Presbítero, escritor y profesor contemporáneo, nacido en Oviedo el 22 de diciembre de 1878 en modesto hogar de obreros, don Celestino de aquel apellido y doña Cándida Fernández.
A pesar del humilde origen y dada su gran vocación para el estudio, los padres arrostraron. toda clase de sacrificios para dotarle de una esmerada instrucción, que alcanzó como alumno de los mejores colegios de primera enseñanza de Oviedo. A los diez años, decidida su vocación por la vida religiosa, ingresó en el Seminario Conciliar de la misma ciudad, en el que hizo la carrera eclesiástica, que concluyó con las órdenes de presbítero en 1903.
Siendo seminarista, y después de algunos ensayos privados de escritor, se dio a conocer públicamente como tal en 1898 en un semanario fundado con otros compañeros de estudios y algunos estudiantes universitarios bajo el titulo de España. ‘También por entonces comenzó a prestar su colaboración como corresponsal literario en Oviedo del periódico madrileño El Correo Español y con algunas crónicas de tendencia política en el diario ovetense El Pensamiento de Asturias con el seudónimo de Jacquerie. Sus sentimientos profundamente religiosos dejaron fijada entonces su orientación ideológica, la misma de esos dos periódicos últimamente citados, como carlista.
Después de facultado para el ejercicio le sacerdote se le confirió el cargo de capellán en el monasterio de San Pelayo de la misma ciudad de nacimiento, al frente del que permaneció por espacio de unos veintitrés año. Con los deberes sacerdotales compartió desde entonces actividades docentes como profesor de algunas academias privadas de Oviedo y desde 1914 como profesor y director de la fundada con su hermano Jesús con el nombre de «Liceo Asturiano» y que ha alcanzado en Asturias gran prestigio.
Ambas ocupaciones le consintieron continuar su dedicación a las letras, dueño de una pluma combativa, aunque siempre correcta, en pro de sus ideas políticas y sociales. Al ser fundado en Oviedo en 1909 el diario carlista Las Libertades entró a formar parte de la Redacción, de la que ocupó el puesto de redactor-jefe pocos meses después y el de director al año siguiente, que desempeñó hasta la suspensión del periódico en abril de 1914. Durante los dos últimos años de esta publicación, y con el objeto de combatir desde otro baluarte al caciquismo político contra el que tronaba aquél, fundó y dirigió el semanario satírico La Manga de Riego, que tuvo un sostenido éxito entre los ovetenses. Años adelante, durante los cuales desperdigó algunas colaboraciones en diferentes periódicos, publicó (1919-20) con la cooperación de algunos amigos otro semanario festivo de índole política bajo el título de Y… Vamos Tirando. Ente otros seudónimos por él usados, además del antes. aludido y algunos ocasionales, figuran los de José María de la Estrella, Lampudeti y Un reporter.
Con el fin de rodear su nombre y prestigio de educador de todas las garantías, ya hombre de más de cuarenta años, se dispuso a obtener algunos títulos de la enseñanza oficial. En las convocatorias para alumnos libres de junio y setiembre de 1923 en el Instituto de Segovia se examinó de todas las asignaturas, menos una, del bachillerato. Lo hizo de la que le faltaba en los exámenes especiales del Instituto de Jovellanos de Gijón al año siguiente, y en este mismo Instituto recibió el grado de bachiller en 1925. En la convocatoria de junio de este mismo año para alumnos libres de la Escuela de Comercio de Cartagena, se examinó de las asignaturas que le faltaban para completar los estudios de perito mercantil. Y al año siguiente,en las mismas condiciones de alumno libre, concluyó los estudios del Magisterio en la Escuela Normal de Oviedo.
Desde esa época, sin abdicación de sus ideas tradicionalistas, se puede decir que ha venido consagrándose casi exclusivamente al auge del Liceo Asturiano que dirige.
Es hombre que suele aprovechar las vacaciones para viajes, de los que ha efectuado numerosos por España y frecuentes por Francia y Portugal. En uno de ellos, efectuado setiembre de 1931, meses después de proclamada la República, iba vestido de seglar y con su familia camino de Francia.
Una de las paradas de la excursión la hizo en Tudela (Navarra) Como de costumbre visitó el Círculo carlista donde los tradicionalistas allí reunidos y otros que después acudieron le tomaron por su rey, el pretendiente don Jaime,en viaje de incógnito, debido a la semejanza de este personaje con Jose Villanueva. Se tocó en su honor por dos veces la marcha de Oriamendi y se dieron vivas estentóreos al rey, Todos los esfuerzos de Villanueva para disuadir a los concurrentes de su error no sirvieron de nada. Tuvo que resignarse a pasar por rey. Luego, mientras preparaba aquella noche una marcha furtiva hacia Zaragoza, de madrugada para evitar algún tropiezo no buscado con la policía, la noticia de que don Jaime habla estado en Tudela se extendió por el ámbito nacional, acogida por todos los periódicos como cierta o como rumor. El único que puso claridad sobre el engaño de los románticos absolutistas de Tudela, días después, fue el diario ovetense La Voz de Asturias.