ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

UNCAL (José María).

Tipógrafo, poeta y prosista contemporáneo: Uno de nuestros valores poéticos actuales más positivos. Nació en Caravia el 20 de mayo de 1902. En la villa de nacimiento cursó estudios elementales hasta que a la edad de trece de años emigró a Cuba, y se asentó en la Habana. Aquí se dedicó los primeros tiempos al comercio. Su afición a la lectura y las clases sostenidas por el Centro Asturiano de aquella capital le proporcionaron alguna cultura. Emprendió después el oficio de tipógrafo, en el que hizo rápidos progresos. La lectura. el estudio y la practica de ese oficio maduraron su vocación latente de escritor, de poeta, y compuso por entonces sus primeros versos, versos en bable que se quedaron inéditos.

La ilusión que le llevó a América se fué troncando en desengaño y en cuanto contó con algunos ahorros volvió a España. Tenía diecinueve años. Viajó durante una temporada por algunas regiones españolas, y sus bellezas naturales y artísticas le inspiraron tropeles de versos. Cargado con ellos, acaso objeto de otro nuevo desengaño regresó a la Habana. En ese mismo año, ya reintegrado en esa ciudad a su oficio, publicó un libro con las mejores de esas composiciones, Frondas silentes, versos sentimentales bien acogidos por la crítica y el público. Pero al autor esas poesías no le satisfacían plenamente; no era ese su camino. Se dió a buscarlo en extensas lecturas de poetas modernos, españoles, franceses y americanos, hasta que lo encontró; la poesía sentimental dejó paso a otra más objetiva, y el poeta empezó a sacar los motivos temáticos del mar, su gran amor, Entonces apareció su segundo libro de versos, Poemas cantábricos, que la crítica acogió con grandes alabanzas. Por entonces Uncal abandona el oficio de tipógrafo para dedicarse (1928) al periodismo profesional, Trabaja sucesivamente en las redacciones de Heraldo de Cuba, Diario Español, Diario de la Marina, en cuyos talleres había trabajado antes, y El Progreso de Asturias, revista en la que desempeñó el puesto de redactor-jefe,

Uncal se da entonces por entero a las actividades de escritor. Además de la tarea anónima para los citados periódicos, produce para ellos y otros, Versos, crónicas, cuentos. Colabora en las mejores revistas ilustradas habaneras: Carteles, Social, Bohemia y otras, y funda y dirige él mismo otras dos de no larga vida: Juvencia y Athenea. A consolidar su reputación contribuye (1924) el premio de la Flor natural con un canto a las provincias españolas en unos juegos Florales celebrados en la Habana. Extienden y afianzan su renombre también dos libros más: Árgonautas, antología de poetas españoles florecidos en Cuba, y Rumbos soberanos, nuevos versos debidos a su musa. Dos novelas cortas acreditan también al prosista: El hombre de la pipa y Barro.

En 1926 Uncal regresa por segunda y última vez a España. El enamorado del mar siente en esta ocasión sus trágicos desvíos. El buque naufraga, aunque sin desastrosas consecuencias, en la llamada costa de la Muerte, cerca de El Ferrol. Mientras le duran las pesetas que trae de la emigración, viaja por España. Entonces colabora en prosa y verso en los diarios ovetenses Región y El Carbayón y después en los santanderinos Atalaya y Voz de Cantabria. Cuando las pesetas llevan camino de agotarse, se asienta en Madrid. Las pesetas se agotan, y pasa “las de Caín”, dicho con frase suya. Busca con el mayor ahinco un empleo, sea el que fuere, y no lo encuentra, y se decide a instalar una agencia de colocaciones, Quien no podía colocarse, se dedicaba a colocar a los demás. El sabrá cómo se las arreglaba para el caso. Era un recurso de bohemio, Porque —todo hay que decirlo— Uncal ha sido siempre un tanto bohemio, como lo demuestra que tenga una lista de más de cuatrocientas casas de huéspedes en que ha vivido sin que las mudanzas se deban a morosidad de pago, sino porque a cada casa de las que arriba “es un nuevo mundo que a abre ante los ojos, sus personajes de cartón entre nuevas bambalinas”.

La agencia de colocaciones concluye en un fracaso, que pasa como sumando a la suma de otros semejantes. Regresa a Asturias. En Oviedo entra a trabajar como linotipista en la imprenta del diario Región, A la vez colabora en diversos periódicos asturianos y de fuera de Asturias. Monta una imprenta propia, que es otro fracaso. Funda una Publicación mensual dedicada a novelas cortas con el nombre de Publicación Nueva, que se suspende después del tercer número. en el que precisamente aparece la novela corta suya Umbrales rojos. Y publica un nuevo y admirable libro de versos, La ruta del Cipango.

Al aparecer ese libro el autor de estas líneas dedicó a Uncal otras de las que son las siguientes: “José María Uncal está valorado desde la publicación hace años de Los poemas cantábricos, como un gran poeta lírico. Pero de esto apenas tienen noticia la crítica y el público en América. Y bien sabido es que la labor intelectual desarrollada en América por españoles ni siquiera se toma en consideración en España. Ahora. reintegrado a la patria, Uncal publica su quinto libro de versos, La ruta del Cipango, que escomo su presentación a la crítica hispana, que confirmará aquel laudo, merecido desde entonces…

“La ruta del Cipango, no obstante, son poemas forjados con igual temple lírico, del que nos tiene dadas Uncal anteriores y bellísimas muestras. Un manojo de poemas del mar cuya lectura nos transporta como en sueño a visiones de lugares exóticos y trato con personas de todas las razas y cataduras. Un libro de arrobadora sugestión.

“José María Uncal no es el poeta que busque la emoción de lo pequeño, de lo doméstico, que pudiéramos decir. Su imaginación subo exuberante vuela intrépidamente siempre, dejando una estela de imágenes centelleantes. Su inspiración es torrente que se desborda y despeña, Y no manantial que borbotea mansamente. De ahí que el mar, inmenso y misterioso, y los hombres que en él viven, aventureros sobre todo, sean sus temas codiciados”.

En 1931 Uncal se establece de nuevo en Madrid, donde viene dedicado desde entonces a linotipista. Su pluma, que no conoce el reposo, ha continuado produciendo prosas y versos y se ha ensayado en estos últimos años como dramaturgo en verso y en prosa. Ha tenido tratos con empresarios y cómicos acerca del estreno de algunas comedias pero no ha conseguido ver representada ninguna de sus piezas.

 

Obras publicadas en volumen:

I-—Fronda silente. (Habana, 1921; primeras poesías)

II.—Los poemas cantábricos. (Habana, 1923; Versos)

III.—Los argonautas. (Habana, 1924; antología de poetas españoles florecidos en Cuba).

IV.—Los rumbos soberanos. (Habana, 1925; poemas del mar)

V.—El hombre de la pipa. (Habana, 1925: novela corta).

VI.—Barro. (Habana, 1925; ídem).

VII—La ruta del Cipango. (Madrid, 1930; sonetos del mar).

VIII.—Umbrales rojos. (Oviedo, 1930; novela corta en Publicación Nueva, número 3).

IX.—Diez velas sobre el mar.

 

Referencias biográficas:

Suárez (Constantino).—Lo plástico en Uncal. Al margen de “La ruta del Cipango”. (En el diario La Prensa, Gijón, 10 de diciembre de 1930).