ESCRITORES Y ARTISTAS ASTURIANOS

ÍNDICE BIO-BIBLIOGRÁFICO

MENENDEZ DE LUARCA Y AVELLO (Alejandrino).

Político y escritor tradicionalista del siglo XIX. Poseía una extensa cultura, especialmente en materias de Economía y Filosofía, de la que siempre hizo gala con espíritu de tremenda intransigencia religiosa y política, lo que le llevó a sostener duras polémicas. Nacido en Herrería de Santiago (Luarca) el 25 de noviembre de 1835.

Cursó la segunda enseñanza en Madrid; luego fué discípulo de las Facultades de Derecho y Filosofía y Letras de la Universidad Central fué investido con los grados de licenciado y doctor en Leyes en 1860 y 61, respectivamente.

Se le ofreció entonces una plaza de profesor auxiliar en la Facultad de Leyes pero no la aceptó. Su temperamento combativo le inclinaba más bien a la lucha política.

De su saber y de su ideología dió muestras importantes y las primeras en la Revista de Instrucción Pública, de Madrid, por los años 1856-57 con una serie de estudios bajo el título de Reseña histórica de la Filosofía en España. Pero lo que vino a dar incontrovertible testimonio de su ideología fué un juicio crítico, inserto en la misma publicación en 1859, con el seudónimo de W. Franquet, acerca del prólogo puesto por Cándido Nocedal al primer tomo de las Obras de Jovellanos. Fué una enérgica refutación a las ideas vertidas por Nocedal en elogio del polígrafo gijonés; obtuvo con ella (número 2) el aplauso de los que por su posición política estuvieron dispuestos a ver a Jovellanos poco menos que un hereje, si bien atrajo sobre sí críticas tan autorizadas como las de Laverde Ruiz, Menéndez y Pelayo y Baumarten. Esta arbitraria intransigencia de Alejandrino Menéndez de Luarca sobre las ideas de Jovellanos pervivió en él toda la vida. Y a tal extremo llegó en sus ataques que en los apuntes para el prólogo que éste dejó inédito (número 4) se estampan vocablos y frases reveladores de una inusitada osadía y de injusticia palmaria. “En el alma sentimos —diremos con las palabras vertidas por Somoza en Inventario de un jovellanista— que haya sido un asturiano el primero en poner en tela de juicio los méritos de tan insigne varón, elogiado hasta en el templo por sacerdotes ejemplares que ensalzan tan virtuosa vida: y sobre todo, y muy principalmente, su testamento de 1807, modelo de elocuencia, magnanimidad y piedad evangélica”.

El comentario al trabajo de Cándido Nocedal sirvió a Menéndez de Luarca como cimiento de su personalidad en la política y en el de las letras. El propio Nocedal encontró fundamentados algunos extremos de la réplica y consiguió que Menéndez de Luarca se incorporara como pasante al bufete que dirigía con extenso crédito en Madrid. En dicho bufete tuvo Menéndez de Luarca repetidas ocasiones de acreditar ante su jefe conocimientos jurídicos profundos que le granjearon reputación en el foro madrileño. Entretanto, sus actividades de escritor en varios periódicos madrileños y algunos trabajos en volumen; ( números I al III); sus actuaciones de conferenciante en la Academia de Legislación y Jurisprudencia, en el Ateneo Científico, Artístico y Literario y en otras instituciones similares fueron acrecentando su renombre.

Antes y durante el periodo revolucionario que tuvo por suceso central el destronamiento de Isabel II en setiembre de 1868, mantúvole con ardor sus ideas políticas en la prensa, especialmente en la revista La Verdad Económica y en los diarios El Eco de España, El Reino y La Constancia, desde los que sostuvo polémicas. La misma vehemencia llevó al parlamento al ser electo diputado a Cortes por Avilés, distrito que representó desde 1866 al 68, como algo después, 1871-72 al representar el de Tineo.

