana toda. Nació en la aldea de Intriago (Cangas de Onís), en el año 1880, hijo de labradores humildes, don Manuel de ese apellido y doña Ramona González.

Con una deficientísima instrucción primaria (pues hubo de alternar la asistencia a la escuela con el pastoreo de ganado), al cumplir los quince años marchó a Sevilla en busca de un mejor porvenir. Fué en Sevilla mozo y recadero de una posada, en la que, entre sueldo y propinas, sacaba unos seis duros cada mes, emolumentos que le permitían economías que le guardaba un primo. Aunque el trabajo de transportar equipajes y cuidar caballerías no ofrecía ciertamente estímulos para el estudio, Sarmiento comenzó a sentir una creciente afición por la lectura. Se inició en ella con algunas novelas, pero pronto derivó a libros que divulgaban cuestiones sociales y científicas, sin que la falta de preparación para desentrañar todas las enseñanzas que le ofrecían le hiciera desmayar en su sed de saber. Advertida ésta por el director de un colegio de segunda enseñanza, frecuentador de la posada, y enterado por el muchacho de su deseo de ser maestro de escuela, se le ofreció aquél desinteresadamente para proporcionarle todos los estudios de esa carrera, siempre que algún familiar sostuviera sus gastos personales. Acudió Sarmiento al primo banquero, quien encontró el propósito un disparate, pareciéndole mejor que siguiera trabajando hasta reunir economías para abrir una taberna y hasta se le ofreció a poner de su parte algún dinero sobre el que le guardaba. Sarmiento rechazó cuanto no fuera apoyo a su plan, que, no sólo no pudo realizar, sino que ni siquiera pudo contar para emprenderlo con los ahorros de más de mil pesetas que le guardaba el primo, y con las cuales se quedó éste como buen banquero.

Al fin, movido por el deseo de ayudar en el trabajo a los padres, ya ancianos, regresó a la aldea natal en 1904, sin otra riqueza que una instrucción aumentada por el propio esfuerzo, sin estímulos ni lecciones de nadie, y algunos libros.

Instalado en Intriago. Sarmiento continuó leyendo intensamente; con motivo de la Fiesta del Trabajo de primero de mayo de 1907 publicó un artículo en el periódico ovetense “La Aurora Social”.

Si bien luego el mismo periódico le rechazó otros artículos no por eso desmayó Sarmiento. Además, le empezó a parecer actividad no menos conveniente la propaganda personal, y desde entonces se dedicó a ella entre los agricultores de la comarca, lo que dió como fruto que se incubara en todos el anhelo de solidaridad y vindicación, lo que cristalizó en la fundación en Corao, del mismo concejo, en setiembre de 1908, de la asociación de labradores “El Despertar”, de la que fué electo Angel Sarmiento presidente, contra su propósito de ser un simple soldado de filas.

A su labor estrictamente social juntó la de propaganda sobre cooperativismo agrícola desde el periódico El Auseva, de Cangas de Onís, y a los seis meses de fundada la sociedad contaba con unos ochocientos afiliados. Esta fuerza antes perdida, inexistente, había encontrado su cauce y en el año 1909 llevó a Sarmiento en unas elecciones municipales a un puesto de concejal del Ayuntamiento de Cangas de Onís, del que ya fué edil hasta que en setiembre de 1923 la Dictadura del general Primo de Rivera depuso a los Ayuntamientos,

Los terratenientes vieron pronto en este movimiento una amenaza para sus intereses y se propusieron a toda costa atajar los peligros que preveían. La táctica primera fué la del halago y soborno a la cabeza dirigente con ofrecimientos de proporcionarle en el extranjero estudios, con lo que sabían que tocaban la cuerda débil de Sarmiento; después, en varias y espaciadas ocasiones, se apeló a medidas de violencia, incluso la de eliminar al que les estorbaba.

Contra todo estaba la fortaleza de su ideal. A los dos años de fundada la sociedad “El Despertar”, la había dotado de edificio propio, en el que quedó instalada en mayo de 1911 una Cooperativa de consumo, que llegó a tener una vida próspera. Mientras atendía con la gestión personal desde el Ayuntamiento y desde “El Despertar” al mejoramiento y la prosperidad de los trabajadores de la tierra, no descuidaba la parte doctrinal de la empresa, y en marzo de 1912 fundó el quincenario El Aldeano, que vivió hasta agosto de 1915: periódico que le sirvió. a la vez, para que se acabara de formar el escritor, como lo demostró el que en octubre de este último año se le premiara en un concurso abierto por el Consejo Provincial de Agricultura una Memoria, que fué publicada por El Auseva.

Desde entonces las actividades oratorias y literarias ocupan buen espacio en la vida de Angel Sarmiento. actividades puestas siempre al servicio de su ideal. En 1917 funda en Cangas de Onís el semanario El Popular, del que es primer director. Á las prédicas unió otras empresas de tipo cultural, como la fundación en Corao, en 1919, de una Biblioteca Popular Circulante, a la que se hizo guerra encarnizada por los elementos reaccionarios, alarmados de que en ella hubiese libros de autores como Blasco Ibáñez y Pérez Galdós. Sin embargo, esta Biblioteca alcanzó vida próspera que le permitió reunir un millar de obras, mientras otra fundada también por él en Cangas de Onís posteriormente resultó un fracaso. Pero no se limitó a dejar en marcha la Biblioteca, sino que puso el mayor empeño en aficionar al campesino a la lectura, para lo cual fundó grupos de lectura en alta voz en las aldeas del contorno, que funcionaban en las largas noches invernales.

