Luchador de las reivindicaciones proletarias en Asturias con la acción, la palabra y la pluma, natural del concejo de Aller. Obrero de las minas, comenzó su larga lucha entre los compañeros, favorecido por una clara inteligencia y un carácter enérgico. Pronto su palabra arrastró masas y le permitió figurar entre los organizadores del proletariado.
Fué elemento directivo desde su fundación del Sindicato Minero Asturiano, primero como delegado del Sindicato Minero de Aller y más tarde como secretario durante unos meses. Sobre su designación para este primer puesto de responsabilidad en el Sindicato Minero dice Antonio L. Oliveros lo siguiente: “José Calleja, que había logrado una preponderancia acusada entre los obreros mineros de Asturias con sus prédicas extremistas, produjo la consecuencia de que en uno de los Congresos que celebraba periódicamente el Sindicato Minero Asturiano fuese depuesto Manuel Llaneza, alma y sostén de la organización, del cargo de secretario, sustituyéndole aquél. Repuesto poco después Llaneza y producida en Madrid la escisión del Partido Socialista Obrero Español (1921), los elementos extremistas del Sindicato Minero. dirigidos por Calleja, Isidoro Acevedo, José Loredo Aparicio y otros, organizaron en Asturias el comunismo a base de veintiuna secciones expulsadas del sindicato.
No menos ardorosa que su palabra lo era su pluma, como colaborador del diario gijonés El Noroeste y otros periódicos proletarios, con artículos doctrinales y de combate, por lo que sufrió algunas persecuciones y encarcelamientos.
Dotado de una constitución orgánica enfermiza, falleció, víctima de tuberculosis pulmonar, en Busdongo hacia 1925.