Pasó definitivamente a las filas carlistas en 1871. Después de la restauración monárquica en 1874 sus actividades políticas fueron decreciendo y se limitaron a campañas periodísticas principalmente en el diario católico madrileño El Siglo Futuro.

Muerto Cándido Nocedal en 1885 y disconforme con el llamado Manifiesto de Burgos suscrito por su hijo Ramón Menéndez de Luarca decidió retirarse de la política a vivir en Asturias. Únicamente no abandono las ocupaciones de escritor, casi enteramente dedicados a prestar su concurso al auge del diario La Cruz de la Victoria, fundado en Oviedo por su primo Dionisio en 1886.

Aprovechando la inauguración en Gijón de la estatua a Jovellanos publicó en este periódico parte de sus apuntaciones a los diarios (que él poseía manuscritos), y que son de lo mas injusto y demoledor que se ha escrito contra el autor de ellos. Somoza juzga adecuadamente este hecho en su obra Inventario de un jovellanista: “En el momento en que el aplauso general, entusiasta y unánime -dice- resonaba en ambos hemisferios en obsequio a una de las glorias más puras de nuestra patria; tuvo este singular escritor la desdichada idea de obscurecerle, apelando a ello a extraños sofismas y a la ingrata y estéril faena de ir hilvanando retazos de acá y allá esparcidos, sin distinción de tiempos, sucesos ni personas, para regatear el mérito, la virtud y el patriotismo de nuestro venerable Maestro, el premio más honroso que le otorgó la gratitud de los contemporáneos”.

Dejó de existir Alejandrino Menéndez de Luarca en su casa de Fonfría (Valdepares, concejo de El Franco) el 30 de marzo 1895.

Obras publicadas en volumen:

I.— Costumbre contra ley y sus efectos contra el Concilio de Trento y leyes recopiladas (Madrid, 1860; memoria para la obtención del grado de licenciado en Derecho)

II.—Derechos del Romano Pontífice como Principado de la Iglesia católica. (Madrid, 1861; discurso).

III.—Juicio crítico del sistema foral. (Madrid, 1861; discurso)

IV.—Impugnación a las doctrinas libre-cambistas profesadas en el Ateneo de Madrid durante el curso de 1861 a 1862, o sea colección de los artículos que sobre ellas publicó el diario político “El Reino”, escritos por… (Madrid 1862; libro de varios autores).

V.—Establecimiento de la lengua universal. (Madrid, folleto)

VI.—La Masonería por dentro. (Madrid; folleto).

VI.—El concejo de Jauja, por un vecino del mismo. (Madrid; 1880; relato novelesco).

Trabajos sin formar volumen:

I.—Reseña histórica de la Filosofía en España. (En Revista de la Instrucción Pública, Literaria y Ciencias. Madrid, 1856-57; varias crónicas).

2.—Doctrinas religiosas, morales, políticas y literarias de Jovellanos. (En ídem, 6 de octubre, 3 y 24 de noviembre, 15 de diciembre de 1859 y 26 de enero de 1860).

3.—Riegos: Sobre la necesidad de reformas en la legislación (En la Agricultura Española, Sevilla 1861, tomo IV).

4.—Apuntes para el prólogo. (Al frente de la obra Diarios. Memorias íntimas: 1790-1801, de Gaspar Melchor de Jovellanos, Madrid 1915; trabajo publicado antes en La Cruz de la Victoria, Oviedo, 4, 11 y 21 de agosto, 17 de setiembre y 16 de noviembre de 1891).

Referencias biográficas:

Anónimo.—Los asturianos de ayer: Don Alejandro Menéndez de Luarca . (En El Carbayón, Oviedo, 2 de abril de 1895).

Bellmunt (Octavio) y Canella y Secades (Fermín).—Nuestros colaboradores. (En el tomo I de Asturias, Gijón, 1894.).

Fernández Montaña (José). —Una necrología. (En El Siglo futuro, Madrid, 4 de abril de 1895).