Eclesiástico que alcanzo Ia dignidad de prelado. Descendiente de su homónimo que fue corregidor en Valladolid, por lo que se supone al hijo nacido en esta ciudad y de doña Ana Herrera y Arias, segunda esposa de aquel.
En Valladolid curso todos sus estudios hasta recibir los grados mayores en ambos Derechos, fue profesor en el Colegio de Santa Cruz, inquisidor y desempeño canongías.
«Felipe IV – dice González de Posada en Memorias históricas- le presentó para obispo de Mondoñedo, y Ie consagró en Madrid Don Fernando de Valdés, arzobispo de Granada, en Atocha 18 de marzo de 1634. Celebró Sínodo en 1635. Promovido a Oviedo en 1636».
Poco después de haberse hecho cargo de la mitra de Oviedo tuvo que mediar en un pleito sostenido por el Obispado Y e1 Cabildo catedralicio; escribió entonces el trabajo luego anotado, que es lo único impreso que se conoce de él.
En Oviedo fue también rector de la Universidad en 1638. Otro recuerdo de su paso por la silla episcopal ovetense es el de haber pro movido en 1639 el Certamen poético (el primero de tales concursos celebrados en Asturias) en honor de Santa Eulalia de Mérida, por haber sido proclamada patrona de la ciudad y del Principado.
Ceso como prelado ovetense en 1742, según Fuertes Acevedo, Y en el año siguiente, al decir de González de Posada, por haber sido trasladado al obispado de Osuna, al que dotó de un palacio episcopal que costó dicho por el segundo de los mencionados autores dos mil ducados. Dotó a la Catedral de ropas y joyas de alto precio.
Tiempo después fue propuesto para ocupar el obispado de Cartagena al que renuncio y más tarde al de Córdoba del que tomó posesión en 1654 y al frente del cual dejó de existir el 13 de abril de 1657.
Obras publicadas en volumen:
I.- Transacción en el pleito sobre jurisdicción y otras cosas entre el obispo de Oviedo, don Antonio de Valdés y el Cabildo Catedral. (Oviedo, fechado el manuscrito a 22 septiembre de 1636).