ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

VILLAR LOZA (Conrado).

Escritor contemporáneo, principalmente como poeta en bable ha popularizado en el Occidente de Asturias el seudónimo de Pepe Mingo. Nació en Taramundi el 6 de enero de 1873, hijo de don José Benito Villar Lavandera, reseñado anteriormente, y doña Eustaquia Loza Vior, ambos de familias distinguidas y acomodadas de esa comarca.

Pocos meses después de nacido pasó Villar Loza a residir en Tapia, lugar de nacimiento de la madre y donde él ha vivido grn parte de su vida, Al llegar a la edad escolar, en 1879, regresó a Taramundi, donde cursó la enseñanza elemental con el famoso maestro don Manuel Lombardero. Concluida en 1883 volvió a Tapia con el objeto de estudiar el bachillerato, pero abandonó este propósito dos años después para dejarse llevar por la corriente emigratoria a América. En 1885 se trasladó a la República Argentina, donde entró a formar parte de la dependencia de una casa de librería y editorial de Buenos Aires. Ningún otro ramo comercial habría sido más de su agrado y, aparte de sus frecuentes visitas a las Bibliotecas públicas como lector, en la propia casa donde trabajaba se pudo proporcionar un extenso conocimiento de la literatura universal antigua y moderna, que acabó madurando sus aficiones de escritor.

En 1893 abandonó el comercio de libros para desempeñar el puesto de auxiliar del Secretario en la Sociedad Española de Socorros Mutuos. Como este empleo le consentía abundantes ratos de ocio se decidió entonces a cultivar su vocación de escritor y colaboró en diversos periódicos con el seudónimo de Hipólito Mentirilla.

A su regreso a España en 1899 fijó su residencia definitiva en Tapia, donde contrajo matrimonio en 1902 con doña Concha Loza Reguero, de distinguida familia asturiana. Viudo en 1920 y fallecida su hija única en 1927, contrajo matrimonio en este año con su prima en segundo grado doña Emilia Vìor Berdiales.

Desde su asiento en Tapia dedicó buena parte de sus mejores entusiasmos al cultivo de las letras, principalmente en el decenario Castropol, dirigido en esta villa en sus comienzos por Claudio Fernández Luanco. Además de diversos trabajos literarios, entre ellos poesías en bable que le dieron notoriedad en la comarca popularizando el seudónimo de Pepe de Mingo, redactó una sección bajo el titulo de Piropos tapiegos, en la que libró valientes campañas políticas de tono republicano, hasta la suspensión del periódico por el Delegado gubernativo de la Dictadura del general Primo de Rivera en 1926, precisamente a causa de un artículo de Villar Loza, sobre el que cayó la amenaza de un destierro que no se llevó a cabo.

También colaboró Villar Loza abundantemente en otros periódicos entre ellos El Porvenir Asturiano y El Avance Asturiano, ambos de Navia; Luarca, editado en la villa de este nombre; La Comarca y La Voz del Pueblo, de Ribadeo, y El Noroeste de Gijón, y en otros de carácter regional publicados en América, como Voz Astur y El Progreso de Asturias, de la Habana, y Asturias, de Buenos Aires.

Llevado de su gran afición al arte teatral, no sólo organizó y dirigió en Tapia algunos cuadros artísticos, en los que actuó también como actor, sino que ha escrito y estrenado con éxito en el teatro de esa villa algunas obras: el juguete cómico en un acto Una farsa, el boceto de comedia Los enemigos del hombre y el sainete lírico en bable tapiego Un ƒeixe de tapiegadas, con música de Etelvino Méndez, impresa esta última, de la cual se hicieron populares todos sus cantables.

Ha compuesto también algunas canciones que se han hecho populares: O pastor, en gallego, para coro, y Brisas tapiegas, canción en dia lecto tapiego, ambas con música de Fernando Salgado Valdés; Terra asturiana, canción coreada en bable tapiego con música de Etelvino Méndez; La porteñita, de ambiente argentino, musicada por Amalio López Sánchez; Todo en la vida es mentira, música de Leonardo F. Reinante, y Balandrito, balandrito, música de Pablo Herrero.

Entre sus actividades por el progreso y enaltecimiento de la villa donde ha vivido lo más y lo mejor de su vida, Tapia, cuenta el haber iniciado en 1920 la suscripción en España y América para el monumento erigido en julio de 1930 al benemérito tapiense don Fernando Casariego, obra del escultor Arturo Sordo.

Conrado Villar Loza continúa residiendo en Tapia, colaborando de cuando en cuando en semanarios de aquella comarca.

 

Obras publicadas en volumen :

I.–Un feixe de tapiegadas. (Castropol, 1922; sainete lírico en un acto con música de Etelvino Méndez).

 

Trabajos sin formar volumen:

1.-Una poesía. (En la obra Los nuevos bablislas, Gijón, 1925, de E, Gra-Rendueles).