ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

SORIA GONZALEZ (Nicolás).

Pintor contemporáneo, fallecido, laureado en Exposiciones Nacionales. Su muerte prematura, a los cincuenta y un años, le ha privado del goce pleno de la fama que estaba conquistando en la última fase de su vida, ya maestro en la pintura. Hermano de los dos pintores y profesores, como él, Florentino y Jesús y del sacerdote, escritor y compositor musical, Marino, todos ellos reseñados anteriormente.

Aunque cultivó el paisaje, sin la dedicación preferente del hermano Florentino, le atraía mucho más como asunto la figura humana. Fué un excelente retratista, pero consiguió mayores aciertos al interpretar la humana figura sobre motivos nacidos de la propia inspiración y con finalidad más desinteresada. En los últimos lustros de su vida realizó algunas obras de gran empeño, en las que el dibujo, el color, la luz y la expresión de las figuras proclamaban una maestría perfectamente madurada. Dos de sus últimos lienzos con empaque de obras maestras fueron La huelga y La galerna. Ambos se presentaron en dos Exposiciones Nacionales por ese orden. La crítica docta apreció unánimemente el primero como acreedor sin duda a una segunda medalla, pero quedó sin premio, porque tercera ya la poseía el autor, y el nuevo reglamento de esos concursos nacionales sólo concede a cada artista un premio de cada categoría. Fué, indudablemente, una injusticia. Y de ella se le dió reparación cuando presentó La galerna que, con ser obra digna del mayor elogio. se reconoció unánimemente como inferior a la otra. Silvio Itálico en su trabajo La pintura asturiana (1925) escribió “En Nicolás Soria se une el buen pintor con el hombre culto, De suerte que no trabaja por intuición, sino por depurada reflexión”.

Nació Nicolás Soria en Avilés el 12 de agosto de 1882, hijo del también pintor y profesor don Policarpo Soria Alvarez, reseñado páginas atrás, y doña Generosa González García.

Formado su espíritu en el ambiente artístico del hogar paterno, lo mismo que sus hermanos, se descubrió con honda vocación para el cultivo de las bellas artes. Recibió del padre las lecciones primeras de Dibujo y Pintura, mientras cursó la enseñanza primaria, discípulo del afamado maestro don Juan de la Cruz. Después perfeccionó esos estudios en la Escuela de Artes y Oficios avilesina. Por último, en 1899, en compañía de su hermano Jesús, y mediante el examen reglamentario, .

ingresó como discípulo de la entonces Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado. de Madrid, después denominada Escuela Superior de Bellas Artes. Fué en esa Escuela, como su hermano Jesús entonces. y como Florentino pocos años después, uno de los artistas en formación de mayor capacidad y mejor dispuesto temperamento. Cursó con elevadas notas y premios los estudios de Pintura hasta quedar facultado como profesor de Dibujo, título oficial único en esa disciplina. En 1903 alcanzó en la clase de Acuarela la matrícula de honor creada por el Círculo de Bellas Artes. Fué también discípulo aventajado sucesivamente de los pintores Muñoz Degraín, Alejo Vera y Moreno Carbonero.

Desde poco tiempo después de matriculado como alumno oficial en esa Escuela comenzó a darse a Conocer públicamente como pintor. Concurrió a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en Madrid en 1901 y 1904, a la primera con el cuadro El último homenaje y a la otra con nueve lienzos: Viaje de novios, El pequeño bohemio, La herencia del abuelo, Paisaje, dos retratos y dos estudios, conquistando entonces el laudo de una mención honorífica. Un reconocimiento parecido lo había alcanzado el año anterior con su cuadro Retrato del doctor y en la Exposición organizada por el Círculo de Bellas Artes, de Madrid.

En oposiciones a cátedras de Dibujo celebradas en 1906 obtuvo la del Instituto de segunda enseñanza de Murcia, que comenzó a regentar el 25 de junio de ese año. No es cierto que la actividad pedagógica le apartara por entonces del ejercicio pictórico, como se afirma en la Enciclopedia Espasa, aunque haya mermado su producción. pues concurrió a Exposiciones y precisamente presentó, como se verá más adelante, algún cuadro de sabor murciano. En mayo de 1912 pasó. también como profesor de Dibujo, al Instituto de Oviedo, ejercicio que ha venido desarrollando hasta su fallecimiento, avecindado en esa ciudad desde entonces y con hogar propio desde diciembre de 1915 por matrimonio con doña Blanca Fernández Victorero.

La actividad docente no le ha impedido continuar dedicado con entusiasmo a crear la obra propia. Ha concurrido a todas las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid, en el orden y con las obras que se anotan a continuación: 1906. La sidra, Blanquita y A los Cuatro Caminos, premiándosele con otra mención honorífica: 1908, Retrato de los hijos de los marqueses de Ferrera, El Huerto del Laurel, San Andrés (Murcia), El Huerto del Ciprés y dos retratos. concediéndosele por tercera vez una mención honorífica; 1912, Jesús y Josefa Soria, El campeón y tres retratos; 1915, Don Policarpo Soria y dos hijos (tríptico) y Autorretrato con sombrero; 1917, Retrato y Retrato de familia; 1920, Los nuevos esposos y El Claustro, alcanzando en esta ocasión una tercera medalla y pasando el primero de esos cuadros a propiedad del Estado; 1924, La huelga; 1926, La galerna, premiado con segunda medalla y que pasó al Museo de Arte Moderno; 1930, Al Carmen, un desfile abigarrado de romeros.

Asistió además a otras Exposiciones, entre ellas la regional celebrada en Oviedo en el verano de 1916, con los lienzos En el coro, Estudio para retratos y Autorretrato; a varias de las organizadas en la villa de nacimiento, de Artistas Avilesinos, bajo los auspicios de la Sociedad Amigos del Arte, y a la Internacional de Barcelona de 1929. con el famoso cuadro La huelga y el dibujo de La galerna.

Han sido muy celebrados, además de algunos de los que se citan anteriormente, otros cuadros suyos, entre los que figuran: Un profesor de Valdediós, Jardín murciano, Candás, Luzuriaga, El castañón y Perlora.

La Academia de Bellas Artes, de Madrid, reconoció sus méritos incorporándole a su seno como académico correspondiente el 15 de octubre de 1928. De esa cultura artística ha dado algunas muestras como escritor, entre las que cuentan el estudio sobre el también pintor asturiano Luis Menéndez .Pidal.

Nicolás Soria González falleció en Oviedo en 1933.

 

Trabajos sin formar volumen:

1.—Un estudio sobre el pintor Menéndez Pidal. (En el Boletín del Centro de Estudios Asturianos, Oviedo, 1924).