Escritor del siglo XIX, a comienzos del cual tuvo lugar su nacimiento en el pueblo de Folgueras (Coaña). Dice de él Acevedo Huelves, amigo suyo íntimo: “Era una gran inteligencia y una imaginación brillante. Poco conocido en el mundo literario, escribió, sin embargo, mucho y bueno; pero pocos, muy pocos, eran los llamados a leer sus obras. Gran humorista, versado en lenguas, profundo conocedor de la historia, poeta y escritor facilísimo y correcto, acomodábase así al tono grave y lleno de severidad como al ligero y zumbón. De las primeras [entiéndase composiciones del “tono grave”], recordamos una a la memoria de su madre, de una ternura y delicadeza sin igual”.
Comenzó a estudiar la carrera eclesiástica, más inclinado a ella por indicación de los padres que por voluntad propia, causa de que la abandonara en cuanto se dió cuenta de que no era su camino. Hizo después los estudios de piloto, pero tuvo que dejar esta profesión porque la salud no le consentía dedicarse ta su ejercicio. Entonces recurrió a un modesto destino público en Logroño, que dejó también falto de carácter para desempeñarlo según parecían exigir las circunstancias. Se retiró al lugar de nacimiento y aquí vivió el resto de su existencia, sin otra interrupción que el desempeño en diferentes ocasiones del puesto de secretario en los Ayuntamiento de Vegadeo, El Franco y Coaña.
En unos apuntes necrológicos publicados por F. de la A. L. en el periódico La Crónica de Luarca (1887), dice de Méndez de la Vega: “Era el padre y protector de sus convecinos, el cariñoso amigo de los pobres, el fiel confidente de sus amigos y el desinteresado defensor de la administración municipal”. Y agrega respecto al desempeñó de los cargos de secretario municipal que “le originaron graves disgustos, por no querer transigir con amaños y componendas; su divisa, la justicia no se compadecía bien en estos tiempos con las pretensiones de propios y extraños”.
Sus actividades de escritor quedaron desparramadas en diversas publicaciones regionales, entre ellas La Crónica de Luarca. Solía emplear el seudónimo de Lucilio.
Falleció Méndez de la Vega en el pueblo natal el 9 de enero 1887.
Obras inéditas:
—Lo absurdo. (MS. sobre temas filósofos).
Referencias biográficas:
Acevedo y Huelves (Bernardo).—Necrológica: José Méndez de la Vega. (En el Boletín del Centro de Asturianos, Madrid, febrero 1887).