Maestro de instrucción primaria y escritor contemporáneo, nacido en Cimadevilla (Allande) el 2 de enero de 1903, hijo de muy modestos trabajadores, don Adriano Suárez Miranda, jornalero, y doña María Fernández García, costurera.

Emigrado su padre a América, sin noticia de su paradero, y fallecidos todos los hermanos, mayores que él, cuando podrían contribuir al sostenimiento del hogar, y sin haber podido recibir más instrucción que las primeras letras, Adriano Suárez tuvo que empezar a trabajar a los siete años como guardador de vacas en varios pueblecillos de la comarca.

En su afán de ilustrarse, llevaba siempre consigo algún libro instructivo, que era preciso esconder para que no se creyera que por el estudio desatendía el cuidado de las vacas.

Así, por propio impulso y con el máximo esfuerzo, llegó en la adolescencia a ser maestro de primeras letras en su pueblo y los inmediatos durante los inviernos, de una manera un tanto ambulante. En los veranos ganaba el propio sustento y ayudaba al de la madre como peón en la Carretera entonces en construcción desde Pola de Allande a Navelgas.

Las horas de descanso que le permitían ambas dedicaciones las invertía en estudiar. Estudiaba para conseguir el título oficial de maestro, llevando el sacrificio a tener que trasladarse a pie hasta Oviedo, en una caminata de ciento cinco kilómetros cada vez que tenía que sufrir exámenes en la Escuela Normal del Magisterio, Al cabo de toda clase de esfuerzos, calamidades y renunciamientos, alcanzó el título de maestro nacional en octubre de 1927, a los veinticuatro años de edad. Al mismo tiempo había aprobado el ingreso y alguna asignatura en la Escuela Pericial de Comercio y en el Instituto de segunda enseñanza.

Su perseverante aspiración de ser maestro nacional empezó a cumplirse el día 1 de enero de 1928, fecha en que tomó posesión con carácter de interino de la escuela mixta de Piniella, al frente de la cual estuvo algo más de dos años con gran satisfacción por parte del vecindario. A las tareas escolares juntó en ese tiempo las de secretario de la Asociación Agrícola Allandesa, en la que dejó grato recuerdo, En ambas funciones le fueron concedidos votos de gracias.

En febrero de 1930 se trasladó a regentar la escuela de Bustantigo y de aquí, un mes después, pasó a la de Navelgas, que tuvo a su cargo hasta setiembre de 1933, ocupación que compartió con la de presidir la Liga de Campesinos Ganaderos de San Juan de Navelgas. muy a satisfacción de todos en las dos funciones.

Desde esa última fecha hasta abril de 1935 estuvo al frente de la escuela de Morados, en el concejo de Tineo, de la que pasó a la de Corondeño, en el concejo de nacimiento, que continúa ocupando en la actualidad (1936).

En el mismo año de dar comienzo a la profesión de maestro con carácter oficial, en el mes de setiembre contrajo matrimonio con doña María Otoñín Menéndez, que le dejó viudo con un hijo. Casado después en segundas nupcias con doña Práxedes López García, le dejó nuevamente viudo con dos hijos más.

Ha desarrollado actuaciones oratorias casi siempre dentro de las entidades de solidaridad y cooperativismo sostenidas por los agricultores, y en algunas de las cuales ejerció puestos directivos. Se dió a conocer, como escritor en El Progreso de Asturias, de la Habana, en 1928, y extendió luego sus colaboraciones y correspondencias literarias a varias publicaciones de la provincia, entre las que cuentan La Voz de Asturias, Región, Revista Escolar y La Voz del Campo, todos de Oviedo; Despertar, de Tineo, y La Semana Luarquesa, de Luarca. Ha empleado en algunas ocasiones el seudónimo de Pensón.