Poeta y prosista contemporáneo, hermano del que le antecede, nacido en Ribadesella el 21 de julio de 1902, hijo de don Jose Victorero Pis Y doña Teresa Díaz Collera, de mediana posición económica.
En la escuela nacional de la villa de nacimiento curso los estudios elementales completos, con mayor vocación para las letras que para las ciencias, vocación que ha persistido siempre en él.
A los doce años de edad entró a trabajar en las oficinas de Telégrafos de la villa de nacimiento, empleo que cambió algún tiempo después por otro en un Banco, que desempeñó en Gijón y en San Sebastián.
Sin abandono de su ocupación habitual, atendió, con grana afición por la lectura, a su formación intelectual, en poetas y prosistas españoles extranjeros, clásicos y modernos. Esa devoción por la lectura fue formando en él al escritor, y se dio a conocer como poeta en el diario La Voz de Asturias, de Oviedo, en 1921. Algo después, 1923-24, publicó en el también diario ovetense Región una serle de cuentos de costumbres costeñas. Y por entonces, también, fundó en Ribadesella con otros escritores jóvenes el semanario La Atalaya, en el que, además de otros diversos trabajos, redactó una sección fija bajo el título de Caxigalínes, glosario de la vida local sazonado con gracia e ironía. Sus colaboraciones se extendieron también a El Pueblo, de Llanes, y algo a publicaciones madrileñas, entre las que figuran las revistas La Espera y Nuevo Mundo. Entre sus versos, cuentos y artículos literarios figuran también trabajos de carácter político de tendencia democrática. Las más de las veces ha firmado con seudónimo: Muley Crocotíer, el más conocido de todos; Ruy Blas, Argos y Cándidus.
Ya hombre de veinticinco años y animado de la aspiración a un porvenir económico mejor del que confiaba alcanzar en su patria, se trasladó (1927) a la Argentina. Desde entonces reside en Buenos Aires dedicado a destinos de carácter comercial, y desempeña actualmente uno de responsabilidad en una importante casa (1935).
Asociadas a esa ocupación ha venido desarrollando sus actividades literarias como colaborador con más o menos asiduidad de diversas publicaciones: El Hogar, Nosotros, Atlántida, La Vanguardia, España Republicana, Labor, Eco de Asturias y Asturias. También ha prestado su concurso al desenvolvimiento de instituciones sostenidas por la colonia española en Buenos Aires como directivo en dos ocasiones del Centro Asturiano y presidente desde 1932 del «Ateneo Pi y Margall».
Obras publicadas en volumen:
I-Poemas de un emigrante. (Buenos Aires, 1929).