En julio de 1920 contrajo matrimonio con doña Leonor Pubillones Vallina. Pero las atenciones del hogar no restaron concurso y entusiasmos a la causa a que debía su razón de ser. La sociedad “El Despertar”, de la que seguía siendo presidente, cobró nuevo impulso bajo su dirección al punto de establecer pensiones de vejez de una peseta diaria en combinación con el Instituto Nacional de Previsión. de las que fueron concedidas las dos primeras en 1926. Primeras y últimas, porque la intriga impidió que se establecieran otras después.

En 1928 se le designó vocal de la Federación Agrícola Asturiana, domiciliada en Oviedo. y a la que cooperó con todo su entusiasmo. En setiembre de 1929 la Federación empezó a editar como su órgano en la prensa la revista La Voz del Labrador, que dirigió Sarmiento hasta agosto de 1931. y en la que publicó numerosos trabajos de vulgarización y doctrinales. algunas veces con los seudónimos A. Ese, Genal de la Parra, Ramón Gentelisa, anagrama éste de su nombre y apellido y Un Agrario. También colaboró por entonces en El Pueblo, de Llanes. y en otros periódicos.

Sus intervenciones en actos de propaganda política, aunque independiente y sin otro programa que las vindicaciones del trabajador de la tierra. le fueron dando en la provincia una personalidad robusta, demostrada con el triunfo electoral en candidatura de minorías como diputado a las Cortes Constituyentes de la República en julio de 1931. Los intereses de la Federación Agrícola Asturiana tuvieron en Sarmiento un celoso parlamentario. especialmente en la labor silenciosa de la Comisión permanente de Agricultura y al servicio del proyecto de creación de un Banco Nacional Agrícola. La política nacional no le apartó de los deberes que se había impuesto respecto de la comarca de nacimiento, y en setiembre de 1932 organizó, reglamentó e inauguró en Corao un Coto Social Forestal de Previsión.

En las elecciones de diputados a las primeras Cortes ordinarias de la República celebradas en noviembre de 1933, Angel Sarmiento fué derrotado. Tal derrota y consiguiente triunfo de los elementos reaccionarios fué para Sarmiento como una catástrofe en su vida. El luchador de cerca de treinta años por el mejoramiento del pueblo campesino, fundador de sindicatos, sociedades, periódicos, bibliotecas y cooperativas, se encontró víctima de la ingratitud, de la envidia, de la maledicencia y de la presión de capitalistas y terratenientes triunfantes. Todos aquellos centros de solidaridad, cooperación y cultura desaparecieron o pasaron a servir intereses menos nobles. El progreso emancipador quedó estrangulado y Angel Sarmiento se vió abocado a una vida. de persecución y de miseria. Entre los millares de ingratos hubo algunos leales que impidieron esto, proporcionandole los medios de que sostuviera un pequeño comercio, en el que el viene defendiendo el pan de sus hijos y su propia subsistencia actualmente (1936).

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Memoria de la Sociedad “El Despertar”, (Cangas de Of 1917).

I.—El seguro obligatorio del labrador. (1925; folleto).

III.—Comentarios a la labor de un Sindicato sobre Previsión (1927; opúsculo). ]

IV.—-ABC del campesino asturiano. (C, de Onís, 1933; folleto)

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—Desarrollo de la Agricultura y la Ganadería, (En el se rio El Auseva, Cangas de Onís, 23 de octubre de 1915; trabajo pr por el Consejo Provincial de Agricultura).

2.—Plantando árboles se crea riqueza, (En El Pueblo, Llanes, de mayo de 1927).

3.—El ejemplo de Dinamarca. (En La Voz del Labrador, Ovi 1929; diez artículos, con el seudónino Genal de la Parra).

4.—Escuelas populares. (En ídem, ídem, con el mismo seudónimo)

5.—Con el pecho abierto, (En idem, abril de 1930, con el seudónimo de A, Ese).

6.—Los labradores intervendrán en política. (En El Pueblo, Llanes, 3 de febrero de 1930),

7.—<Contratos de arrendamiento leoninos. (En La Voz del Labrador, setiembre de 1930, con el seudónimo de Ramón Gentelisa).

8.—Guerra al alcohol, (En idem, diciembre de 1930, con el mis seudónimo). i

9,—Comentarios al Partido Agrario, (En El Pueblo, Llanes, de marzo de 1931, con el mismo seudónimo). ‘

10.—El triunfo de los agrarios. (En idem, abril de 1931, e seudónimo Un Agrario). ‘

11.—£Lealtad a la República. (En La Voz del Labrador, Oviedo, abril de 1931, con el seudónimo de Genal de la Parra).

12.— Avellana, Riqueza que perdemos. ¡En idem, 31 de marzo: 1932, con el mismo seudónimo),

13.—La revolución no llegó al campo, (En idem, 30 de enero de 1933, con el mismo seudónimo),

14.—¿Qué es un Coto Social de Previsión? (En idem, 15 de abril de 1934).