ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

ZARAGOZA (José Ramón).

Por otros apellidos, Fernández y Pando. Pintor laureado, contemporáneo. Nació la villa de Cangas de Onís en el año 1874. Los primeros estudios los hizo en la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo, y los continuó luego en la Academia de Bellas Artes de San Salvador de la misma ciudad, donde fué un aventajado discípulo del director del primero de esos centro , don Ramón Romea Lampérez. Los progreos alcanzados le permitieron darse a conocer en la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en Madrid en 1892, a la que concurrió con el cuadro Costumbres de la ribera, que ya revelaba a un artista en plena formación. Prueba afirmativa en tal sentido la dió un lustro después como expositor del mismo concurso. en 1897, con el lienzo La lección, que le valió una mención honorífica.

Mediante las reglamentarias oposiciones pasó a Madrid, pensionado por la Diputación provincial, y completó sus estudios como discípulo de la Escuela Superior de Bellas Artes y particularmente del también pintor asturiano Luis Menéndez Pidal. La práctica de pintor del natural fué complementando esos estudios y antes de concluirlos, en la Exposición Nacional celebrada en 1901 alcanzó el éxito de una segunda medalla con el cuadro El niño enfermo, que presentó junto con otro titulado Retrato.

Ya entonces se pudo decir lo que años adelante dijo Bernardino de Pantorba: “Pertenece José Ramón Zaragoza a esa clase de pintores que sienten vivo amor por la nobleza de su oficio. Son éstos los hombres que han estudiado. sin impaciencias, en detenidas jornadas, el natural; los que han dibujado mucho y mucho han afinado su visión del color; los que se colocan ante el modelo siempre dispuestos a vencer dificultades, que no a escamotearlas; los que pintan ajustando, valorando, persiguiendo matices de la luz del aire. Frente a los cuadros torpes, deshechos o falsos de otros compañeros, estos pintores disciplinados ponen sus lienzos armónicos, que son, ante todo, un recreo para los ojos”.

No obstante el patente provecho de la protección oficial que se le dispensaba, la Diputación anuló la pensión concedida, exponiendo con ello a Zaragoza a que no pudiera acabar los estudios, Pero no sólo concluyó los de la Escuela Superior con la más brillante hoja de escolar, sino que en 1904. alcanzó por oposición también una de las becas del Estado para marchar a Roma a perfeccionar y ampliar sus conocimientos con el estudio de las obras maestras que se conservan en numerosas ciudades italianas. Esta permanencia en Italia, que rebasó el tiempo asignado a la beca, fué para Zaragoza de un aprovechamiento decisivo.

Desde Roma envió a la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en Madrid en 1906 el cuadro de sabor mitológico Orfeo en los infiernos, con el que alcanzó otra segunda medalla, duplicidad que entonces consentía el reglamento de estas Exposiciones.

De Italia pasó el pintor a Bretaña. “A Bretaña fué Zaragoza —dice Bernardino de Pantorba—, como fueron, entre otros, Benedicto y Alcalá Galiano, y de aquel bello país trajo algunos lienzos sólidamente resueltos. Citemos Día de fiesta en San Guenoll, Viejos bretones y El desayuno. Vivió también en Inglaterra, pero aquí no ya buscando tipos populares; instalado en Londres, dedicóse de lleno al retrato. Como el artista no podía dejar de rendir su culto a París, a la capital francesa fué en 1911, pintando entonces Mirhí y los retratos que en 1915 mandó a nuestra Exposición Nacional y que fueron justamente celebrados. Por ello diósele al autor primera medalla, y pasó al Museo de Arte Moderno uno de los expuestos: el de Mr, T, S., que forma una gran armonía de rojo y negro y está ajustado con sobria firmeza”.

Antes de ese éxito ya había afirmado su crédito como retratista en la Exposición Nacional de 1910, a la que concurrió con algunos retratos ejecutados fuera de España: los de Mr. Blumenstihl, Mad. Vanutelli-Clementi, Marechal y su mujer y un retrato de señora, habiendo sido propuesto para una primera medalla. Antes, también, ya su nombre había sonado en el extranjero como concurrente a Exposiciones Internacionales, entre ellas —Roma, Venecia, Viena, Berlín, Bruselas, París, 1914, Londres o la de Munich de 1913, en la que obtuvo una medalla de oro:

Aunque ha venido siendo desde esa época el retrato el tema predilecto de Zaragoza, no por eso abandonó el cuadro de costumbres ni la pintura mural. En tal sentido le enjuicia Silvio Itálico con estas palabras: “Diríase que existen en él fundidos un par de pintores diametralmente distintos, a saber: el gran maestro de los retratos, llenos de finura y de elegancia, cabales de luminosidad y con la dificilísima fuerza de expresión de los grandes retratistas modernos, con Carolus Durán a la cabeza; y, aparte el pintor de la Asturias, un poco, y hasta un mucho convencional, que lucha con grandes fatigas por apoderarse íntegramente de ella”.

Ya en posesión del codiciado premio de una primera medalla, sólo concurrió a dos Exposiciones Nacionales más: la de 1920, en la que presentó tres retratos, uno de ellos con el título de Ojos azules y otro del escritor Pío Baroja, y la de 1924, en la que expuso cinco lienzos entre retratos y cuadros de costumbres. Durante esa nueva fase de su vida artística concurrió además a otras exposiciones colectivas, como la celebrada en Oviedo en el verano de 1916 y el Salón de Otoño de Madrid de 1920. Además, en 1923, celebró las dos únicas exposiciones personales de que tenemos noticia; un conjunto de unas treinta Obras, presentado sucesivamente en Bilbao y en Madrid, con franco éxito de crítica y público.

Entre sus trabajos de mayor empeño cuenta la decoración de dos salones del palacio levantado en Madrid por el Círculo de Bellas Artes,

En 1928 alcanzó por oposición la cátedra de Dibujo artístico de la Escuela de Artes y Oficios. de Madrid, y desde entonces viene compartiendo, con la ejecución de la obra propia, la enseñanza.

 

Referencias biográficas:

Camín (Alfonso).—La extraordinaria figura de José Ramón Zaragoza. (En la revista Norte, Madrid, julio de 1930).

Itálico (Silvio).—Alusiones. (En La pintura asturiana, Oviedo, 1925).

Muñoz de Diego (Alfonso). —José Ramón Zaragoza o la voluntad. (En Norte, Madrid, julio de 1930).

Pantorba (Bernardino de).—Valores de España: José Ramón Zaragoza, (En La Raza, Buenos Aires).