Abogado y escritor contemporáneo, fallecido. Nació en Tineo en el año 1856, hijo de don José de ese apellido y doña Juana Menéndez de Llano. Estudió la segunda enseñanza en el Instituto de Oviedo y la Carrera de Leyes en la Universidad de esta misma capital hasta nee ciarse en Derecho civil y canónico antes de cumplir los diecinueve años.
Comenzó a ejercer la abogacía en Oviedo y trasladó luego el bufete a la villa de nacimiento y más tarde a Cangas del Narcea, donde fué, además promotor fiscal del Juzgado de primera instancia, cargo que le acreditó de hombre muy conocedor de las leyes y de honesto administrador de ellas,
Después hizo oposiciones a Notarías y obtuvo plaza, pero no ejerció de notario, porque unas nuevas oposiciones le dieron ingreso en la Judicatura, función más en consonancia con sus aficiones de hombre de leyes, Ejerció de juez de primera instancia sucesivamente en los Juzgados de Pola de Laviana, Llanes y Pola de Siero, dejando en las tres villas asturianas grato recuerdo de su gestión,
Por fin, abandonó la Carrera judicial y se instaló nuevamente como abogado en Oviedo, donde gozó de sólida reputación. Dedicó algunas actividades al periodismo y la política con ideología conservadora y en defensa de los principios católicos. Colaboró en diferentes publicaciones Ovetenses de ese carácter y participó como orador en o actos públicos. Fué diputado provincial por el distrito de Infiesto-Laviana en 1915, desempeñando entonces la vicepresidencia de la Diputación. Se debe en buena parte a gestión suya la construcción del edificio donde se instalaron el Hospicio, el Hospital y el Manicomio provinciales.
“El señor Trapiello —dice Claudio Zardaín— era un alma grande y de nobles sentimientos, que bien a pesar suyo hubo de alejarse de la carrera Judicial, donde, siguiendo, habría escalado los primeros puestos de esta carrera, para establecerse en la capital del Principado, desde donde pudiera atender con mayor facilidad a la multitud de causas que a doquier le agobiaban. Su consejo era requerido y estimado por los financieros más respetables de la provincia, quienes depositaron en él su confianza, poniéndole al frente de sus empresas.
“El pueblo asturiano, reconociendo en él un hombre de gran valer no dudó en llevarlo a la Diputación provincial como digno representante suyo, cargo que el señor Trapiello aceptó, a pesar de su natural, nada inclinado a la exhibición y al fausto. Como hombre que se daba perfecta cuenta de los problemas de la vida y los resortes que la mueven, sin más mira que el provecho de sus conciudadanos, se une a unas cuantas firmas de próceres asturianos y se pone al frente del diario El Carbayón, decano de la prensa ovetense, sin escatimar trabajo ni dinero, cuando reclamaban sacrificio los intereses de la Religión y de la Patria”Asumió esa dirección en 1901.
Dejó de existir Marcelino Trapiello en el año 1920.