ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

SELGAS Y ALBUERNE (Fortunato de).

Historiador y arqueólogo de profundos conocimientos. contemporáneo, fallecido. No fué muy fecundo y fué además hombre de auténtica modestia, condiciones que han colaborado a que su fama no alcanzara gran envergadura. “Era don Fortunato hombre tan sencillo —dice Canella y Secades—encerraba su alma privilegiada tanta modestia, más aún, tanta humildad, que quiso siempre reducir, anular su significación y su valía, sin aspiraciones a brillar, ni siquiera en la reducida órbita de la “tierrina”.

En Arqueología y Bellas Artes fué Selgas autoridad en su tiempo, como lo demuestran sus estudios publicados. También fué poeta. a ratos, por mero esparcimiento, en castellano y en bable, aspecto que merecía no haber quedado en el ámbito de su vida privada. Nada, que nosotros sepamos, ha sido conocido públicamente del poeta. Pero su saber no era monocorde, Da de ello testimonio su amigo, el antes citado Canella y Secades con estas palabras: “Era Selgas varón de erudición pasmosa, atractiva conversación pletórica de citas de personas y sucesos mundiales, amplia de comentarios y plena de enseñanzas, fruto de sus viajes, de su lectura incesante, de pericia artística y del registro constante de archivos y bibliotecas, con ser la suya tan valiosa y abundante y atesorarse en ella grandes riquezas bibliográficas, a disposición franca de todos”.

Otro noble aspecto de esta admirable figura asturiana es el de su filantropía. del que hemos de hablar más adelante.

Nació Fortunato de Selgas y Albuerne en Cudillero el 27 de setiembre de 1838 y no en el año 1839 como anota Cejador. Fueron sus padres don Juan y doña Josefa de esos respectivos apellidos. ambos también naturales de Cudillero.

En 1850 comenzó los estudios de segunda enseñanza en la Facultad de Filosofía de la Universidad Central. Después de cursado el segundo año de Filosofía elemental, equivalente al quinto de la segunda enseñanza. incorporó esos estudios (mayo de 1855) al recientemente creado Instituto de Oviedo, en el que alcanzó el grado de bachiller el 20 de setiembre de 1856. Siguió luego la carrera de Leyes en la correspondiente Facultad de la Universidad ovetense, en la que fué investido de licenciado en Derecho civil y canónico (y no de doctor, como se afirma en algún sitio) el 26 de junio de 1864.

Era estudiante universitario cuando se dió a conocer desde el periódico de juventud El Invierno, en 1859. A partir de entonces. aunque no muy pródigamente., colaboró en diferentes periódicos regionales, entre ellos, años adelante. la famosa Revista de Asturias, de Oviedo, segunda época (1878-83). y revistas y boletines de Madrid especializados en ciencias históricas.

Fortunato de Selgas era de origen modesto, acrecentado poderosamente el patrimonio por el hermano mayor, don Ezequiel, establecido con una casa de Banca en Madrid, gozó después de todos los halagos proporcionados por la opulencia. Además de poder dedicarse sin apremios de tiempo y desinteresadamente a sus estudios favoritos, de robustecer su vasta cultura en numerosos y frecuentes viajes por toda España Y diversos países europeos, pudo asimismo darse la satisfacción de expandir nobles y generosos sentimientos, conquistándose, junto con su citado hermano, la alcurnia social del filántropo. La posesión de gran riqueza no alteró las condiciones sencillas de su ser moral y en cambio le permitió prodigar los bienes a raudales. La estructura de su idiosincrasia le habría impedido que sus obras y actos filantrópicos trascendieran al público, y en secreto se quedaron muchos de ellos, pero los hubo que por su importancia trascendieron al dominio público.

En el lugar de El Pito. próximo a Cudillero y solar de sus mayores —donde él contrajo matrimonio con doña María Marín, natural de Játiva, educada en Inglaterra, en octubre de 1892—, empezaron ambos hermanos por levantar un palacio destinado a museo privado, rodeandolo de un jardín principesco. Dotaron a la pequeña aldea de un soberbio templo, cementerio y Escuelas de instrucción primaria y de Comercio, en edificio propio y levantado especialmente para el caso, dotadas para su sostenimiento con un capital de ochocientas mil pesetas,

No se limitó la acción de Fortunato de Selgas a la construcción y dotación de esas Escuelas. Puso también en la obra su amor a los niños, demasiado sensibles sus sentimientos para que se contuvieran en la empresa material, El mismo recorría “diariamente las clases— dice Cantalicio—. tomando parte en las lecciones, hablándoles muchas veces con palabras sencillas, persuasivas, llenas de ternura para aquellos niños, que, a su generosidad espléndida, debían el pan de la inteligencia y, no pocos, hasta el pan del cuerpo. Porque las Escuelas y sus alumnos eran para él la prolongación de su hogar y su familia”.

