Abogado del Estado, ex diputado a Cortes y escritor contemporáneo. Nacido en Oviedo, en 1893. Fueron sus padres el de igual nombre y hermano de los tres siguientes de esta obra, que desempeñó los cargos de director de los Bancos de Valencia y Asturiano, y doña María González Muñoz.

Cursó la instrucción primaria en Valencia, donde, por el cargo del padre allí, residía su familia. Después estudió el bachillerato en el Instituto de Oviedo, asistente al colegio de los PP. dominicos, y siguió luego en la universidad ovetense la carrera de Derecho, facultad de la que se licenció en 1913, con veinte años incumplidos.

Sus actividades de escritor comenzaron, como es frecuente, en la época de estudiante universitario, con la publicación de cuentos y crónicas en los periódicos locales La Opinión de Asturias, El Carbayón y El Correo de Asturias, cuyo primer fruto recogió en un volumen (número I) el mismo año de su licenciatura en Derecho. Solía firmar algunas de esas producciones con el seudónimo Aristarco de Samotracia. También por entonces su vocación literaria comenzó a derivar hacia los temas jurídico-sociales.

Trasladado a Madrid para prepararse a oposiciones a carreras oficiales, obtuvo plaza en las celebradas para abogados del Estado en 1916, y desempeñó el cargo de fiscal de lo contencioso en las Delegaciones de Hacienda de Lérida y Toledo, sucesivamente, hasta 1918, que fué electo diputado a Cortes por el distrito de Pravia. El mismo año de su ingreso en el Cuerpo de abogados del Estado contrajo matrimonio, en el mes de agosto, en Oviedo, con la señorita Isabel Cima. Por entonces extendió sus colaboraciones literarias a las revistas madrileñas La Esfera, Nuevo Mundo y otras, y más tarde al diario ovetense La Voz de Asturias.

A la vez que diputado a Cortes, y, como tal, secretario del Congreso en 1919, fué secretario de su tío Nicanor, cuando América desempeñó la Dirección General de Comunicaciones, y luego director general de Administración y de Registros, seguidamente. En las elecciones a diputados celebradas el año siguiente (1919), se presentó a la reelección por el distrito de Pravia. Respecto a esta contienda electoral, dice Antonio L. Oliveros en Asturias en el resurgimiento español: “El contrincante de Fierros lo era el joven abogado asturiano Armando de las Alas Pumariño, sobrino de Tartiere. Este necesitaba contar con influencia política que poner al servicio de los grandes negocios industriales que regentaba. Adversado financiero de Policarpo Herrero lo era también en política regional. Frente a frente Alas Pumariño y Fierros, en Pravia, colmaron la medida de la corrupción pectoral. Cálculos bien exactos dan la cifra de dos millones de pesetas distribuidos por ambos candidatos en la compra de votos. El escándalo trascendió al propio Parlamento, y  América hubo de anular la elección, y castigó al distrito a no tener representación en aquella legislatura.” Al establecer el general Primo de Rivera en 1923 el régimen dictatorial, Alas Pumariño se retiró de la política y reingresó en el servicio de su carrera. Ocupó después algunos cargos en la Dirección General de lo Contencioso y en la Asesoría Jurídica del Ministerio de Instrucción Pública. Luego desempeñó la plaza de fiscal de la Audiencia de Madrid, y desempeña actualmente (1934) los de jefe de la Asesoría Jurídica del Ministerio de Agricultura, vocal de la Junta Nacional del Crédito Agrícola, en representación de la cual asistió al Congreso celebrado en Roma, en 1932, y asesor del Registro de la Propiedad Industrial.

Su extensa cultura está robustecida por el constante estudio y viajes por toda España, Francia e Italia.

Obras publicadas en volumen:

I.—El engaño de las horas. (Oviedo, 1913; cuentos, crónicas, etcétera.)

II.—Las manifestaciones del regionalismo en Asturias, (Madrid, 1919.)

III.— Perspectivas asturianas. (Madrid, 1924; en torno al problema hullero asturiano.)