En cuanto al museo reunido en aquel palacio enclavado en paraje casi solitario y aislado entre montañas asturianas bien puede asegurarse que alcanza categoría de uno de los museos particulares de mayor importancia de España. Guarda obras de gran mérito histórico-artístico de todas clases: muebles, objetos de ornato y uso doméstico en metal, cristal y porcelana, tapices, cuadros, esculturas, libros, joyas. Entre los cuadros, figuran lienzos de Tiziano, el Greco, Goya y otros grandes maestros de la pintura.

Compartida su residencia entre El Pito y Madrid, también aquí prodigó sus satisfacciones el benefactor. “No limitó don Fortunato —asegura el citado Cantalicio— su acción benéfica y cultural al suelo que le vió nacer. En Madrid prestó cooperación decidida y fervorosa a las Cantinas escolares y al Centro Protector de Ciegos, entre otras instituciones de diversos fines, porque siempre podían contar con su ayuda personal y económica cuantos perseguían algún fin humanitario y patriótico”.

Por su talento, saber y prestigio se vio reiteradamente solicitado para ocupar altos cargos representativos, de los que siempre huyó por exceso de modestia. Sólo en una ocasión no pudo eludir el compromiso de aceptar la Dirección del Museo de Reproducciones Artísticas, que hubo de renunciar muy pronto, “ante complicaciones y dispendios burocráticos”, apunta Canella. Tuvo también el raro buen gusto de renunciar a toda clase de honores, como condecoraciones, entre ellas Grandes Cruces, sillones académicos y títulos nobiliarios. A petición de la Diputación provincial de Asturias, los Ayuntamientos de Oviedo, Cudillero, Muros del Nalón y otros, y de toda la prensa asturiana, se le quiso conceder el título de conde de Selgas, que rehusó.

Y si perteneció a algunas Corporaciones oficiales fué como miembro correspondiente, de espontáneo nombramiento de las entidades, y no de número. Con aquella categoría perteneció a la Academia de la Historia (designado en febrero de 1885), a la de Bellas Artes de San Fernando. ambas de Madrid, y a la de Ciencias Históricas, de Toledo.

Como anticuario y arqueólogo no se limitó a las funciones de escritor, sino que, con la prodigalidad ya conocida, llevó a cabo obras de restauración artística como la efectuada (1912-15) en la iglesia ovetense del siglo IX de San Julián de los Prados, conocida popularmente por iglesia de Santullano.

Dejó de existir Fortunato de Selgas en Madrid el 7 de noviembre de 1921.

En 1929, a iniciativa del poeta cudillerense Angel Alvarez Menéndez y por suscripción popular, fué erigido en El Pito un monumento a los hermanos Selzas, inaugurado solemnemente en el mes de agosto.

 

Obras publicadas en volumen:

I.—Jovellanos considerado como crítico de Bellas Artes. (Madrid, 1883; folleto).

II.—La primitiva basílica de Santianes de Pravia (Oviedo) y su panteón regio. (Madrid, 1902: opúsculo en 4.º).

III.—San Félix de Játiva y las iglesias valencianas del siglo XIII; sus diferencias con las asturianas. (Madrid, 1903; opúsculo en folio).

IV.—Origen, Fuero y monumentos de Avilés. (Madrid, 1907: trabajo publicado antes en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones).

V.—Monumentos ovetenses del siglo IX. (Madrid, 1908).

VI.—La basílica de San Julián de los Prados —Santullano— en Oviedo. Estudio de las restauraciones efectuadas en 1912-1915. (Madrid, 1916).

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—De Avilés a Cudillero. (En la Revista de Asturias, Oviedo, 1830-81).

2.—La arquitectura greco-romana en Asturias. (En idem, 1882).

 

Referencias biográficas:

Canella y Secades (Fermín).—Las instituciones culturales y méritos de D. Ezequiel,’D. Fortunato y Doña Francisca de Selgas y Albuerne. (Oviedo, 1924; opúsculo publicado también en el Boletín del Centro de Estudios Asturianos, de Oviedo).

Cantalicio.— D. Fortunato de Selgas. (En Brisas del Nalón, Pravia, 15 de octubre de 1926; número extraordinario).

G. G.—La obra de un patricio. (En idem, ídem, ídem).

Monte-Cristo.—La vida del campo. El palacio de El Pito. en Asturias, (En Blanco y Negro, Madrid. 2 de setiembre de 1923).